Tribunal Europeo condena a Rumanía y Lituania por ser “cómplices" de cárceles secretas de la CIA en Europa

Internacional
/ 31 mayo 2018

El demandante contra Rumanía es Husseyn Muhammad Al Nashiri, saudí de origen yemenita del que se sospecha que atentó en 2000 en el puerto de Aden contra el destructor de la marina estadounidense USS Cole.

Rumanía y Lituania fueron condenadas hoy por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) por ser "cómplices", en 2004 y 2005, del programa de cárceles secretas de la CIA y permitir que los detenidos sufrieran "tratos inhumanos" y fueran vulnerados sus derechos humanos.

El demandante contra Rumanía es Husseyn Muhammad Al Nashiri, saudí de origen yemenita del que se sospecha que atentó en 2000 en el puerto de Aden contra el destructor de la marina estadounidense USS Cole y en 2012 contra el petrolero francés MV Limburg.

El segundo, que demandó a Lituania, es Al-Abidin Husayn (conocido como Abu Zubaydah), palestino apátrida sospechoso de preparar los atentados del 11 de septiembre de 2011 y de ser "el número tres o cuatro" del fallecido líder de Al Qaeda Osama Bin Laden.

Al Nashiri estuvo en una cárcel secreta rumana entre septiembre de 2003 y noviembre de 2005 y llegó a Guantánamo en septiembre de 2006, mientras que Abu Zubaydah fue recluido en una prisión secreta de la CIA en Lituania entre febrero de 2005 y marzo de 2006.

Según la Corte europea, ambos países violaron los artículos del Convenio Europeo de Derechos Humanos sobre la prohibición de la tortura, los derechos a la libertad y a la seguridad, al respeto de la vida privada, a un recurso efectivo y a un proceso justo.

Rumanía también vulneró el derecho a la vida combinado con la abolición de la pena de muerte, por el traslado del demandante de ese país europeo a EU, y el riesgo a ser condenado a la pena de muerte.

Ambos países tendrán que indemnizarles con 100,000 euros por daños morales. Además, Lituania deberá pagar 30,000 euros a Abu Zubaydah, en concepto de gastos y honorarios.

Los demandantes fueron detenidos por la CIA en Pakistán y Dubai, en el marco de la operación "Guerra contra el terrorismo", tras los atentados terroristas del 11-S, y estuvieron en diferentes cárceles secretas hasta ser recluidos en Guantánamo, donde aún permanecen.

En sus recursos, alegaron que Lituania y Rumanía permitieron la detención secreta de la CIA en su territorio, así como "haber sufrido torturas y diversas formas de violencia física y psíquica”.

También alegaron que esos dos Estados consintieron a la agencia estadounidense el traslado a otros lugares secretos.

Antes de pasar por Rumanía y Lituania, los demandantes fueron recluidos en una cárcel secreta de la CIA en Polonia, hecho que le costó a este país una condena en 2014 por "retención, torturas y permitir sus traslados" y sendas indemnizaciones de 100,000 euros.

A pesar de que la Corte europea "no ha podido recoger un relato directo de los hechos" por parte de los demandantes, sí cuenta con el testimonio que han ofrecido sus representantes legales en EU y con informes del Senado estadounidense y de la Cruz Roja.

Esos documentos dicen que Al Nashiri y Zubaydah portaron vendas en los ojos o capucha, grilletes, estuvieron aislados y expuestos al ruido y la luz.

Los siete jueces de la Sala Primera que han juzgado los hechos sí escucharon el testimonio de Dick Marty, ponente de un informe sobre los vuelos y cárceles secretas de la CIA, y de expertos del programa de la agencia de inteligencia estadounidense.

La conclusión del Tribunal de Estrasburgo es clara: Rumanía y Lituania tuvieron "conocimiento de las actividades de la CIA en su territorio" y cooperaron en ellas.

El fallo, que puede ser recurrido ante la Gran Sala de 17 jueces, recuerda que las investigaciones penales llevadas a cabo en Rumanía no habían permitido en cinco años "imputar la mínima responsabilidad de Rumanía en el programa de la CIA”.

La Corte europea dictó su primera condena sobre las detenciones secretas de la CIA en 2012 contra Macedonia por torturas a un ciudadano alemán de origen libanés Jaled El-Masri, detenido en ese país y encarcelado erróneamente durante cinco meses en Afganistán.

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