Su padre amaba el tequila, ahora ella dirige una compañía que lo producen puras mujeres
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Melly Barajas Cárdenas ha construido un creciente negocio de destilería con el esfuerzo y dedicación de puras mujeres
Hace más de dos décadas, cuando Melly Barajas Cárdenas y su padre estaban de vacaciones en Mazamitla, México, él le dijo que quería un tequila con su nombre. En ese entonces, Melly era una diseñadora textil en Guadalajara, de donde es ella.
“No sabía nada sobre tequila”, declaró Barajas Cárdenas en una entrevista. “Pero era el deseo de mi padre”. Entonces ella decidió una forma de cumplirlo. Tocó diversas puertas, pidiendo ayuda a varios productores de Tequila, y eventualmente encontró a alguien que produciría una línea de botellas por ella.
“Al principio, era un objetivo y tuve que lograrlo, más que algo que quería hacer”, ella declaró. “Mi negocio de ropa era muy cómodo. Iba a la oficina, y luego a casa, era fácil. Pero una vez en la industria del Tequila, lo amé. El aroma , el sabor, era maravilloso”.
En 1999, ella abrió su propia distelería, Raza Azteca, en Jalisco. En ese tiempo, de acuerdo a un estimado del Consejo Regulador de Tequila en México, el cual certifica tequilas con denominación de origen, ocho o nueve de los 79 productores de tequila eran mujeres. (Hoy, el número es de 12 de 152, eso es el 8%.)
Barajas Cárdenas dijo que el reto más difícil ocurrió cuando ella abrió primero la distelería. Ella no tenía sus propios campos de agave, y quería usar plantas de 8 a 10 años. “Tenía que levantarme temprano y manejar a un campo de agave para encontrar el agave que quería”, declaró Barajas. En ese tiempo, ella producía 300 litros en un mes. Ahora, su distelería hace esa cantidad diariamente.
En los últimos 20 años en los que ella ha estado produciendo tequila, del 100% de tequila que produce Jalisco tiene más que el doble, pero el rango de diferencia de la industria de hombres y mujeres no ha cambiado mucho.
Aún Barajas Cárdenas permanece con esperanza. “Yo le digo a las mujeres que ellas pueden hacer lo que quieran”, ella declaró. “No somos mejores o peores que los hombres. Es deificil, pero nosotras definitivamente hacemos lo que queremos. El cielo es límite”.
Con información de NY Times