Caen dos agentes de la AIC por tortura en investigaciones del caso Ayotzinapa
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Un comandante de Mérida y un policía de la Ciudad de México son acusados de torturar a implicados en la desaparición de los 43 normalistas
Policías federales ministeriales de la Fiscalía General de la República (FGR) detuvieron a dos integrantes de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) en activo. Son acusados del delito de tortura por el caso Ayotzinapa.
De acuerdo con funcionarios de la FGR, los detuvieron porque están acusados de torturar a sospechosos durante la pesquisa sobre la desaparición de los 43 normalistas en Guerrero, aunque el jefe de la indagatoria, Tomás Zerón, sigue prófugo.
Los detenidos, cuya identidad no ha sido revelada por las autoridades, participaron en la investigación realizada en el gobierno de Enrique Peña Nieto, relacionada con la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero, en septiembre del 2014.
Estas detenciones forman parte de un expediente relacionado con un video difundido en 2019, en el que se puede ver a un elemento de la Marina y agentes federales torturando a uno de los presuntos involucrados en la desaparición de los normalistas.
Con estos dos policías ministeriales aprehendidos –uno detenido en Yucatán y otro en la capital del país–, suman cinco los detenidos que están implicados en el delito de tortura.
El equipo de investigadores federales liderado por Zerón está acusado de torturar a sospechosos cuyos testimonios sirvieron para sustentar la así llamada "verdad histórica". En esa versión se estableció que el 26 de septiembre de 2014 policías locales capturaron a los estudiantes en la ciudad de Iguala, en el estado sureño de Guerrero, y los entregaron a miembros del crimen organizado, quienes los habrían quemado en un basurero y arrojado sus restos a un río cercano.
Sin embargo, expertos internacionales denunciaron en 2016 que esa teoría se basaba en testimonios de 17 detenidos que aparentemente habían sido torturados, y dos años después una investigación de las Naciones Unidas vio fuertes indicios de tortura en 34 de los arrestados.
Posteriormente, los propios tribunales mexicanos dijeron que toda la investigación estuvo plagada de irregularidades, con lo que el actual gobierno tuvo que reiniciarla casi completamente.
La desaparición de los 43 estudiantes fue el caso que más conmocionó a México durante el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto.
Con información de El Horizonte e Informador