“¡Sí se pudo!”, le gritan a Carlos Aguiar Retes, nuevo cardenal de la CDMX
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Carlos Aguiar Retes está lleno de esperanza por su nuevo nombramiento; pide a fieles de Tlalnepantla sus oraciones para desempeñar su nueva encomienda
“¡Sí se pudo!, ¡Sí se pudo!”, despidieron entre aplausos y con la catedral de Tlalnepantla llena de feligreses al nuevo cardenal de la Aquidiócesis Primada de México quien dijo que llega: “Lleno de esperanza”, a su nombramiento.
El cardenal pidió a los fieles sus oraciones, puesto que espera el triple de trabajo por el tamaño y la dificultad que se concentra en el ministerio pastoral de la Ciudad de México.
Como todos los domingos, ayer celebró misa en la catedral de Corpus Christi, localizada en Tlalnepantla, Estado de México; esta ceremonia fue distinta, porque en ella se despidió de la feligresía que lo ha acompañado durante los últimos nueve años.
Al término de la ceremonia, en una breve declaración, el prelado de origen nayarita señaló que se siente “lleno de esperanza” luego de que el papa Francisco lo nombrara sucesor de Norberto Rivera Carrera al frente de la arquidiócesis metropolitana.
“Hoy les pido su oración por este servidor porque si bien la tarea en esta arquidiócesis de Tlalnepantla era grande, en tamaño y en dificultades por lo menos es triple lo que me espera en la Ciudad de México. Necesito su oración, su apoyo y que sigan en los caminos que hemos trazado”.
Declaró a sus feligreses que será el 5 de febrero cuando el cardenal Carlos Aguiar Retes inicie su ministerio episcopal como arzobispo primado, en sustitución de Rivera Carrera, quien se jubila por edad. Mientras asume su nuevo ministerio, permanecerá como administrador apostólico en la Arquidiócesis de Tlalnepantla hasta que sea designado su sucesor.
El jueves se dio a conocer que el papa Francisco designó a su amigo cercano Aguiar Retes; el prelado nayarita tendrá bajo su encomienda la diócesis más poblada del mundo después de que al cumplir los 75 años el 6 de junio, Rivera Carrera entregó su carta de renuncia a la nunciatura de la Ciudad de México.
El nombramiento implica que se tendrá que trasladar a la Ciudad de México, para ocupar el lugar al frente de la congregación metropolitana y tendrá que dejar la Arquidiócesis de Tlalnepantla.
Antes de la misa, agradeció a las personas que lo felicitaron y le expresaron sus sentimientos encontrados por su designación como arzobispo.
Aguiar Retes agregó que se siente agradecido por el tiempo que permaneció al frente de esta diócesis y que se encuentra “con mucha alegría y esperanza a que los trabajos fructifiquen”.
Los feligreses dieron muestras de cariño al prelado. Al ingresar a la catedral, fue recibido con aplausos e incluso hubo personas que en voz alta expresaron: “¡Sí se pudo!, ¡sí se pudo!”. El templo estaba tan lleno que hubo personas que no alcanzaron asiento por lo que tuvieron que seguir de pie las palabras del pastor; al terminar la ceremonia, repitieron los aplausos.
Durante la homilía señaló que la mayoría de los católicos mexicanos ha cumplido el primer paso necesario en el encuentro con Dios, que es tener conciencia del pecado, la limitación y el error, y la religiosidad que caracteriza al pueblo mexicano.
“Pero en cuanto al segundo paso estamos todavía quizá 90% de los católicos muy distantes de experimentarlo que es el bautismo en el Espíritu Santo. Nosotros casi todos hemos recibido el Sacramento de la confirmación; pero no hemos recorrido el camino para esta relación a través del discernimiento: la capacidad de interpretar los acontecimientos de mi vida y eclesiales; qué es lo que pide Dios”, afirmó.
Consultados sobre la despedida del arzobispo Aguiar Retes, fieles que han asistido a misa en la catedral de Tlalnepantla desde hace 20 años reconocieron que lo que más van a extrañar del cardenal es su cercanía y el trabajo que hacía en las comunidades.
“Estoy muy contento porque tiene una nueva misión en la iglesia de México, espero que el señor lo llene de sabiduría para esta nueva misión. Espero que su sucesor trabaje de la misma manera que el cardenal, que siga con el proceso que él tenía y no lo corte. Su labor era en las comunidades, visitaba las zonas pastorales de toda la arquidiócesis y promovía que las personas se integraran. Vamos a extrañar su cercanía, es una persona muy humana que no nos aparta”, dijo Juan Manuel Díaz Guzmán, de 63 años.
Angelita Cruz, de 60 años, quien escucha misa en la Catedral desde que era niña tiene “sentimientos encontrados” por la partida de Aguiar Retes, le da tristeza que se vaya pero se alegra por él puesto que piensa que “ha trabajado mucho”.