Ser mujer es un riesgo en la Ciudad de México; sufren ataques sexuales diariamente

Nacional
/ 12 marzo 2016

A la periodista estadounidense Andrea Noel la humilló el pasado 8 de marzo un hombre cuando caminaba por en la Ciudad de México. le levantó el vestido y tiró de su ropa interior

Me pareció muy absurdo que dedicaran tanto tiempo y tantas personas en atenderme cuando había otras con problemas más serios. Lo mío había sido de lo más frívolo”

MÉXICO.- Una gran mayoría de las mujeres que vive en la Ciudad de México denuncia haber sufrido algún tipo de violencia sexual, un 72%, según las cifras que maneja el Instituto Nacional de Estadística. 
Esto es más que la media nacional y supera a los estados más violentos del país, como Guerrero o Chihuahua.


A la periodista estadounidense Andrea Noel la humilló el pasado 8 de marzo un hombre cuando caminaba por en la Ciudad de México. le levantó el vestido y tiró de su ropa interior. Noel, de 26 años, consiguió el video de una cámara de seguridad privada y lo subió en Twitter. Enseguida se hizo viral. 

Pero ese Día Internacional de la Mujer otras chicas sufrieron agresiones sexuales en México que no se convirtieron en trending topic. Estos son los riesgos de ser mujer en la capital mexicana.

La gran mayoría de las mujeres que vive en la Ciudad de México denuncia sufrir algún tipo de violencia sexual, un 72%, según las cifras que maneja el INEGI. Esto es más que la media nacional y supera a los estados más violentos del país, como Guerrero o Chihuahua. 

Y la violencia se ceba con las más jóvenes, como Noel. En esos casos la cifra de abusos aumenta hasta 78 de cada 100 mujeres entre 20 y 29 años.

“Lo que me hizo ese tipo ni siquiera es lo más fuerte que me ha pasado esta semana”, sentencia Noel desde el otro lado del teléfono. Un día después de los hechos, recuerda esa tarde, cuando fue a poner la denuncia, había otras chicas que habían sufrido agresiones “mucho más graves” y no recibieron el mismo trato: “Junto a mí había chicas llorando. Me pareció absurdo que dedicaran tanto tiempo y tantas personas en atenderme cuando había otras con problemas más serios. Lo mío fue lo más frívolo, pero había tenido éxito en las redes sociales”, cuenta indignada.

Otro caso

Otra joven, Noelia Kubatov, de 28 años, no tuvo esa suerte en el Ministerio Público. Cuando fue a denunciar la semana pasada que un hombre le había estado tomando fotos a su trasero mientras caminaba por la colonia Roma, le trataron como si estuviera “loca”, aunque pudiera probar que él tenía esas fotos, según cuenta. 

“No me quisieron tomar la denuncia, me amenazaron con que si estaba dando falso testimonio me podían caer de 2 a 6 años de cárcel”, cuenta. 
Dos mujeres se apiadaron de ella, la doctora que la revisó y una abogada: “Me recomendaron mostrarme vulnerable, que de nada servía parecer segura y valiente. Así no les interesa. Tienes que mostrar miedo, me decían”, recuerda Kubatov. 

El tipo al que se ha atrevido a denunciar trabaja a unas calles de su casa, pero lo que siente es rabia.
Uno de los lugares donde se hace más evidente que las mujeres han aprendido a convivir con esta situación es en el Metro que mantiene la separación de hombres y mujeres en las horas pico para evitar “tocamientos”, según aseguraba su director en una entrevista. 

Esta segregación por sexo se observa en autobuses y taxis rosas que circulan por la capital. Esto se debe a que un 48% de mujeres reconoce sufrir acoso sexual en estos sitios, en su mayoría de tipo físico, según un estudio de 2014 elaborada por la asociación El Poder del Consumidor y la encuestadora Dinamia. La mayoría de los  mil 400 encuestados señalaba estar a favor de viajar separados.

“A todo el mundo le parecía una tontería lo que me había pasado. Comprendí entonces que si consigues escaparte de una violación o un abuso grave y te animas a denunciar, no te escuchan. No hay medidas preventivas. No sabemos para qué quería ese tipo mis fotos y no es exagerado pensar en la trata de blancas en México”, se lamenta Kubatov. “En este país, lo que me pasó en la calle es lo mínimo que te puede pasar siendo mujer. Ese mismo día seguro que muchas mujeres estaban siendo violadas, secuestradas o desaparecidas”, apunta la periodista estadounidense. 

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