Estados que votaron por Trump inundan México con maíz nocivo
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Las adquisiciones pasaron de 5 mil 676 toneladas en 2012, a 13 mil 800 toneladas en 2016
México es uno de los principales compradores de maíz amarillo de Estados Unidos, por el que paga más de 2 mil millones de dólares al año, y pese a que es un grano icónico e incluso de identidad nacional, más del 36 por ciento de su consumo total es importado.
Para dos migrantes mexicanos en Arizona, Estados Unidos, esto no pasó desapercibido. Ambos buscaban una forma de presionar a los gobiernos para que detengan el hostigamiento, amenazas y políticas antimigrantes de Donald Trump. La idea era clara: un boicot a un producto estadounidense; y el maíz, el área de oportunidad. De ahí nació “No Maíz Gringo”, una campaña que creció y ha unido a mexicanos en ambos lados de la frontera.
La adquisición de grano estadounidense se triplicó en México durante los cuatro años que van de la administración de Enrique Peña Nieto, al pasar a 13 mil 800 toneladas en 2016 contra las 5 mil 676 de 2012, último año de Felipe Calderón. Es decir, las compras subieron 246 por ciento con respecto a 2012 de acuerdo a datos analizados en el reporte “Grain: World Markets and Trade 2017” del departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Tan sólo en un año, de 2012 a 2013, casi se duplicó la compra de maíz de México a EU: pasó de 5 mil 676 a 10 mil 949 toneladas métricas. En 2014, la cifra subió a 11 mil 341 toneladas importadas; en 2015 creció a 14 mil 011 toneladas métricas; y en 2016 la importación sumó 13 mil 800 toneladas métricas, por las que se pagaron 2 mil 603 millones de dólares.
De acuerdo al informe del Gobierno estadounidense, México es el segundo comprador más importante de maíz en Estados Unidos, ya que, se ubica sólo por debajo de Japón, que importó 15 mil toneladas en 2016.
El Mid West de Estados Unidos es la zona que más produce maíz, integrada por estados como Iowa, Indiana, Minnesota, Wisconsin; todos ellos republicanos y que más apoyan el discurso de Trump. Esas regiones incluso fueron determinantes para el triunfo del magnate en noviembre pasado, coinciden activistas pro migrantes en EU.
Luis Ávila y Daniel Rodríguez son dos mexicanos migrantes activistas que viven en el estado de Arizona e impulsan el boicot “No Maíz Gringo” desde el mes de febrero.
En entrevista con SinEmbargo, Ávila recordó que la campaña nació con la finalidad de enfrentar el acoso a migrantes y está basada en las acciones que emprendieron activistas en Arizona en 2010, cuando lucharon contra la propuesta de Ley SB1070, o de Apoyo a Nuestras Fuerzas de Orden y Vecindarios Seguros.
Los boicots de ese entonces obligaron a empresarios a ceder y llamar a gente del partido republicano para que detuviera la Ley Antimigrantes, ya que los negociantes estaban perdiendo dinero, y daban mala imagen al estado, destaca Ávila.
“Sabíamos que no podíamos hacer un boicot contra el país entero porque al consumidor mexicano le iba a costar mucho trabajo detener las compras de todos los productos estadounidenses que, aunque sabemos que se pide en muchos lugares de México y mucha gente lo apoya, es muy difícil para el consumidor. Entonces decimos buscar un producto que México le comprara en gran cantidad a EU y no impactara tanto al consumidor sino más bien a la economía de EU y en particular a personas que viven en el Mid West” narró.
“El maíz que México consume representa 13 mil millones de dólares de ingresos anuales para varios estados que apoyan las políticas anti-mexicanas de Trump” señala la campaña.
Hasta el momento la petición en línea para apoyar el boicot lleva al menos 2 mil 67 firmas, y ya ha rendido frutos, según afirma el activista.
LA CAMPAÑA SE DESBORDA
El movimiento creció y avanzó a niveles que han sorprendido a los iniciadores, según comenta Luis Ávila. El activista detalla que a la fecha llevan tres éxitos, entre los cuales destaca la iniciativa presentada en el Senado mexicano para detener la compra a gran escala de maíz; y la segunda, es que en Estados Unidos senadores republicanos han mostrado preocupación por el boicot.
Para los activistas su primer éxito es lograr concretar relaciones con gente en México y unir fuerzas para mandar un mensaje al Gobierno de este país de que defienda a su gente e invierta en el campo, en el mercado interno.
“En todo el tiempo que tenemos trabajando en el tema migratorio, nunca habíamos podido sumar esfuerzos con gente en México, eso es para nosotros nuevo. El hecho de que el senador [Armando] Ríos Piter haya escuchado nuestra propuesta y haya presentado la iniciativa; que organizaciones como El Barzón promuevan la propuesta, eso nos da bastante orgullo”, señaló.
