'Yo creo que hay un acuerdo entre AMLO y Peña, eso sí me da coraje': Guadalupe Loaeza
COMPARTIR
La escritora lamenta que el legado del presidente Enrique Peña Nieto y su esposa Angélica Rivera sea muy pobre para el país
CIUDAD DE MÉXICO.- A un mes de que el presidente Enrique Peña Nieto entregué la estafeta a Andrés Manuel López Obrador, la escritora Guadalupe Loaeza dice que está convencida de que hay un acuerdo entre ambos.
Lo dice cuando parece que los casos que han sido emblema de la corrupción en este sexenio se desvanecen en le Procuraría General de la República (PGR) o en los tribunales y cuando el presidente electo ha dicho que el caso del exgobernador de Veracruz, Javier Duarte es puro "circo y show".
“Eso sí me da coraje porque ojalá que no exculpen a Rosario Robles, a (Javier) Duarte, yo creo que ya hay un acuerdo… ojalá que exista la justicia”, afirma la autora en entrevista con ADNPolítico.
Para ella, es precisamente la corrupción, la Casa Blanca, la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, los escándalos de Javier Duarte , Rosario Robles , y la falta de sensibilidad del presidente Peña Nieto ante estos hechos lo que marcarán su sexenio.
Con el tono de voz que la caracteriza, la autora expresa que para ella, esa falta de sensibilidad fue lo que generó indignación en la gente, misma que derivó en los resultados de las pasadas elecciones, donde el PRI terminó como tercera fuerza polític a en México y López Obrador ganó con más de 30 millones de votos .
El fin del sexenio trajo a Loaeza la oportunidad de publicar El despeñadero de los Peña, libro de editorial Planeta, donde recopila sus columnas escritas durante la administración actual en la que recorre el sexenio desde una perspectiva política, social y hasta “rosa” por su enfoque en la pareja presidencial compuesta por Peña Nieto y la actriz Angélica Rivera.
Y ahora, ¿qué hará la familia Peña?
En la plática, Loaeza ríe, gesticula y especula sobre el futuro de la familia que en breve dejará Los Pinos. Para ella, "ya no hay nada que una a la pareja presidencial"… salvo una ‘ casa blanca’ , de la que no se supo cuál fue su destino: "si se vendió, se rentó o está en Airbnb".
"Las familias políticas mexicanas se quedan traumadas, todos quedan marcados, se acaba un sexenio y ya no saben quiénes son. ¿Dónde está mi identidad? ¿a dónde voy?, ¿qué voy a hacer conmigo?", expresa.
La escritora señala que desde el episodio en la Feria del Libro de Guadalajara de 2011, donde Peña no pudo decir el título de tres libros que lo hayan marcado, se empezó a dar cuenta que el mexiquense no era un jefe de Estado ni un mandatario, sino alguien que había impuesto la televisión al igual que su pareja.
“El error fue Televisa de por medio, el querer hacer una pareja, así como Barbie y Ken, ese fue un error y no se va a quitar ese estigma nunca porque no hubo un noviazgo espontáneo, natural, no se siente una pareja cómplice… no hay nada que los una”, expresa la columnista quien dice que es mejor que se divorcien y que queden como amigos, pues augura que de lo contrario podrían acabar reprochándose “cosas difíciles”.
Peña Nieto ha dicho que planea regresar a vivir al Estado de México, entidad que gobernó antes de ser presidente, mientras surgen las voces que afirman que Angélica Rivera escribe un libro sobre su vida como primera dama.
En este papel, crítica la periodista, tuvo una gran oportunidad de trabajar en favor de las mujeres, de los feminicidios del estado de México, en favor de los niños y contra la pobreza, pero enfatiza que desperdició su posición y no deja ningún legado.
¿El adiós a las parejas fifí?
La articulista tiene esperanzas de que las cosas pueden cambiar, con la llegada del nuevo gobierno, que ya no verá guaruras en las calles atrás de los políticos como solían suceder y de que López Obrador y su esposa Beatriz Gutiérrez, jugarán un mejor papel, sobre todo ella por su formación académica.
Sin embargo la publicación de la boda de César Yáñez, uno de los hombres más cercano al morenista, en la revista ¡Hola!, la misma en la que lo Peñay Rivera salieron en la portada en varias ocasiones, le causó una gran decepción.
“Estaba muy enojada, me impresionó muchísimo, me indignó, me sentí insultada, primero me reí, pero luego quedé de muy mal humor una semana, ¡qué horror!, ¡qué vergüenza!...lo que hace el poder”, asegura exaltada, mientras mueve las manos de manera acelerada.
Recomendamos: ¿La boda de César Yáñez fue "fifí"?
La escritora calcula que una boda contrasta con el discurso de austeridad del próximo presidente y por lo que Yáñez debe renunciar y pedir perdón, decir ‘la regamos’, y espera que hayan aprendido la lección.
“Yo creo que esto fue una súper buena lección, porque hasta The Guardian se ocupó, se habló mucho de esto, trascendió, van a aprender, se van a cuidar más y la critica va a ser feroz. A mí me dio pie para que esa fuera mi pauta, así voy a estar seis años, como cuchillito de palo”, asegura.