Empeora crisis de hambre en Alaska
Autoridades están liberando fondos de emergencia mientras los bancos de alimentos registran la demanda más alta que hayan visto
La falta de asistencia del gobierno a habitantes de Alaska desató una crisis de hambre que empeoró con la pandemia, la inflación y un tifón que terminó con las reservas de pescado y equipos de pesca.
El retraso, que inició desde agosto, preocupa más por las dificultades para acceder a comunidades que están en áreas remotas, por lo que los alimentos tienen que ser enviados en barcaza o avión, lo que eleva el costo de los bienes básicos. Se estima que 13 por ciento de los 735 mil residentes del estado recibieron beneficios del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria en julio, antes de que iniciaran los problemas.
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“La gente está batallando y tiene que tomar decisiones entre obtener comida o combustible para calefacción”, dijo Daisy Lockwood Katcheak, administradora de la ciudad de Stebbins, una localidad donde viven 634 personas, más de 644 kilómetros (400 millas) al noroeste de Anchorage.
La situación obligó a utilizar recientemente 38 mil dólares que fueron recaudados en un carnaval infantil para comprar suministros básicos para residentes. En la costa occidental de Alaska también se están recuperando de los restos de un tifón que destruyó una reserva crítica de peces y barcos de pesca.
El gobernador Mike Dunleavy autorizó 1.7 millones de dólares de ayuda, mientras legisladores aprobaron fondos de emergencia para contratar personal para manejar la multitud de casos, pues los bancos de alimentos sostienen que se ha registrado el nivel más alto de demanda en la historia.
“Sabemos de muchas personas que no hacen varias comidas al día; lo han reducido a quizás una sola comida”, dijo Anthony Reinert, director de programas del Banco de Alimentos de Alaska. Siempre ha habido “una línea base de hambre en Alaska. Pero ésta se extendió y expandió de manera bastante significativa en los últimos seis meses”.
La crisis del hambre en Alaska se deriva de una tormenta perfecta de eventos en cascada, agravada por problemas de personal y tecnología dentro del departamento de salud estatal.