Lucila Quintanilla une a la sociedad en Nuevo León

Nacional
/ 11 octubre 2010

La jóven universitaria, quien murió durante una balacera la semana pasada, se convirtió en un símbolo de la sociedad neoleonesa para protestar contra la violencia

MONTERREY, NL.- La universitaria  Lucila Quintanilla Ocañas, víctima inocente de una balacera  que al momento de morir contaba con 21 años, se ha convertido en un símbolo  de una sociedad  con  hartazgo de la violencia y de vivir en  la zozobra,  por lo  que ahora utiliza  su muerte  para protestar contra la ineficiencia y complacencia que han manifestado  las  autoridades en el combate al crimen  organizado.

Lucila cayó al filo de las siete de la tarde del jueves pasado por la bala de un inexperto sicario que atentó contra la vida de un custodio de la prisión  del Topo Chico, a quien solo hirió junto con cuatro personas más.

El atentado ocurrió en el cruce de la Avenida Benito Juárez y  la calle peatonal Morelos,  el centro comercial de Monterrey, a la hora de mayor tránsito.

Era el tercer evento de la semana protagonizada por la delincuencia organizada que dejaron 20 heridos y la muerte de Lucila Quintanilla.

Su asesinato cerraba una semana de terror para la zona metropolitana de Monterrey que inició la noche del  sábado dos de octubre.

Semana atroz

Al filo de las 22:00 horas de ese día un joven  lanzó un artefacto explosivo en medio de la concurrida   plaza de Guadalupe, ubicada frente a la Alcaldía,  que dejó como saldo 15 heridos entre ellos ocho menores, para después huir en una camioneta donde viajaban un grupo de hombres armados.

El martes de esa semana, dos grupos rivales de la delincuencia organizada protagonizaron un enfrentamiento con armas de grueso calibre en una colonia del sur de la ciudad que dejó alrededor de ocho vehículos dañados y una intensa movilización del ejército, la Marina, policías federales y estatales que obligó al Tecnológico de Monterrey ordenar que alumnos y maestros se mantuvieran en sus instalaciones.

Posteriormente, el jueves, vino el intento de ejecución donde falleció Lucila Quintanilla, e inmediatamente que se conoció que era una víctima inocente de la balacera, decenas de amigos y familiares  comenzaron   a montar  un pequeño altar en el sitio donde cayó.

Voces unidas

La manifestación luctuosa pronto se convirtió en una espontánea  protesta de  cientos de ciudadanos que comenzaron a dejar, además de veladoras, mensajes a las autoridades, y la calle peatonal comenzó a llenarse de pancartas,  globos, flores y veladores que comenzaron a crecer en línea recta rumbo a la Catedral de Monterrey.

"El silencio es cómplice, que tu voz nadie la calle", "Medina, no desquitas tu salario de 146 mil pesos. Renuncia". "Calderón: hazlo  por México, retira a Medina del Poder".

Hace menos de una década, Nuevo León, la entidad más desarrollada económicamente del norte de México,  se caracterizó  por ser una de las  más seguras del país.

Ahora las autoridades recomiendan a los feligreses de las tradicionales peregrinaciones que van a la Basílica de Guadalupe  no usen fuegos pirotécnicos, para evitar que sean confundidos con una balacera más.

Estrategias contra el crimen

Incluso  las  autoridades educativas se han visto obligadas  a desarrollar planes para  salvaguardar la integridad física de los alumnos, maestros y personal administrativo ante la ola de violencia.

Además, la Secretaría de Salud  ha diseñado un programa  para capacitar a 15 sicólogos para atender los eventos de estrés postraumático que generan las balaceras, granadazos y demás atentados de la delincuencia organizada.

Para el  medio día del  este lunes, la línea de veladoras, flores y pancartas había crecido varias cuadras y se acerca a pocos metros de la Catedral Metropolitana.

"Alcalde, dónde estaban los policías municipales  que siempre vigilan la Plazqa Morelos". "Nuevo León no tiene gobernador, dónde está". "Presidente Calderón, ya basta de balaceras y narcos. Sino puedes, abandona México, el país se está hundiendo".

Pelea entre cárteles

La violencia  que registra la zona metropolitana de Monterrey es  generada, principalmente,  por una narco guerra que protagonizan el cartel del Golfo y sus aliados contra los Zetas, ha roto  todo tipo de paradigmas.

En los últimos tres meses se registraron  decenas de ataques con granadas de fragmentación  a cuarteles policiacos, medios de comunicación y centros nocturnos, además de los cierres de avenidas y autopistas conocidos como "narcobloqueos".

También fueron descubiertas una serie de "narco fosas" donde se localizaron más de 70 cadáveres. Una sola  superó el medio centenar de cuerpos  enterrados, la segunda más grande del país.  Acudieron  cerca de 500  personas  a identificarlos para ver si sus familiares desaparecidos  se encontraban entre ellos.

En los nueve municipios que forman la  zona metropolitana habitan más de cuatro millones,  y esa   orgullosa sociedad regia, que creó varias de las empresas más importantes de Latinoamérica como Cemex, Alfa, Femsa, etc., ahora  está  sometida en un clima de incertidumbre y  miedo.

Para colmo de los ciudadanos, se conoce que los "responsables" de mantener  a Nuevo León en un clima de incertidumbre que ya afecta a su poderosa economía, son decenas de jóvenes reclutados por los cárteles del narcotráfico entre los miembros de las mil 800 pandillas que operan en la zona metropolitana.

Así que las protestas se han centrado en contra del gobernador, quien este 14 de octubre rendirá su primer informe, por lo que los neoloneses  aseguran que en el campo de la seguridad, Medina no tiene nada relevante que informar.

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