Cuatros años del gobierno de Trump y muro fronterizo no lleva ni 50% del proceso

Internacional
/ 8 octubre 2020

La promesa de construir una valla física entre Estados Unidos y México no se concretó en cuatro años de su gobierno

Nació como un proyecto sin un uso efectivo y quedó como una promesa antimigrante. A cuatro años de la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y ante un probable cambio de gobierno, la con strucción del muro en la frontera con México no lleva ni 50% del proceso.

Se trató de un símbolo que proyectó la ideología del presidente republicano y sus seguidores, cuyo objetivo fue poner barreras físicas entre ambos países para evitar el cruce de personas de manera ilegal, además de drogas. Aunque esta no fue la primera vez que se planteó establecer medidas estrictas ni las primeras gestiones en esta zona aledaña al Río Bravo, sí ha sido uno de los discursos más tajantes al respecto.

“Ha sido parte del icono en el sentido que desde hace como tres o cuatro años se planteó como uno de los temas centrales para disminuir o erradicar la migración, pero desde mi punto de vista ha sido sólo eso, un icono, una estrategia que trata destacar el reto de disminuir o evitar la migración”, explica a Obras José María Ramos, especialista del Colegio de la Frontera Norte (Colef).

        Learn more                   A esta propuesta se le atribuyen una gran cantidad de votos en las pasadas elecciones a la presidencia de Estados Unidos, por lo que se convirtió en un estandarte de su administración.

Sin embargo, la medida se encontró con visiones en contra no sólo por diferencias políticas e ideológicas, sino por su función; “el muro fronterizo es muy fácil de burlar, nada más recordemos la estrategia de construir túneles, por debajo pueden pasar drogas y hasta personas”, explica a Obras Raúl Benitez Manaut, investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Una valla que bloquee la entrada no sería ni es, la solución para disminuir considerablemente el flujo migratorio entre ambas naciones, agrega el experto.

Además, la mayoría de los estados fronterizos están regidos bajo un gobierno demócrata, por lo que no se ha logrado avanzar con el proyecto, excepto por Texas y Arizona, pero en el caso del primer estado los alcaldes también son de oposición; "hay muchas ciudades santuario y esto le impide a Trump tener colaboración con las autoridades locales para perseguir a migrantes". detalla.

Mientras que en Tijuana y San Diego, en donde hace 20 años era por donde se cruzaba cerca de 60% de migraciones irregulares en Estados Unidos se ha fortalecido una serie de rejas que ya hacen la función del muro, añade José María Ramos.

En segundo lugar, los costos de construir una estructura de 3,200 kilómetros de largo, medida de la frontera con México, resultaron insostenibles. El congreso de Estados Unidos que tiene como mayoría a demócratas opositores a Trump, rechazó otorgar el presupuesto necesario para su edificación, lo que dio pie a uno de los bloqueos económicos más largos de la historia del país.

Sin embargo, los funcionarios continuaron reacios al financiamiento, por lo que Trump recurrió a otras estrategias para cumplir su promesa de campaña. Desde 2017 se asignaron alrededor de 15,000 millones de dólares para construir 1,110 kilómetros, usando dinero del Fondo de Confiscación del Tesoro, Defensa y Seguridad Nacional. Además, en 2019 se declaró emergencia nacional para desbloquear dinero de los fondos federales sin tener que pasar por la aprobación del Congreso.

Con este financiamiento y apoyo de la industria privada se han construido 338 kilómetros de muro de acero. Infraestructura que se enfrenta a más problemas: un reporte del Centro Nacional de Mariposas, que intenta impedir la construcción de la valla, indica que los tramos levantados están en peligro de derrumbe debido a la erosión del suelo, causada por la humedad del Río Bravo.

En el análisis agregan que al menos 5 kilómetros están en situación crítica. Esta no es la primera vez que una estructura en la zona peligra y que pone en riesgo al entorno; en 2014 las lluvias provocaron un torrente que derribó un segmento de la barda colocada en la ciudad de Nogales, en Arizona, informó EFE. Los escombros arrastrados por el agua bloquearon el paso, lo que provocó una presión intensa que derribó la valla y causó inundaciones en las viviendas cercanas.

Aún así, la promesa es que a finales de este 2020 se hayan edificado 819 kilómetros del muro, que podría quedar inconcluso si hubiera un cambio de gobierno.

“No creo que afecte en la reelección el tema del muro sin terminar, ya que es un discurso hacia los estadounidenses blancos de derecha, más racistas. En este momento son otros factores los que están afectando la disminución de la popularidad de Donald Trump, como el coronavirus. Y tampoco lo beneficiaría que diera un discurso agresivo sobre el muro fronterizo”, dice Raúl Benitez Manaut.

José María Ramos coincide con esta visión, quien considera que el discurso del muro perdió relevancia por las nuevas prioridades del gobierno estadounidense, como la pandemia, los derechos civiles, y el cierre de las fronteras que ha impedido entre 65 o 70% de los cruces tradicionales, lo que afecta económicamente a la frontera.

El tema es fundamental para las elecciones, ya que los estados aledaños desarrollan su economía con casi 15% de las actividades fronterizas, principalmente por el cruce de personas que representa turismo e inversión.

Aunque el tema no quedará de lado. Joe Biden también deberá implementar control de los migrantes, pero con un discurso más moderado, “parecido al de Barack Obama. Ellos no tenían discursos estridentes contra los migrantes y no hablaron de muros, pero tienen políticas migratorias duras”, agrega Benítez Manaut.

 

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