Cuando desahuciaron a mi suegra, la invité a vivir con nosotros; pero sanó y ahora no sé qué hacer.

QUERIDA ANA:

Hace poco más de cinco años cometí el peor error de mi vida. Mi suegra viuda estaba enferma, recibía quimioterapia y también terapia de radiación, decían los doctores que tal vez no pasaría los seis meses de vida.

También existía la circunstancia de que mi esposa y yo estábamos pasando por un período difícil en nuestro matrimonio y pensé que invitar a mi suegra a vivir con nosotros demostraría a mi esposa mi amor por ella. Y el motivo de que mi suegra estuviera delicada me hizo pensar que debería pasar el tiempo que le quedaba, cerca de su hija y sus nietos.

Mi suegra se curó y actualmente tiene 88 años y está bastante saludable pero a mí me está volviendo loco ya. Han sido cinco años muy difíciles. Ella hace un comentario negativo de todo. Cuando tenemos invitados ella habla sin parar desde el momento en que el primero pisa la puerta de la casa. Nuestros hijos no quieren quedarse solos con ella, así que muy rara vez salimos para no dejarla sola o a los niños con ella. Tenemos tres hijos de 14, 11 y 9 años. Es raro ¿verdad?, que unos nietos no quieran a su abuela. Y sí la quieren, pero como los critica constantemente, se molestan y prefieren estar en su recámara.

Mi suegra recibe una pensión de mi suegro fallecido, pero nunca da nada para la casa ni compra absolutamente nada.
 No soy interesado y no espero nada de ella, pero ni siquiera a sus nietos les compra un regalo en su cumpleaños o en Navidad. Ella tal vez piensa que su compañía y hacer la limonada para la comida de medio día y cerrar las ventanas y puertas en la noche son bastante gratificación. Porque de verdad es lo único que hace.
Mi esposa tiene tres hermanos y una hermana, la hermana vive en Estados Unidos, pero ni ella ni ninguno de ellos quieren cuidar a su madre y aunque les he pedido relevo, ellos han ignorado mi petición. Y cuando le digo a mi esposa que ellos hagan su parte, ella solamente se encoge de hombros y no contesta nada.

Estoy muy cansado de esta situación y no le veo el fin. Para empeorar las cosas, mi esposa perdió su trabajo hace dos meses y estamos viviendo solamente con mi sueldo. He tenido tanta tensión que he empezado a salir a correr por las tardes, al regresar del trabajo,  para desahogarme un poco.

Mi esposa y yo hemos ido a terapia (antes de que ella perdiera el trabajo, anda apurada buscando otro), pero para ella nunca ha sido una prioridad y no hace nada por cambiar las cosas. Estoy seguro que mi suegra sobrevivirá a mi matrimonio. Y francamente no sé si yo pueda sobrevivir hasta que mis hijos crezcan y se vayan de la casa.

¿Qué me aconseja que haga?

ATRAPADO SIN SALIDA

QUERIDO ATRAPADO SIN SALIDA:

Debe hablar claro con su esposa y exponerle sin disfraces ni disimulos como se siente y que teme que su matrimonio esté en peligro. Y que regrese con usted a terapia. Sé que va a ser costoso, pero vale la pena el esfuerzo. Y si ella se niega, vaya usted solo.

Fájese los pantalones y haga una reunión de familia. Dígales a los hermanos de su esposa que deben ayudar, porque si se niegan, usted va a necesitar poner a su suegra en una casa de retiro. Cómo es posible que ellos prefieran eso, infórmese antes del costo de esos sitios, para que les tenga la información necesaria y que entre todos paguen lo que cuesta.  La hermana que vive en Estados Unidos podría tener a la señora con ella, y allá existen lugares muy buenos para personas mayores.
Sé que es penoso hacer lo que le sugiero, y a mí en lo personal, me parece muy doloroso, pero si su matrimonio está en peligro de desintegrarse, no espere.

ANA

QUERIDOS LECTORES:

Voy a pasarles un dato bastante interesante que puede serles de utilidad. Lo encontré en una revista y quiero que lo conozcan. Se refiere al cepillado de los dientes.

ANA

"Mucha gente piensa erróneamente que entre más fuerte se cepillen los dientes, es mejor y quedan más limpios. Al contrario, el cepillado siempre debe ser suave y ligero. Con el tiempo, si se les somete con mucha fuerza, los dientes van perdiendo esmalte y exponen la dentina, que es la capa que está detrás de éste.

"También el cepillado fuerte de los dientes puede causar que las encías retraigan, exponiendo a las raíces dentales al deterioro.

"Y el cepillo debe de ser de cerdas suaves. No se comprende todavía la razón por la que están en el mercado los cepillos duros".