Oposición esgrime crisis económica y desgaste de Maduro en Venezuela

Internacional
/ 6 diciembre 2015

La oposición intentará hoy hacerse del control de la Asamblea Nacional por primera vez en 17 años

Caracas. La oposición venezolana, una galaxia de formaciones políticas de diversa ideología que confluye por fin unida a las elecciones de hoy, se aferra al desgaste de la figura y la gestión del presidente, Nicolás Maduro, para arrebatar al chavismo el control de la Asamblea Nacional por primera vez en 17 años. Durante meses, los sondeos han situado a los críticos con el oficialismo como favoritos para conseguir la mayoría. Los últimos días, y ante la intensificación de la campaña chavista, esa brecha se ha reducido y todo apunta a un resultado ajustado.

La agudizada crisis económica, el desabastecimiento y sus consecuentes colas, la inseguridad crónica y los sistemáticos ataques a los líderes opositores parecen haber conseguido movilizar a una oposición que, generalmente, ha acudido fragmentada a las elecciones. Con esta unidad pretenden no solo ganar en número de votos, algo que ya consiguieron hace cinco años, sino lograr superar la asimetría electoral que favorece al chavismo y hacerse con la Asamblea Nacional.

Hay una constante en la polarizada Venezuela que se repite de un lado y otro: “Maduro no es Chávez”. Una afirmación que va más allá de la aparente perogrullada. La oposición se aferra a ella, pues creen que ese desencanto generará un abstencionismo en las filas del chavismo que les beneficiará. Según la última encuesta de Datanálisis, el 64.6% tiene una opinión negativa de la gestión del presidente y el 89.5% cree que la situación del país es mala.

La Mesa de la Unidad Nacional (MUD), que aglutina a todas las formaciones opositoras salvo un porcentaje reducido de independientes, confía ciegamente en la capacidad de movilizar a su electorado, pese a que los ataques contra la oposición se han intensificado en las últimas semanas.

La última crítica llegó por parte del alcalde de Sucre, Carlos Ocariz, a quien Maduro criticó por viajar mucho a Estados Unidos cuando, en realidad, las visitas se debían a que tiene un hijo con leucemia que está siendo tratado allí. Ocariz pidió el jueves que se liberara al director de la Policía de su municipio, detenido por su presunta implicación en el tiroteo de hace una semana durante un acto electoral del diputado opositor Miguel Pizarro. Según los presentes, un grupo con camisetas chavistas disparó para reventar la concentración.

Para paliar el desgaste o desencanto —según con quién se hable el término varía— de Maduro el oficialismo sigue invocando a la figura del fallecido Hugo Chávez para tratar de remontar las desfavorables encuentras.
 “¡Estas elecciones las gana Chávez!”, se hartó de repetir Maduro en el cierre de campaña, de la “batalla rumbo a la victoria perfecta”, en la emblemática avenida Bolívar, que tantas veces colapsó el exmandatario. © EL PAÍS, SL. Todos los derechos reservados. 

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