Disputa de plaza, deja ‘sin vida’ a Magdalena de Kino
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La población se automimpuso un toque de queda. Cerraron todos los bancos, tiendas departamentales y de autoservicio
MAGDALENA DE KINO, SON.- La semana de horror que experimentaron los magdalenenses y la región norte de Sonora forma parte de los proleagómenos de una guerra entre dos facciones del Cártel de Sinaloa: la comandada por Ovidio Guzmán López y la de Ismael “El Mayo” Zambada.
Con base a información del semanario Proceso, las corporaciones policiacas locales coinciden: los ataques armados y detonaciones en Magdalena son resultado de un ultimátum de Felipe de Jesús Sosa Canizales, “El Gigio”, compadre del “Mayo” Zambada, a “Los Chapitos” de Ovidio Guzmán. Les pidieron liberar el corredor delincuencial de Benjamín Hill, Santa Ana, Magdalena e Ímuris.
La refriega tuvo su primer capítulo el 22 de julio, cuando supuestamente los bandos en desacuerdo tomaron rehenes y se lanzaron el ultimátum de que entrarían a la fuerza por los retenidos.
Al día siguiente, los choques armados fueron en la colonia El Polvorín, contigua a la carretera internacional Cuatro Carriles, la vía federal México-15. El mismo 23 de julio por la tarde, otro atentado tuvo lugar sobre el cerro de El Mezquite, al poniente de Magdalena, donde se ubica una pila de abastecimiento de agua, donde luce una colorida leyenda con el nombre de la ciudad.
Para el 24, los magdalenenses fueron despertados con metrallas y detonaciones de arma de fuego en las colonias Amanecer de Kino, Estación, San Felipe, San Martín, Lomas de Kino, El Polvorín, Madero y Fátima.
Este mismo día tuvo lugar el más difundido de los ataques. Ocurrió en la gasolineria “La Industria”, justo en el Centro Histórico, a 30 metros de la Plaza Monumental, donde descansan los restos del misionero jesuita, Francisco Eusebio Kino.
Dos de los videos que se viralizaron ese día se ubican en la iglesia Santa María Magdalena, donde los feligreses se tiraron al suelo y empezaron a rezar para mitigar el temor.
La población se automimpuso un toque de queda. Cerraron todos los bancos, tiendas departamentales y de autoservicio; sólo unos cuantos comerciales locales y changarros siguieron atendiendo.
Las versiones ciudadanas indican que al menos se contabilizaron 20 cuerpos apilados en la gasolinera, pero los informes oficiales nada reportaron. Con información de Proceso