Otro objetivo alcanzado es llamar la atención de los legisladores republicanos. Dos senadores estadounidenses, Chuck Grassley, de Iowa, y Ben Sasse, de Nebraska, ya enviaron cartas a Donald Trump para expresarle su por el boicot al maíz estadounidense.
“A nosotros nos emociona el hecho de que la amenazada ya que le esté llegando a Trump: el mensaje de ‘eh, despierta esto no es bien’”, añadió.
El movimiento se ha basado en tres estrategias, explicó Ávila: la primera es invitar a grupos en México para que se sumen al boicot. Actualmente, “No Maíz Gringo” ya entabló pláticas con al menos 12 grupos mexicanos.
“La finalidad es encontrar apoyo en México para que presionen al Gobierno federal y a los estatales para que detengan la compra de maíz , y defiendan a la comunidad migrante en EU. Pero también, [el boicot] le da cierto poder de negociación a México. Aunque todavía no hemos creado una coalición formal, estamos hablando con grupos a nivel local”, abundó el activista.
La segunda línea de acción es trabajar con mexicanos que viven en Estados Unidos y otras partes del mundo para que firmen la petición y la promuevan en sus lugares de residencia.
A esta campaña se han sumado importante figuras, por ejemplo, la chef Silvana Salcido, fundadora de Barrio Café, el mejor restaurante mexicano en Estados Unidos, según el blog especializado Tabelog. Salcido, aunque nació en EU, tiene raíces mexicanas.
LA PROPUESTA, AL SENADO DE MÉXICO
El pasado 21 de febrero, el Senador Armando Ríos Piter presentó una propuesta de Ley para eliminar la dependencia de las importaciones de maíz de Estados Unidos y declarar al producto como un bien necesario para la economía nacional.
El anteproyecto establece que el programa de compras consolidadas de maíz del exterior deberá disminuir las adquisiciones de este producto al vecino del norte en un 60 por ciento en el primer año desde la publicación de la Ley, en caso de aprobarla; en 80 por ciento en el segundo año, hasta llegar al 100 por ciento en el tercero.
“México no solamente es un socio importante para los Estados Unidos en materia de comercio; para lugares como Arizona, México implica el 40 por ciento del total de las exportaciones de ese estado hacia nuestra República”, expuso el congresista en tribuna el día que presentó la iniciativa.
Rios Piter detalló que Iowa, Indiana, Wisconsin, Dakota del Norte y Dakota del Sur son los estados que más maíz le venden a México, pero también son los que más apoyan el discurso antimexicano del Presidente Trump.
“Nos sale más caro comprarle el maíz a los Estados Unidos, a las entidades que apoyan el discurso antiinmigrante, al discurso de odio de Donald Trump, nos sale mucho más caro comprárselos a ellos”, sostuvo el legislador.
La iniciativa además plantea, en los transitorios, no solamente la posibilidad de diversificar mercados, sino el aprovechamiento de los distritos de riego:
“Hoy desafortunadamente están abandonados [los distritos de riego] en Tamaulipas, Chihuahua, y hemos dejado de tener las inversiones en todos los lugares de la República, desde la Tierra Caliente en Michoacán y Guerrero, hasta La Fraylesca en Chiapas. Tenemos que voltear a ver a nuestro mercado interno”.
La Secretaría de Agricultura Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) también se ha posicionado al respeto. El pasado 16 de marzo advirtió que México dejaría de comprar productos agroalimentarios a Estados Unidos si el Gobierno estadounidense insiste en establecer políticas que afecten a los productores mexicanos y para ello, anunció, ya busca proveedores en otros países.
“Somos buenos socios comerciales […], no sólo somos buenos para vender sino también somos buenos para comprar y tenemos que abrir nuestras alternativas para salir al mundo y decir ‘le voy a comprar al mejor postor, no me quedo con una opción'”, afirmó el titular de la dependencia, José Eduardo Calzada.
Funcionarios de México, en concreto de la Sagarpa, incrementaron las diligencias y visitas a otros países a fin de buscar otras opciones para exportación e importación.
“Aceleramos las visitas a los países con el objetivo de diversificar aún más, de manera rápida, las importaciones mexicanas y la proveeduría que nos llega al país por parte de diversas naciones”, indicó Calzada durante la presentación de la “Estrategia de diversificación de mercados”, que implementarán a raíz de la incertidumbre generada entre los productores del país por la salida de Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de America Latina (TLCAN).
LA DEPENDENCIA DE MÉXICO DESDE EL TLCAN
El maíz es un producto de identidad mexicana por su consumo y su origen. De 64 especies que existen, 59 pueden considerarse nativas y 5 descritas en otras regiones de América Latina pero halladas en México, de acuerdo a un estudio de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
Además, ocho de cada diez hogares mexicanos (el 81 por ciento) gastaron en 2016 el 6.5 por ciento de sus ingresos en este producto, sin contar el usado para la elaboración de otros alimentos, de acuerdo a la más reciente Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En 2016, el consumo total de maíz fue de 37 mil 500 toneladas, de las cuales, 13 mil 800 fueron importadas.
