Silencios y alcohol en el clan Kennedy

Internacional
/ 6 octubre 2015

Patrick, hijo del fallecido Ted revela en un libro la adicciones de la famosa familia

Patrick Kennedy ha decidido romper lo que él llama el “código familiar” de silencio. El hijo del ex senador demócrata Ted Kennedy —hermano pequeño del expresidente John F.— ha escrito un libro en el que describe sus problemas con el alcohol y los de sus padres. El objetivo de Patrick, de 48 años, es que el libro, que el lunes salió a la venta en Estados Unidos, propicie un debate nacional sobre el alcoholismo, la adicción a fármacos y las enfermedades mentales.

No son un secreto los problemas con el alcohol del excongresista Patrick Kennedy, su padre Ted —que falleció en 2009— y su madre Joan. Pero el libro A Common Struggle (Una lucha común) supone la primera vez en que un Kennedy aborda abiertamente los episodios oscuros de uno de los clanes políticos más famosos de este país. Revela una familia desunida, en que las adicciones buscan digerir los traumas y cualquier escándalo se tapa con un manto de opacidad.

A algunos no les ha gustado nada ese alarde de transparencia, empezando por el hermano mayor de Patrick, Ted Kennedy Jr., que respalda su “franqueza” con sus problemas personales pero esgrime que el libro esboza un “retrato erróneo e injusto” de su familia.

“Están enfadados”, admitió Patrick en una emotiva entrevista, la noche del domingo, a la cadena CBS. Explicó que les mostró de antemano el libro a sus allegados y defendió su cruzada personal. “Estoy tratando de ver cómo alejamos esto de la vergüenza y el estigma, y lo convertimos en un movimiento político honesto con Dios”, adujo.

Patrick lleva casi cinco años sobrio. Decidió dejar de beber en febrero de 2009, cuando un cáncer cerebral acabó con la vida de su padre. Toma medicamentos para aminorar su trastorno bipolar y sigue un disciplinado método para no tomar alcohol.

Patrick puso fin en 2011 a 16 años como congresista en Washington, siguiendo los pasos de su padre y tíos. En el libro, explica que en el Congreso vertía vodka en botellas de agua y ponía opioácidos en contenedores de aspirina. Sus problemas adictivos se visualizaron una madrugada de mayo de 2006 cuando chocó su coche con una barrera de seguridad en el Capitolio.

El origen es más lejano: el hijo de Ted Kennedy ya abusaba del alcohol con 13 años. Fue su forma de reaccionar a los problemas familiares, como el accidente de coche de su padre en el que abandonó a su acompañante, que murió ahogada en un río. Patrick y sus hermanos nunca escucharon la versión de su padre sobre lo sucedido.

El silencio también se impuso respecto al alcohol. En los 90, cuenta el libro, los hijos reunieron a Ted para manifestarle su preocupación por su adicción al alcohol. La reacción de su padre fue salir de la sala y no hablar nunca de ello.

Patrick cree que su padre padecía un desorden no diagnosticado de estrés postraumático por los asesinatos de sus hermanos John y Bobby. Pero en la entrevista en CBS declinó llamarlo alcohólico: “Tenía un problema con el alcohol. Incluso ahora mismo, tengo dificultad al hablar de esto. Es como estar rompiendo aquí el código familiar. Ahora estoy fuera de la línea familiar”.

Por Joan Faus / El País

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