Yemen, el peor lugar para ser un niño

Internacional
/ 12 diciembre 2017

El Comité Internacional de la Cruz Roja ha informado de que al menos 200 personas, incluidos niños, han caído por balas perdidas, metralla, bombardeos o francotiradores.

Puede que el mundo esté sordo ante los llantos del Yemen, pero los devastadores ruidos de la guerra aterrorizan a los niños yemeníes. Solíamos decir que los niños se habían quedado atrapados en la línea del frente, entre los grupos que combaten. Pero lo que era una metáfora se ha convertido ahora en una terrible realidad. Desde el pasado 30 de noviembre, los niños esquivan balas y metralla en las calles del Yemen, mientras la violencia aumenta en varias ciudades del país, especialmente en la capital, Saná, aunque la situación esta más calmada desde el cinco de diciembre. La intensa violencia y los combates en las calles han dejado a los niños en plena línea de fuego. Ahora mismo, Yemen es uno de los peores lugares en los que un niño puede estar.

Muchos inocentes han muerto o han resultado heridos. Mientras nosotros todavía estamos verificando la cifra exacta, el Comité Internacional de la Cruz Roja ha informado de que al menos 200 personas, incluidos niños, han caído por balas perdidas, metralla, bombardeos o francotiradores, y sólo en estos últimos días. Y lo peor es que las ambulancias y los equipos médicos no han tenido acceso a los heridos ni han podido hasta ahora evacuar a la gente atrapada en los combates. Además, los trabajadores humanitarios no han podido viajar durante esa larga semana para aplicar los programas de emergencia para salvar vidas.

Esta última ronda de violencia no podría haber llegado en un peor momento, justo cuando el Yemen está lidiando con su peor crisis humanitaria y la mayor que sufre actualmente el planeta. En los aproximadamente mil días de lucha, que comenzaron en marzo de 2015, al menos 5,000 niños han muerto o han sufrido graves heridas. Esto significa que, aproximadamente, cinco niños mueren o resultan heridos cada día en el Yemen. Pero es muy probable que las cifras reales sean mucho más elevadas que los datos verificados.

Justo cuando los niños más ayuda pedían, los trabajadores humanitarios, incluidos los de Unicef, fueron forzados a suspender totalmente sus trabajos durante esa semana fatídica. Hacia únicamente una semana que el bloqueo a los puertos terrestres, marítimos y aéreos impuesto al Yemen había sido parcialmente levantado. Sin embargo, con los nuevos combates, la gente ha quedado atrapada en sus casas y los suministros de comida, combustible y agua se agotaron rápidamente. Hay informes de que los colegios también han sido cerrados.

Desde el pasado siete de Diciembre UNICEF ha reanudado su programa de ayuda de emergencia en Saná para que los trabajadores humanitarios puedan trasladar suministros, incluidos medicamentos para salvar vidas, tanto a hospitales como a centros de salud. En las provincias donde el acceso todavía es posible, Unicef continúa proveyendo servicios humanitarios a quienes los necesitan, pero el número de niños necesitados es abrumador. Sólo en los últimos siete meses, cientos de miles de niños han sufrido diarrea aguda acuosa / posible cólera, y se calcula que 385,000 niños han sufrido desnutrición severa. Además, la difteria, con 189 casos, está emergiendo como una nueva amenaza. Pero más de la mitad de las instalaciones sanitarias en el país han dejado de trabajar, justo cuando más necesarias eran.

En medio de este escenario, un rayo de esperanza: un barco de Unicef, cargado con suministros sanitarios y alimentarios para niños, llegó recientemente al puerto de Hudeida, en el oeste del país. Los suministros incluyen alimentos terapéuticos listos para ser usados y que son cruciales para los cerca de 400,000 menores que sufren malnutrición severa en el Yemen. Asimismo, una embarcación con suministros similares está siendo descargada en Adén.

Para los otros millones de niños yemeníes que tienen derecho a vivir aprovechando al máximo lo que la vida les puede ofrecer, Unicef llama a las facciones enfrentadas a que detengan el derramamiento de sangre y a que le den una oportunidad a la vida. A la comunidad internacional le hago un llamamiento personal: La situación en el Yemen ha estado enconada ya demasiado tiempo; por favor, pongan fin a esta lucha, los niños del Yemen les miran expectantes.

* Artículo escrito por Meritxell Relano es la representante de UNICEF en Yemen y actualmente reside en Saná

COMENTARIOS

TEMAS
Selección de los editores