Exigen investigación contra Donald Trump

Internacional
/ 15 febrero 2017

La salida de Flynn se dio antes de que el gobierno de Trump cumpliera un mes en el poder y es vista como una indicación de problemas

El gobierno del presidente Donald Trump trataba de contener el creciente escándalo creado por la renuncia del general retirado Michael Flynn, consejero de Seguridad Nacional, por contactos indebidos con funcionarios rusos.

Pero esa dimisión, que según la Casa Blanca fue solicitada por Trump ante la “erosión de confianza”, es vista ahora como el inicio de una crisis que demócratas y republicanos creen que puede crecer.

La salida de Flynn se dio antes de que el gobierno de Trump cumpliera un mes en el poder y es vista como una indicación de problemas. “Esta es una Casa Blanca en caos y se viene una tormenta”, advirtió Joe Scarborough, un exrepresentante republicano que presenta uno de los más populares programas de televisión especializado en política.

La renuncia abrió la puerta a demandas de investigación sobre lo que Trump sabía acerca de sus contactos con Rusia y cuándo lo supo, en un eco de la famosa pregunta del senador Howard Baker en el caso de Watergate, que culminó en la renuncia de Richard Nixon en 1975: “¿Qué sabía el Presidente y cuándo lo supo?”

Las preguntas giran especialmente en torno a conversaciones con el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak, antes de que Trump asumiera el poder.

De acuerdo con las versiones publicadas, Flynn habría discutido las sanciones económicas que el entonces presidente Barack Obama aplicó a Rusia por su presunta interferencia en la campaña presidencial en favor de Trump.

La trama se complicó cuando Trump comenzó a expresarse elogiosamente respecto a la relación con el gobierno del presidente Vladimir Putin, aparentemente aconsejado por Flynn.

El escándalo llevó ya a críticas por parte de senadores involucrados en temas militares y de inteligencia, y ahora en las demandas de investigación en torno a lo que sabía el mandatario respecto a las relaciones del asesor y los rusos.

Flynn renunció la noche del lunes luego de que sus versiones y las de sus defensores en la Casa Blanca, entre ellos el vicepresidente Mike Pence, fueran desmentidas por medios informativos con fuentes dentro del gobierno. En su carta de renuncia, Flynn se disculpó por no haber sido totalmente sincero con ellos.

Sean Spicer, vocero de la Casa Blanca, subrayó su convicción de que Flynn no había violado leyes, pero sí traicionó la confianza puesta en él. Aseguró también que fue Trump quien pidió la renuncia y puso así contra la pared a otra mensajera de Trump, Kellyanne Conway, que había dicho que la decisión fue de Flynn.

Pero al mismo tiempo, el hecho de que la dimisión hubiera ocurrido a menos de un mes de que el nuevo gobierno hubiera asumido, dio fuerza a reportes sobre problemas internos y confusión en el gobierno.

Washington, aseguró The New York Times, está “tambaleante” y cansado de tratar de aclarar y “seguir el tornado de actividades alrededor del Presidente y sus asesores”.

EL ÚLTIMO HOMBRE AL QUE ESCUCHA EL PRESIDENTE

El puesto al que Flynn renunció tiene una enorme importancia en la toma de decisiones del gobierno, toda vez que ofrece consejo político a partir de toda la información recabada por todas las agencias de inteligencia.

Desde los 70, cuando el puesto fue ocupado por Henry Kissinger, es considerado como uno de los de mayor influencia en el país.

El asesor de Seguridad Nacional debe estar al cargo de una coordinación profesional, tranquila, equilibrada y sin errores. Frecuentemente es el último al que escucha el Presidente antes de tomar una decisión.

Su papel es sumamente importante en este gobierno debido a que Trump no tiene experiencia en política exterior o de seguridad.

En ese marco, la simpatía de Flynn hacia Rusia fue mal recibida y provocó sospechas, sobre todo luego de las aperturas del nuevo mandatario hacia el gobierno de Putin.

Trump aseguró en principio que Rusia podría ser un gran aliado de Estados Unidos en la lucha contra el Estado Islámico y pareció inclinarse hacia una mejor relación.

Los rusos, por su parte, celebraron la elección de Trump y se abstuvieron de responder a las sanciones decretadas por Obama a sólo unos días de dejar el poder.

ASESORA ABUSÓ DE SU CARGO

La Oficina de Ética Gubernamental de Estados Unidos acusó a Kellyanne Conway, una de las asesoras del presidente Donald Trump, de abusar de su cargo al promocionar los productos de la marca de la hija del mandatario.

“Dadas las circunstancias, hay fuertes razones para creer que la señora Conway violó las normas y corresponde tomar medidas disciplinarias”, escribió el director de la institución, Walter Schaub, en una carta escrita el lunes a la Casa Blanca.

En una aparición televisiva, la asesora se pronunció sobre la decisión de la cadena Nordstrom de dejar de vender la marca de Ivanka Trump.

“Estoy haciendo publicidad gratuita”, dijo Conway, al realizar un llamado a comprar sus productos. La Casa Blanca dijo que se le dio consejo legal.


TUVIERON UNA REUNIÓN DE CRISIS A LA VISTA DE TODOS

La cena del fin de semana entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, en el selecto club Mar-a-Lago, Florida, se convirtió en un espectáculo para miembros y clientes, que observaron la gestión de una crisis mundial entre mojitos y palmeras.

La noche del sábado, la que se suponía que era una “cena de trabajo” con Abe se convirtió en un gabinete de crisis improvisado en el que participaron asesores, diplomáticos, traductores, camareros, novias y millonarios miembros del club, del que Trump es dueño.

El ensayo del régimen norcoreano de un misil que recorrió unos 500 kilómetros en dirección al Mar de Japón obligó a Trump y Abe a alejarse de la mesa (en la que estaban sus esposas, Melania y Aki, respectivamente, y el dueño del equipo New England Patriots, Bob Kraft) para gestionar la respuesta a la provocación.

Asesores, miembros del Consejo de Seguridad Nacional y de ambos gobiernos comenzaron a distribuir documentos sensibles esquivando a comensales y camareros, dijeron testigos en las redes sociales o a medios como CNN.

A causa de la tenue luz de las velas, los asesores de Trump o de Abe tuvieron que utilizar las luces de sus teléfonos (vulnerables a los hackers) para discernir informes clasificados.

Richard DeAgazio, inversionista retirado y uno de los miembros del club, compartió en Facebook varias fotos del caos que ocasionó el lanzamiento norcoreano, impresionado por lo “fascinante” que es ver una crisis internacional desplegarse en la terraza de Mar-a-Lago, algo que suele suceder a puerta cerrada, en salones reservados y repletos de medidas de seguridad y secretismo.

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