Premio Sajarov: Nadia Murad y Lamiya Aji Bashar exigen juzgar al Estado Islámico
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Murad, de 23 años, y Bashar, de 18, fueron convertidas en esclavas sexuales por los yihadistas, pero pudieron escapar y llegar a Alemania.
Las yazidíes Nadia Murad y Lamiya Aji Bashar, secuestradas y esclavizadas por el autoproclamado Estado Islámico (EI) pidieron hoy que se lleve a la justicia a los milicianos terroristas, al recoger hoy en Estrasburgo el premio Sajarov por los derechos humanos.
"Les pido que prometan que (...) nunca volverán a permitir que algo así suceda", dijo Bashar durante la entrega del galardón, concedido por el Parlamento Europeo por su lucha contra el EI.
El presidente del Parlamento, Martin Schulz, garantizó el apoyo de la cámara a las dos mujeres. "El Tribunal Penal Internacional debe investigar los crímenes cometidos por el autoproclamado Estado Islámico", dijo Schulz.
Murad, de 23 años, y Bashar, de 18, fueron convertidas en esclavas sexuales por los yihadistas, pero pudieron escapar y llegar a Alemania. Desde entonces, las dos mujeres se han erigido en voces contra la esclavitud sexual de esa minoría.
"Este premio es para toda mujer y niña que haya sido esclavizada sexualmente por el Daesh", dijo refiriéndose al acrónimo en árabe, con connotaciones despectivas, del grupo terrorista. "Y para todas las víctimas del terrorismo", dijo Aji Bashar ante los eurodiputados.
Los yazidíes han sido perseguidos por el EI, que quiere exterminarlos al considerarlos infieles. Y fueron desplazados por los yihadistas durante una campaña de asesinatos masivos y esclavización sexual en 2014 en Irak.
Aji Bashar tenía 15 años cuando el EI asaltó su pueblo, Kocho, en agosto de 2014. Mataron a todos los hombres, incluyendo a su padre, hermano y otros familiares, antes de hacer lo mismo con las mujeres mayores y se levaron a las más jóvenes al mercado de esclavos. La joven contó a los eurodiputados cómo intentó escapar las cuatro veces que fue vendida y cómo ella y dos amigas fueron torturadas y violadas por un médico iraquí.
Los eurodiputados escucharon su relato y muchos de ellos no pudieron reprimir gestos de asombro y dolor cuando la joven describió cómo su amiga murió al pisar una mina durante su huida final. "Lo último que oí fueron sus gritos", dijo Aji Bashar.
Haciendo esfuerzos por no llorar explicó cómo la explosión quemó su cuerpo entero y la dejó ciega de un ojo. "Prométannos que nos escucharán y que se hará justicia".
Murad, por su parte, narró su felicidad por la decisión de la UE de ponerse del lado de las mujeres yazidíes y su comunidad en estos momentos de tragedia. Contó cómo 75.000 yazidíes fueron obligados a emigrar y que los que siguen en Irak afrontan un futuro incierto. "Hoy mi comunidad se ha desintegrado bajo el peso del genocidio", señaló. "Medio millón de personas no saben qué les depara el futuro (...) ¿Volveremos a nuestras tierras?" preguntó. ¿Deberíamos emigrar?".
"Miramos a Europa como símbolo de humanidad", dijo Murad. "Europa debería seguir siendo modelo para el mundo y para la coexistencia de personas y culturas".
El Parlamento Europeo premia con el Premio Sajarov a la Libertad de Conciencia, dotado con 50.000 euros, la labor de personas u organizaciones que luchan por los derechos humanos o libertades fundamentales, desde el año 1988. El galardón, que se dio a conocer en octubre, lleva el nombre del defensor de los derechos humanos Andrei Sajarov (1921-1989).