Niña refugiada siria conduce la llama olímpica en Brasil
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Según informó el Gobierno brasileño, Hanan Daqqah, que vive en Brasil desde 2015, fue elegida por el Comité Organizador de Río 2016 a partir de una sugerencia realizada por la Agencia para Refugiados de la ONU (ACNUR).
Una niña refugiada siria de 12 años es una de las diez primeras conductoras de la llama olímpica que llegó hoy a Brasil, donde la antorcha emprendió su recorrido final antes de los Juegos de Río de Janeiro.
Según informó el Gobierno brasileño, Hanan Daqqah, que vive en Brasil desde 2015, fue elegida por el Comité Organizador de Río 2016 a partir de una sugerencia realizada por la Agencia para Refugiados de la ONU (ACNUR).
Se trata de un gesto simbólico de solidaridad con los refugiados del mundo, en un momento en el que cerca de 20 millones de personas huyen de las guerras, los conflictos y las persecuciones.
"Los Juegos Olímpicos son un evento internacional cuyo significado está marcado por la unión, la solidaridad, el respeto y la paz entre los pueblos. Es por lo tanto una oportunidad singular para que llamemos la atención sobre el triste drama humano vivido en la peor crisis humanitaria en 70 años", dijo el presidente del Comité Nacional para Refugiados (Conare), Beto Vasconcelos.
La niña vive en Sao Paulo con su madre, su padre, un hermano mayor, una hermana menor y otros familiares. Estudia en una escuela pública próxima a su casa y habla un fluido portugués.
Daqqah y sus familiares vivían en Idlib, en el noreste de Siria. Al comienzo de la guerra civil en ese país, la ciudad se convirtió en lugar de enfrentamientos entre grupos oficialistas y rebeldes, por lo cual se vieron obligados a salir de Siria por falta de seguridad.
Su primer destino fue Jordania, donde permanecieron durante dos años y medio en el campo de refugiados de Za'atari, en condiciones precarias.
Luego se mudaron a Brasil en el marco de un programa de visas especiales que otorga el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff a personas afectadas por el conflicto en Siria.
Según la Conare, los sirios representan la mayor comunidad de refugiados recibidos en Brasil a través de ese programa especial. Los ciudadanos de ese país son 2,250 en un total de 8,731.
La antorcha olímpica de los Juegos de Río 2016 fue encendida el 21 de abril en la ciudad griega de Olimpia. El 21 de ese mes, el refugiado sirio Ibrahim Al-Hussein condujo la llama en el campamento de Eleonas, en Atenas.
En Brasil, el símbolo de los Juegos Olímpicos recorrerá más de 300 ciudades durante unos 90 días y llegará al mítico estadio Maracaná, en Río de Janeiro, el 5 de agosto, cuando se realizará la ceremonia de apertura del mayor evento deportivo del planeta.