De credenciales y negociaciones

Opinión
/ 16 enero 2013

Un interesante artículo titulado "Los nueve días de desventura de las naciones más favorecidas", del periodista Paul Blustein, relata con lujo de detalle la atmósfera que vivió Ginebra durante las intensas negociaciones que tuvieron lugar a finales de julio del año 2008 para sacar adelante una -ya para entonces- muy diluida Ronda de Doha. El documento inicia describiendo al francés Pascal Lamy como un hombre disciplinado, intelectual, y con nervios de acero para resistir el estrés y mantener la cordura. Además de su personalidad, menciona a su enfoque en las políticas públicas como otro de los activos que lo llevaron a ocupar el cargo de Comisionado Europeo para el Comercio, y posteriormente a ser elegido como Director General de la OMC.

Blustein documenta, además, que en aquel verano, siete años después de haberse iniciado la ronda de negociaciones en Doha, un Pascal Lamy hasta cierto punto decepcionado de que diferencias irreconciliables en un tema en particular estaban obstaculizando el desarrollo de las negociaciones, decidió reunir a los representantes de siete países con un peso específico tal que en teoría, una vez que encontraran un terreno común, y aún sacrificando parte de la agenda, rescatarían un acuerdo cuyo contenido tendría el potencial de generar un consenso aún entre el resto de países que no estaban representados en el selecto grupo.

Para su mala suerte, continúa Blustein, las agendas nacionales y los grupos de presión internos terminaron por impedir que, incluso en este reducido grupo, se acordaran términos y compromisos que, aunque implicaban costos sensibles para sectores específicos de su industria, los beneficios para las economías en su conjunto habrían sido mayores.  

La actual contienda por el liderazgo de la OMC le da vigencia a esta crónica pues el perfil de quien sea elegido para liderar la organización será determinante en el rumbo que tome tanto Doha como rondas subsecuentes.

Pese a que la incorporación de México al GATT fue relativamente tardía, la amplia red de tratados sobre libre comercio suscritos hasta ahora, han convertido a nuestro país en un ícono de la apuesta por una economía abierta y competitiva basada en el comercio internacional. No es gratuito, pues, que México haya presentado la candidatura de quien encabezó su equipo de negociadores en la exitosa Ronda Uruguay y el ambicioso TLCAN.  El Dr. Herminio Blanco se presenta como un hombre de consenso y con probada capacidad para concluir negociaciones, en un momento en que la OMC demanda esas credenciales para romper con la inercia que durante más de una década ha mantenido estancada a la organización en un callejón sin salida.  

@felipecarrera1

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