“No me cabe en la cabeza que en mi tierra, donde se siembra el mejor maíz, lo tengan que comprar en el extranjero”, declaró la chef Silvana Salcido, en una entrevista con la agencia Efe.
En 2012, el consumo total de maíz en México fue de 27 mil toneladas métricas, de las cuales, 5 mil 676 eran importadas ( 21.02 por ciento). En 2013 ascendió a los 31 mil 700 toneladas, el 34. 53 por ciento era maíz importado, y el 72 por ciento fue producido. Para 2014, del consumo total de maíz en México, que fueron 34 mil 550 toneladas, el 32 por ciento se importó, es decir, 11 mil 341 toneladas. En 2015, del consumo total que ascendió a las 37 mil 300 toneladas de maíz amarillo, el 37.56 por ciento era importado (14 mil 011 toneladas).
Antes de la implementación del TLCAN, el país tenía autosuficiencia alimentaria en la producción de maíz y frijol.
El Tratado golpeó a los agricultores, especialmente a los mexicanos y a especies nativas como el maíz y el frijol, pues quitó los aranceles comerciales y las corporaciones estadounidenses comenzaron a exportar estos alimentos, mientras los agricultores mexicanos se quedaron con pocas posibilidades de competir, explicó Victor Suárez Carrera, director de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC).
Para el especialista, quien colabora en el Instituto de Investigación de Economía Política en la Universidad de Massachusetts, consideró que la apertura comercial implementada hace 23 años provocó que México haya perdido soberanía alimentaria y dependa en gran medida de los productos estadounidenses.
“Después del TLCAN, el aumento de exportaciones para Estados Unidos hacia México ha sido espantoso”, lamentó Suárez Carrera, quien considera que la renegociación o, mejor aún, el replanteamiento de un nuevo tratado puede significar una oportunidad para México.
AMENAZAS A ACTIVISTAS
El boicot al maíz estadounidense sigue en marcha, pese a las amenazas que han recibido sus iniciadores. Luis Ávila informó que desde que arrancaron el movimiento reciben mensajes de odio y amenazas.
“Todos los días recibimos correos electrónicos de mensajes de odio, mensajes directos en nuestras redes sociales, hace una semana cuando la chef Salcido se unió a la campaña, anunció su apoyo y le dijo a otros chefs que se unieran y que dejen de comprar, a raíz de eso llegó otra ola de odio, de amenazas en restaurantes. la gran mayoría de los mensajes que recibimos que este lado es de gente que está enojada”, acusó Ávila.
Los correos van desde reclamos, como decirle a los activistas que son unos mal agradecidos porque viven en EU y luchan contra él; hasta las intimidaciones donde les dicen que “si siguen ejerciendo presión algo les podría pasar”.
Pero, los iniciadores del boicot también reciben mensajes de apoyo al movimiento. “Hace un rato hablaba con una mexicana en Alemania que está promoviendo la campaña allá en Europa. Somos dos personas en Phoenix que empezamos una campaña que tiene repercusión global”, destacó.
Los “políticos oportunistas” que se han sumado al tema, es otra parte que tampoco se esperaban, alude el mexicano. Por ello llamó a la sociedad a identificar a los funcionarios o políticos que sólo quieren aprovecharse del tema en vista de las próximas elecciones presidenciales en México.
“Va a haber mucho oportunismo político, ya estamos viéndolo: políticos que ahora están hablando del tema cuando es un tema que lleva años. Nosotros hemos sufrido la consecuencia de la separación familiar por años, no es nuevo esto y ahorita hay un cierto sentimiento de nacionalismo en México que le está ayudando a algunos políticos para poder hablar de migración para ganarse puntos. Pero queremos recordarle a la gente que es algo que acá se vive todos los días, no es un discurso político; hay niños que no van a escuela, gente que no va al doctor porque tienen miedo de salir a la calle”, afirmó.
También llamó a los funcionarios a tomar acciones y no hacer sólo promesas. “La migración y deportación no se trata nada más de defensa, de qué programas van a crear para reintegrar a mexicanos, que eso es bien importe, pero también el qué puede hacer México en la defensa, para hacerle saber a Estados Unidos que no vamos a aceptar el maltrato”.
Ávila recalcó que las elecciones van a pasar el año que viene; pero para los migrantes les quedan años de lucha y defensa.
“Queremos que no estén hablando [los políticos] de cosas que hemos hablado por años sino queremos acciones. Si van a dejar de comprar maíz a EU, háganlo ya; si van a apoyar al mexicanos que son deportados háganlo ya, queremos ver las acciones ya, y no nada más las promesas”, puntualizó.