John Kelly, de General a Jefe de Gabinete de Trump

Kelly, que se convirtió una estrella en los ojos de Trump para supervisar la política de inmigración como secretario de seguridad nacional, se convertirá en el segundo jefe de personal del presidente.

Reemplaza a Reince Priebus, el republicano que nunca se mezcló completamente con Trump.

Priebus fue expulsado después de una disputa pública desagradable con Anthony Scaramucci, el nuevo director de comunicaciones de la Casa Blanca.

Kelly, el prime general que ocupará la posición de jefe de gabinete desde Alexander M. Haig durante el gobierno de Nixon. Será una figura imponente y estrecha en un ala oeste llena de ayudantes y asesores constantemente en guerra, llegando en Washington con prácticamente ninguna experiencia en el gobierno federal antes de la victoria de Trump, el año pasado.

La llegada de Kelly a su nuevo puesto, el lunes, podría indicar una nueva estabilidad en la Casa Blanca, pero sólo si Trump le da la autoridad para acabar con el comportamiento de sus otros ayudantes.

La selección de Kelly fue rápidamente elogiada tanto por los republicanos como por los demócratas, quienes expresaron su esperanza, al poder poner fin rápidamente a las confusas distracciones entre el personal del presidente.

Kelly no tenía ninguna conexión previa con Trump, hasta que fue nombrado para unirse a su administración, a pesar de que ha nutrido durante mucho tiempo el apoyo bipartidista de los miembros del Congreso.

Y no siempre estaba de acuerdo con las políticas de Trump, cuestionando públicamente la necesidad de un muro fronterizo completo con México y llamando a Rusia como una amenaza para Estados Unidos, ya que el presidente señaló un acercamiento más amistoso a Moscú.

Pero a lo largo de los seis meses de su mandato en el Departamento de Seguridad Nacional, Kelly, quien los amigos describen como sin temor a desafiar a sus superiores, emergió como un sustituto importante y altamente visible para el presidente.

Para Trump, la decisión de poner a Kelly a cargo de la Casa Blanca reflejaba un profundo deseo de alguien que pudiera proyectar el tipo de fuerza y decisión que Trump, nunca vio durante los seis meses que Priebus ocupó.

Con información de The New York Times