Gobierno de Peña Nieto no atendió suficientes casos de cáncer en mujeres: Auditoría
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La política de prevención no ha funcionado: la mortalidad por cáncer de mama aumentó 4.7 % anual desde 2013, el año pasado recibieron tratamiento solo el 84.7 % de enfermas, y el 76.2 % de las que tienen cáncer cérvicouterino
Por Itxaro Arteta (@iartetam) para Animal Político
Durante 2017, en México recibieron tratamiento solo el 84.7 % de las mujeres con cáncer de mama confirmado, y 76.2 % de las que tienen cáncer cérvicouterino, lo que está por debajo de lo planeado por el gobierno en 10.3 y 23.8 puntos porcentuales, respectivamente, alertó la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
En la auditoría de desempeño 2017-5-12L00-07-0225-2018 realizada al programa de Prevención y Control del Cáncer de la Mujer, del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (CNEGSR), la ASF reconoció como mejoría un aumento en exploraciones clínicas y mastografías para la detección de cáncer de mama en mujeres sin seguridad social, así como en biopsias para seguimiento de esta enfermedad, que es la primera causa de muerte femenina en México.
Pero no pasó lo mismo en la prevención del cáncer cérvicouterino, que es el segundo más letal para las mujeres mexicanas. En 2017 se hicieron 7.3 millones de pruebas de detección, que representaron una cobertura de apenas el 55.7 %, 10.3 puntos porcentuales menos de la meta establecida. Además, de 2013 a 2017 se registró una reducción de pruebas de 0.4 % anual.
También disminuyó la cobertura en cuanto a seguimientos, con una prueba llamada evaluación colposcópica, que solo se aplicó a 62 % de mujeres entre 25 y 64 años sin seguridad social, lejos del 85 % de alcance que estaba programado. La realización de estas pruebas se redujo 1.3 % cada año desde 2014, advirtió el organismo.
La auditoría afirmó que el CNEGSR no tenía indicadores ni información para evaluar si se fortaleció la detección, seguimiento y tratamiento oportuno y de calidad de ambos tipos de cáncer, lo que se supone que era su objetivo de política pública. Y lo que los datos nacionales muestran es que la cantidad de mujeres que murieron en los últimos años, simplemente, no bajó.
“La tasa de mortalidad por cáncer de mama, en el periodo 2013-2016, se incrementó 4.7 % en promedio anual, al pasar de 16.3 defunciones por cada 100,000 mujeres de 25 años y más, en 2013, a 18.7 muertes en 2016. Se identificó que únicamente en 2013 se alcanzó la meta establecida en el Programa de Acción Específico Prevención y Control del Cáncer de la Mujer 2013-2018; en los otros años, la mortalidad fue superior a la programada”, expuso el informe.
”La mortalidad por cáncer cérvicouterino, en el periodo 2013-2016, se incrementó en 0.3 % en promedio anual, al pasar de 11.3 defunciones por cada 100,000 mujeres de 25 años y más, en 2013, a 11.4 muertes en 2016. Se identificó que únicamente en 2013 se alcanzó la meta establecida en el Programa de Acción Específico Prevención y Control del Cáncer de la Mujer 2013-2018; en los demás años, la mortalidad fue superior”.
Otra meta que debía buscar el organismo era disminuir las diferencias de atención al cáncer de mujeres entre las regiones del país, pero la auditoría encontró que en cinco de ocho indicadores analizados, en realidad empeoró la situación. En lo que más se abrió la brecha fue en la detección del cáncer de mama en etapas tempranas, cuando la enfermedad aún es curable.
El Centro no usó ninguna metodología ni programa de trabajo para asesorar al personal que opera el programa de prevención en los servicios estatales de salud. Ni siquiera tuvo el número de personas que recibió asesoría técnica en las 32 entidades del país.
Para entregar subsidios, no previó los montos máximos por beneficiario y con respecto al costo total del programa no identificó con precisión a la población objetivo y no está garantizado que el dinero se canalizara exclusivamente a esa población.
“En opinión de la Auditoría Superior de la Federación, en 2017, la política de prevención y control del cáncer de la mujer mostró deficiencias en la asesoría al personal que opera el programa de prevención y control del cáncer de la mujer; en la evaluación de la política, y en la distribución de los subsidios a las entidades federativas; de persistir esta situación el CNEGSR no lograría cumplir la meta de disminuir la mortalidad de cáncer de mama y cérvicouterino, ni contribuiría al cierre de brechas existentes en salud entre diferentes grupos sociales y regiones del país”, sentenció.