En espera de sentencia, encuentran culpable de abusos sexuales a dos menores al "número tres" del Vaticano el cardenal austrialiano George Pell
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National Catholic Reporter y America Magazine informan en sus webs de esta condena, que fue unánime por parte de los doce miembros del jurado, contra Pell, de 77 años, aunque la pena concreta no se conocerá hasta febrero.
El cardenal austrialiano George Pell, responsable de la Secretaría para la Economía de la Santa Sede, fue encontrado culpable de abusos sexuales a dos menores por un tribunal de Melbourne, informan medios religiosos en Internet.
National Catholic Reporter y America Magazine informan en sus webs de esta condena, que fue unánime por parte de los doce miembros del jurado, contra Pell, de 77 años, aunque la pena concreta no se conocerá hasta febrero.
Desde agosto pasado el purpurado australiano afrontaba este proceso por presuntos delitos sexuales contra menores en un caso cuyos detalles no pueden ser revelados por orden judicial.
Lo que trascendió es que Pell se declaró no culpable de los cargos presentados en su contra, pero sus argumentos no convencieron al jurado, que deliberó durante tres días.
Uno de los dos menores afectados ha fallecido y el otro testificó ante el tribunal mediante vídeoconferencia, sin que se haya dado el nombre de ninguno de ambos.
El cardenal Pell, considerado el "número tres" del Vaticano, es el primer alto cargo de la curia romana imputado en supuestos delitos de pederastia.
Vaticano respeta la Justicia australiana a la espera de la sentencia de Pell
El Vaticano manifestó su "máximo respeto" por la Justicia australiana a la espera de la sentencia del proceso por abuso de menores contra el cardenal George Pell, y subrayó la necesidad de respetar el secreto del juicio.
"La Santa Sede tiene el máximo respeto por las autoridades judiciales australianas. Somos conscientes de que hay un proceso en curso que impone silencio y respetamos esa orden", declaró el portavoz vaticano Greg Burke.
El cardenal australiano George Pell, de 77 años, afronta desde el pasado 15 de agosto un juicio relacionado con delitos sexuales contra menores ocurridos en el pasado y del que se ha prohibido informar por orden judicial.
Los medios australianos sostienen que el veredicto se conocerá en breve.
El purpurado, responsable de la Secretaría para la Economía de la Santa Sede, viajó en 2017 a su país para hacer frente a la acusación y el papa Francisco le otorgó para ello "un periodo de excedencia”.
En una rueda de prensa en junio de 2017 en el Vaticano, con la que anunció su regreso a Australia, Pell defendió su inocencia: "Los procesos judiciales me ofrecen la oportunidad para limpiar mi nombre y luego volver aquí, a Roma, para trabajar", declaró entonces.
Pell, considerado el "número tres" del Vaticano, es un estrecho colaborador del papa y formaba parte del consejo de nueve cardenales que Francisco nombró para ayudarle en sus reformas.
Sin embargo el órgano ha quedado conformado por seis purpurados, tras la salida de Pell, del chileno Javier Errázuriz -implicado por la gestión de los casos de abusos en el clero del país sudamericano- y el congolés Laurent Monsengwo Pasinya.
Australia pidió perdón a víctimas de pederastia
Australia pidió oficialmente perdón a las víctimas de pederastia en 2018, año en el que continuaron los juicios a altos cargos de la iglesia católica del país por encubrir o perpetrar abusos sexuales a menores.
El primer ministro, Scott Morrison, se disculpó el 22 de octubre en nombre de todo el país ante las víctimas por no haber "escuchado, creído y brindado justicia", y señaló que ese olvido "siempre será nuestra vergüenza".
"Pedimos perdón por cada niñez robada, por cada vida perdida, por la traición a la confianza, por el abuso del poder (...) por cada crimen no investigado, por cada criminal impune, por cada vez que no escuchamos y no creímos", dijo Morrison en una declaración en el Parlamento.
La disculpa fue realizada seis años después de que se creara una comisión que investigó los casos de pederastia en instituciones públicas, religiosas, educativas, deportivas y sociales de Australia.
El gesto fue "muy importante para el país y al mundo", dijo a Efe Meredith Edelman, académica de la Universidad de Monash que analiza el trabajo de esa comisión.
"Demuestra que es posible que un gobierno investigue y cambie sus métodos respecto al trato que se le da a los niños hoy en día, sino que además (es posible) mirar retrospectivamente, para escuchar a las víctimas y (saber) cómo viven esos traumas", dijo la experta en derecho.
La petición de perdón fue acompañada de una reparación del daño a través de un plan nacional de indemnizaciones creado a instancias de la comisión, que al concluir su investigación presentó 400 recomendaciones, 118 de ellas para el Gobierno.
Este plan prevé un máximo de 150,000 dólares australianos (109,770 dólares o 96,994 euros) por víctima.
Hasta el 29 de noviembre, unas 2,191 personas habían solicitado acogerse a este programa que percibieron compensaciones de una media de 89,419 dólares australianos (65,510 dólares o 55,234 euros), informó a Efe el Ministerio de Servicios Sociales.
El número de solicitantes se sitúa lejos de las 17,000 víctimas que dieron su testimonio a la comisión, unas 8,000 de las cuales fueron convocadas de nuevo a sesiones privadas para explicar sus casos que se remontan hasta la década de 1920.
Gran parte de estos abusos fueron cometidos en el seno de la iglesia católica, con fuerte arraigo en Australia, según las investigaciones de la comisión, que recibió las quejas de 4,500 personas por los presuntos abusos de unos 1,880 religiosos y sacerdotes entre 1980 y 2015.
Uno de los casos analizados fue la red pederasta que, en la década de 1970, crearon en el colegio católico Saint Alipius el religioso Robert Best, el capellán Gerald Ridsdale y los sacerdotes Gerald Fitzgerald, Edward Dowlan y Stephen Farrel.
En este investigación compareció en 2016 como testigo el cardenal George Pell, ministro de Finanzas del Vaticano, quien desde agosto afronta dos procesos por presuntos delitos sexuales contra menores en un caso cuyos detalles no pueden ser revelados por orden judicial.
También se ha visto ante la justicia el exarzobispo de Adelaida Philip Wilson, condenado en agosto a doce meses de arresto domiciliario por encubrir los abusos del fallecido sacerdote James Fletcher a dos monaguillos en la década de 1970.
El 6 de diciembre un juez aceptó el recurso de Wilson y le absolvió del encubrimiento aunque la sentencia no es firme.
Meredith Edelman considera que uno de los problemas del sistema legal como el australiano es que "a menudo está diseñado de tal forma en que las partes son adversarias", lo que agrava el trauma de las víctimas.
"Tienes de un lado a la iglesia o cualquier institución y del otro a las víctimas. La iglesia se siente obligada a defenderse y al hacerlo causa más trauma", explicó a Efe Edelman, que abogó por un "enfoque basado en la honestidad y la transparencia. Que escuche a las víctimas y lo que les pasó".