Dinamarca confiscará bienes de inmigrantes

Internacional
/ 26 enero 2016

La medida forma parte de una ley que pretende disuadir a los demandantes de asilo. La norma también recortó derechos sociales y extendió los plazos de reagrupación familiar y visado

El parlamento danés adoptó, por una mayoría de 81 votos sobre 109 presentes, la criticada reforma a la ley de asilo, que tiene como objetivo disuadir a los demandantes de probar suerte en el país, y que prevé medidas como la confiscación de haberes para pagar la estancia de los recién llegados.

El texto, presentado por el gobierno del primer ministro liberal Lars Løkke Rasmussen y apoyado por todas las formaciones de derecha, establece un recorte de los derechos sociales de los migrantes y prolonga los plazos para la reagrupación familiar y la concesión del permiso de residencia permanente.

La propuesta final de la normativa, bautizada como "la ley de las joyas", excluye de la expropiación objetos "de valor afectivo especial" y triplica hasta 10.000 coronas danesas (1.340 euros) el valor mínimo de otras pertenencias y de dinero en efectivo que pueden ser confiscadas.

"El Gobierno no quiere quitarle sus joyas a los solicitantes de asilo", dijo el vocero liberal Jacob Ellemann-Jensen, que acusó a diputados de las formaciones de izquierda críticos con la ley, de perjudicar la reputación de Dinamarca en el exterior.

Después de poco menos de cuatro horas de debate, el texto presentado por el gobierno del primer ministro fue aprobado, en una votación en la que 70 parlamentarios se ausentaron, 27 votaron en contra y uno se abstuvo.

Luego de que la derecha anunció a principios de enero un acuerdo con los socialdemócratas, la principal formación de oposición, la votación fue un trámite que permitió a los parlamentarios ecologistas y de partidos de extrema derecha expresarse.

Críticas internacionales

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) dijo antes de la aprobación que el texto alimenta "el miedo y la xenofobia", y la confiscación de bienes llamó mucho la atención en el extranjero, tanto que el diario Washington Post no tardó en hacer un paralelismo con la expoliación que sufrieron los judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

"Mientras el mundo no se una y no se encuentre una solución común, Dinamarca debe actuar", respondió a las críticas el diputado liberal Jakob Ellemann-Jensen.

El ultranacionalista Partido Popular Danés, primera fuerza del centroderecha, consideró que la aprobada ley es un "paso en la dirección correcta", y pidió endurecer aún más las leyes y el control fronterizo para limitar sobre todo la inmigración de países musulmanes.

Johanne Schmidt Nielsen, líder de la "rojiverde" Lista Unitaria -cuarta fuerza parlamentaria- acusó al Gobierno de hacer "política simbólica" para "atemorizar" a los solicitantes de asilo y aislarlos en la pobreza.

Por su parte, y Ulla Sandbæk, de la centrista La Alternativa, criticó que se los "estigmatice" y convierta en "sospechosos".

Dinamarca, que implantó a comienzos de año controles fronterizos provisionales, recibió en 2015 a 21.000 solicitantes de asilo, un tercio más que en 2014 y un cifra inferior a la del resto de países escandinavos, sobre todo Suecia, que con 163.000 peticionarios presenta la más alta de la Unión Europea (UE) per cápita.

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