Centro Cultural

Opinión
/ 2 octubre 2015

La plana mayor universitaria visitó mi barrio, en pleno centro de la ciudad de Saltillo. No venían a mi residencia, literalmente un sarcófago, del cual ya salgo poco, no; llegaron a inaugurar el nuevo Centro Cultural Aurora Morales López y aquello se convirtió en una fiesta.

El jueves 25 de febrero, encabezados por el rector de la Universidad Autónoma de Coahuila, Mario Alberto Ochoa, los universitarios se congregaron para inaugurar este centro cultural enclavado en una vieja casa señorial saltillera y lo que es lo mejor, contigua a la casa que habita este columnista. El nuevo recinto cultural viene a darle más lustre aún al barrio donde habita gente de abolengo y bien nacida aquí en Saltillo. De hecho, el único que no tiene razones para estar en este barrio residencial es este escritor; pero bueno, los vecinos, gentiles y galantes, me han aceptado como uno de ellos.

Labor sustantiva de la Universidad, todo mundo lo sabe, amén de la academia y su compromiso social con la comunidad, es la cultura y la cultura y no otra cosa, es siempre la asignatura a la cual se le recortan presupuestos, se le escatima un peso y en fin, cuando no se alcanza para comprar carne, lo primero es un buen recorte al gasto cultural como renglón no prioritario.

Por esta vez y ojalá muchas ocasiones más y contra todos los pronósticos, la cadena se rompió. Mario Alberto Ochoa, rector de la UAdeC, aceptó el reto que le dejó su antecesor, mi tocayo Jesús Ochoa Galindo, al dejar encaminado presupuesto y trámites, para habilitar como centro cultural, esta vieja casona, cedida al patrimonio universitario por la munificencia de la señora Morales de López.

El moderno y a la vez tradicional recinto educativo, las dos cosas sin contradicción de por medio, cuenta con cinco salas de exposición, área de cómputo con tecnología de punta, dos salas de usos múltiples y una espectacular terraza, donde amén de tomarse un buen café, se podrá disfrutar del fresco saltillense; todo animado por tertulias literarias y lecturas que ya se están programando para el efecto.

Día entonces de fiesta y brindis, de saludos y apretones de manos y fuertes abrazos. Este columnista, como los vecinos de mi barrio, fuimos invitados por las autoridades universitarias. Este redactor saludó entonces a don Blas Flores, quien ataviado con un traje cortado a la medida, marca Hermenegildo Zegna, le ha quitado el título del hombre mejor vestido al también amigo mío, el catrín de las Bibliotecas, Armando Sánchez Quintanilla.

Esquina-bajan

Un poco más adelante, refresco de cola en mano, el académico José Luis Martínez Avalos, quien vestía un traje "Príncipe de Gales" para la ocasión, se encontraba en franca y animada tertulia con uno de los puntales de la Universidad, la académica Flavia Jamieson. Más allá, saludé a la maestra de profesores, la espectacular y bella Juana María Alanís, la versión femenina de Oscar Wilde: un deslumbramiento su nuevo look.

El recinto cultural universitario no pudo elegir a mejor Directora para iniciar actividades; al frente está la licenciada Guillermina González, sinónimo de éxito y reputada académica de la entidad. Para la inauguración del centro, se pudo apreciar la obra plástica de un artista coahuilense, nacido en La Laguna, específicamente en Matamoros, Manuel Muñoz Olivares.

El nuevo Centro Cultural Universitario se une así a un circuito de recintos y museos enclavados en el centro histórico de la ciudad, los cuales nutrirán la vida no sólo académica, sino social de una comunidad que encuentra motivo de orgullo al caminar por calles, callejones y casas señoriales que enseñan lo mejor de la arquitectura norestense, la cual hay que conservar como un orgullo nuestro.

Letras minúsculas

¿Es necesario escribirlo? Con esta acción, la reelección como rector de Mario Ochoa va encaminada al éxito. Felicidades a los universitarios.

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