Elon Musk está difundiendo desinformación sobre las elecciones, pero hace mucho que desaparecieron los verificadores de datos de X
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Desde que asumió el control del sitio, Musk desmanteló sistema de la plataforma para señalar contenidos electorales falsos, con el argumento de que equivalía a una interferencia electoral
NUEVA YORK- En la primavera de 2020, cuando el entonces presidente Donald Trump escribió mensajes en Twitter que advertían que una mayor dependencia del voto por correo conduciría a unas “elecciones amañadas”, la plataforma publicó un correctivo que desmentía sus afirmaciones.
“Infórmate sobre el voto por correo”, se leía en una etiqueta de contenido. “Los expertos dicen que los votos por correo muy rara vez están relacionados con el fraude electoral”, afirmaba el artículo al que conducía un hipervínculo.
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Este mes, Elon Musk, quien desde entonces compró Twitter y le cambió el nombre a X, repitió varios de los argumentos de Trump sobre el sistema de votación de Estados Unidos y publicó nociones distorsionadas y falsas de que las elecciones estadounidenses estaban bastante abiertas al fraude y al voto ilegal por parte de no ciudadanos.
Esta vez no se verificaron los hechos. Y el algoritmo de X, que está bajo control directo de Musk, ayudó a que las publicaciones alcanzaran grandes audiencias, en algunos casos con muchos millones de vistas.
Desde que asumió el control del sitio, Musk desmanteló sistema de la plataforma para señalar contenidos electorales falsos, con el argumento de que equivalía a una interferencia electoral.
Ahora, sus ataques anticipados a un método de votación de probada eficacia están haciendo saltar las alarmas entre abogados defensores de los derechos civiles, administradores electorales y demócratas. Les preocupa que su control sobre la gran plataforma de redes sociales le dé una capacidad desmesurada para reavivar las dudas sobre el sistema electoral estadounidense que tanto predominaron en el periodo previo a los disturbios en el Capitolio del 6 de enero de 2021.
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Mientras la victoria de Trump en Nuevo Hampshire acercaba la carrera a los terrenos de las elecciones generales, la campaña de Biden criticó por primera vez a Musk por su gestión del contenido electoral en X: “Es profundamente irresponsable difundir información falsa y sembrar la desconfianza sobre cómo funcionan nuestras elecciones”, dijo esta semana la jefa de campaña de Biden, Julie Chávez Rodríguez, en declaraciones a The New York Times.
“Es incluso más peligroso viniendo del propietario de una plataforma de redes sociales”, agregó.
Lo que molesta al equipo de campaña de Biden deleita a los republicanos pro-Trump y a otros que dicen que el antiguo Twitter era parte de un régimen de censura controlado por el gobierno que ayudó a Biden en 2020. Según un sistema que ahora es objeto de disputa en la Corte Suprema, los funcionarios gubernamentales alertaban a las plataformas de las publicaciones que consideraban peligrosas, aunque dependía de las empresas actuar o no.
“Ay, pobrecitos” dijo Harmeet Dhillon, un abogado cuyo bufete representa a Trump en las demandas de los demócratas. Dhillon demandó a la empresa por suspender la cuenta de un cliente que negaba las elecciones tras recibir un aviso de las autoridades electorales de California, el tipo de interferencia gubernamental que Musk ha repudiado. Señaló que la plataforma ahora era “un lugar mucho mejor para los conservadores” y dijo de Musk: “Es genial”.
X no respondió a solicitudes de comentarios. A principios de esta semana, su directora ejecutiva, Linda Yaccarino, escribió en la publicación de un blog que la plataforma había expandido su estrategia alternativa a la comprobación de la desinformación a través de “notas de la comunidad” escritas por los usuarios.
En los mensajes sobre la votación de Musk no hubo dichas notas. Pero sí estaban en una publicación de otro usuario de X que se aventuró a afirmar que Biden ganó las elecciones primarias de Nuevo Hampshire mediante la manipulación de las boletas electorales.
La circulación más libre de información falsa sobre el voto no es la única amenaza que se percibe en las plataformas sociales, con el auge de la inteligencia artificial, los ultrafalsos (“deepfakes”) cada vez más realistas y la creciente aceptación de la violencia política.
En 2020, el “centro de integridad electoral” de Twitter, que tenía una línea abierta con grupos externos y campañas políticas, borró o agregó contenido a publicaciones que tenían información engañosa sobre las votaciones.
Por ejemplo, las publicaciones con información falsa sobre cuándo y dónde votar, se eliminaban. Las que tenían información engañosa sobre el voto por correo, como las de Trump, recibían avisos que remitían a los usuarios a alertas y artículos de verificación de hechos.
Como Trump y sus aliados aumentaron los ataques al voto por correo, un método preferido por los demócratas durante la pandemia de coronavirus, Twitter expandió su política para eliminar o etiquetar afirmaciones que “socavaban la fe” en las elecciones.
La eficacia de estas medidas fue limitada. Twitter, Facebook, YouTube y las demás grandes plataformas, que contaban con medidas similares, también se vieron inundadas de mentiras electorales y se enfrentaron a críticas en los meses posteriores al ataque del 6 de enero por no haber hecho lo suficiente.
Tras coincidir con los críticos que afirman que las medidas provocaron una censura injusta y unilateral, Musk dijo que había suprimido al equipo de integridad el otoño pasado porque, de hecho, estaba “socavando la integridad electoral”. Y añadió: “Ya no están” (su directora ejecutiva, Yaccarino, de inmediato refutó esa declaración y afirmó que el trabajo continuaría e incluso se ampliaría).
Maya Wiley, directora ejecutiva de la Leadership Conference on Civil and Human Rights, que se comunicaba de manera habitual con las plataformas en 2020, señaló que la decisión de Musk tuvo efectos que se propagaron. “También le da carta blanca a entidades como Facebook y YouTube”, declaró.
La política más laxa de X sigue pendiente de las publicaciones que incitan a la violencia, que incluyen información falsa verificable sobre lugares y fechas de las elecciones, o que inducen a error sobre las leyes de elegibilidad, “incluidos los requisitos de identificación o ciudadanía”.
Al parecer, las publicaciones recientes de Musk chocan con esa norma. c.2024 The New York Times Company.
Por Jim Rutenberg y Kate Conger, The New York Times.