La historia de uno de los asesinos seriales que horrorizó al mundo en el siglo xx: Charles Manson
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Charles Manson, uno de los asesinos más célebres del siglo XX, una presencia cultural persistente y tal vez uno de los personajes más inescrutables del imaginario estadounidense, murió este domingo 19 de noviembre en el condado de Kern, California. Tenía 83 años y estuvo tras las rejas la mayor parte de su vida
Manson fue un criminal semianalfabeto y músico fallido antes de llamar la atención a finales de la década de 1960 como el líder de la familia Manson, una banda de jóvenes vagabundos en California. Condenado por nueve asesinatos en total, Manson era conocido en particular por los siete brutales asesinatos colectivos del caso Tate-LaBianca, cometidos por sus seguidores en dos noches consecutivas de agosto de 1969.
La más famosa de las víctimas fue Sharon Tate, una actriz que estaba casada con el director de cine Roman Polanski. Tenía ocho meses y medio de embarazo cuando fue asesinada junto con otras cuatro personas en su casa de Benedict Canyon.
Manson nació el 12 de noviembre de 1934. Su madre, Kathleen Maddox, era una joven soltera de 16 años de Cincinnati, que a menudo era descrita como una prostituta. Lo que confirman diversas versiones es que era una gran bebedora que vivía al margen de la sociedad con distintos hombres.
Manson aparentemente nunca conoció a su padre biológico. Su madre se casó brevemente con otro hombre, William Manson, quien le dio a su hijo el nombre de Charles Milles Manson. Luego de pasar una infancia tormentosa y crecer en reformatorios, a mediados de los años cincuenta vivía al sur de California donde fue camarero, asistente de estacionamiento, ladrón de autos, falsificador de cheques y proxeneta. Durante ese período entró y salió varias veces de la cárcel.
Luego de pasar una infancia tormentosa y crecer en reformatorios, a mediados de los años cincuenta vivía al sur de California donde fue camarero, asistente de estacionamiento, ladrón de autos, falsificador de cheques y proxeneta. Durante ese período entró y salió varias veces de la cárcel.
En marzo de 1967, cuando Manson tenía 32 años, fue puesto en libertad condicional y se mudó al distrito Haight-Ashbury de San Francisco, el centro neurálgico del movimiento hippie, justo a tiempo para el Verano del Amor. Allí creó su particular filosofía que era una mezcla de la cienciología, las ideas contra el autoritarismo de los hippies, letras de The Beatles, el Libro del Apocalipsis y los discursos de Hitler, con lo que comenzó a captar jóvenes seguidores que luego serían conocidos como la familia Manson.
En marzo de 1967, cuando Manson tenía 32 años, fue puesto en libertad condicional y se mudó al distrito Haight-Ashbury de San Francisco, el centro neurálgico del movimiento hippie, justo a tiempo para el Verano del Amor. Allí creó su particular filosofía que era una mezcla de la cienciología, las ideas contra el autoritarismo de los hippies, letras de The Beatles, el Libro del Apocalipsis y los discursos de Hitler, con lo que comenzó a captar jóvenes seguidores que luego serían conocidos como la familia Manson.
En algún momento, Manson parece haber decidido contribuir a que sucediera el Helter Skelter. A última hora de la noche del 8 de agosto de 1969 envió a cuatro miembros de su grupo —Susan Atkins, Patricia Krenwinkel, Charles Watson y Linda Kasabian— a la casa de Sharon Tate en las colinas de Hollywood. Manson conocía la casa porque Terry Melcher, un conocido productor discográfico con el que había trabajado infructuosamente, vivió allí.
Poco después de la medianoche del 9 de agosto, Atkins, Krenwinkel y Watson ingresaron a la casa mientras Kasabian los esperaba afuera. A través de una combinación frenética de disparos, puñaladas, golpes y ahorcamientos, asesinaron a Tate y otras cuatro personas que se encontraban en la casa: Jay Sebring, un peluquero de Hollywood; Abigail Folger, una heredera de la fortuna del café Folger; Voytek Frykowski, novio de Folger; y Steven Parent, un visitante de 18 años. El esposo de Tate, el cineasta Roman Polanski, estaba en Londres en ese momento.
El 15 de junio de 1970, Manson, Atkins, Krenwinkel y Leslie Van Houten, fueron enjuiciados por asesinato. Kasabian, que había estado presente las dos noches pero dijo que no había participado en los homicidios, se convirtió en la testigo estrella de la fiscalía y recibió inmunidad. Watson, que había huido a Texas fue juzgado y condenado por separado.
Durante el juicio, lo extraño se convirtió en rutina. En una ocasión, Manson arremetió contra el juez con un lápiz. En otra golpeó a su abogado en plena audiencia pública. En otro momento, Manson apareció en la corte con una “X” tallada en su frente; sus coacusadas rápidamente imitaron su ejemplo (después Manson convirtió su X en una esvástica que lució para siempre).
El 25 de enero de 1971, después de nueve días de deliberación, el jurado encontró a Manson, Atkins y Krenwinkel culpables de siete cargos de asesinato cada uno. Van Houten, que solo estuvo presente en los asesinatos de LaBianca, fue declarada culpable de dos cargos. Los cuatro fueron condenados por conspiración para cometer asesinato.
Manson fue declarado culpable por separado de otros dos asesinatos: los de Gary Hinman, un músico asesinado por miembros de la familia Manson a fines de julio de 1969, y Donald Shea, un actor asesinado a finales de agosto.
Encarcelado en distintas prisiones en los últimos años, Manson pasaba el tiempo tocando la guitarra, haciendo tareas domésticas y haciendo escorpiones y arañas con el hilo de sus calcetines. Su notoriedad lo convirtió en un blanco: en 1984 sufrió quemaduras de segundo y tercer grado después de haber sido rociado con diluyente de pintura por un interno que intentó quemarlo.
Hasta el final de su vida, Manson negó haber ordenado los asesinatos del caso Tate-LaBianca. Tampoco sentía remordimiento, cuando le preguntaban por esos sucesos.