Dolientes esperan hasta 9 horas a lo largo de Londres para despedirse de la Reina Isabel II

Miles de dolientes esperaron durante horas el jueves en una fila que se extendía por casi 7 kilómetros a lo largo de Londres para tener la oportunidad de pasar unos minutos desfilando frente al ataúd de la reina Isabel II mientras ella yace en el funeral. El rey Carlos III dedicó el día en privado a reflexionar sobre su primera semana en el trono.

La fila para presentar sus respetos a la difunta reina en Westminster Hall fue de al menos nueve horas, serpenteando a través de un puente y a lo largo de la orilla sur del río Támesis más allá del Tower Bridge. Pero la gente dijo que no les importaba la espera, y las autoridades trajeron baños portátiles y otras instalaciones para hacer soportable el trabajo.

“Me alegro de que hubiera cola, porque eso nos dio tiempo para ver lo que nos esperaba, nos preparó y absorbió todo el ambiente”, dijo la profesional de la salud, Nimisha Maroo. “No me hubiera gustado si hubiera tenido que apresurarme”.

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Una semana después de que la reina muriera en el castillo de Balmoral en Escocia después de 70 años en el trono, el centro de las conmemoraciones fue Westminster, el corazón del poder político en Londres. Su ataúd permanecerá en el Westminster Hall hasta el lunes, cuando será llevado al otro lado de la calle a la Abadía de Westminster para el funeral de la reina.

El Palacio de Buckingham dio a conocer el jueves detalles sobre el servicio, el primer funeral de estado realizado en Gran Bretaña desde la muerte del ex primer ministro Winston Churchill en 1965. Se espera que la realeza y los jefes de estado de todo el mundo estén entre las dos mil personas que asistirán, con un servicio de entierro más pequeño planeado para más tarde el lunes en el Castillo de Windsor.

El príncipe William heredero al trono, y su esposa Kate, la princesa de Gales, visitaron el jueves la propiedad de la familia real en Sandringham, en el este de Inglaterra, para admirar algunos de los tributos dejados por los simpatizantes. La pareja caminó lentamente a lo largo de las barreras de metal mientras recibían ramos de flores del público y conversaban con los simpatizantes. Otros miembros de la realeza se desplegaron por todo el Reino Unido para agradecer a la gente por su apoyo, con el hijo menor de la reina, el príncipe Eduardo, y su esposa Sophie visitando Manchester y la hija de la reina, la princesa Ana, en Glasgow.

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El lunes por la noche, la reina será enterrada en un servicio familiar privado en Windsor junto a su difunto esposo, el príncipe Felipe, quien murió el año pasado.

(Con información de AP)