Viejas percepciones
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La última edición de la revista Foreign Affairs, incluye un ensayo de Shannon K. O' Neil, experta en México y Latinoamérica, en el que destaca que detrás de los titulares con los que se identificó a México en los últimos tiempos, hay un México vibrante y esperanzador.
El artículo, dedica todo un apartado para mostrar a un México, que con todo y sus desafíos, está listo, dispuesto y apto para ser el socio económico más importante de los Estados Unidos. Si bien la autora no discute que la instalación de empresas estadounidenses en México implica el empleo de mexicanos en sus operaciones, sus argumentos dejan ver su desacuerdo con que se culpe parcialmente a México de las tasas de desempleo en los Estados Unidos.
Un estudio referido en el propio ensayo, titulado "Los efectos domésticos de las actividades de las empresas multinacionales en el exterior", arroja conclusiones que contrastan con la percepción general de que cualquier inversión extranjera se realiza en perjuicio de emplear personal, invertir capital y pagar impuestos en el país propio. Por el contrario, el estudio asegura que las operaciones en el exterior incrementan la productividad y competitividad, y por ende mejoran los productos, los precios y las ventas con un beneficio directo para la economía doméstica.
De hecho, el estudio diagnosticó que el aumento de las inversiones, activos, número de empleos y compensación para los empleados en el exterior llevaba aparejado un aumento fraccionado de los mismos en el territorio local. Por ejemplo, la empresa multinacional Caterpillar, entre 2000 y 2006 incrementó su inversión capital en el exterior en un 49 por ciento. Paralelamente, durante ese periodo, las exportaciones de la empresa desde Estados Unidos, algunas de ellas con destino a los propios países donde tiene operaciones, creció en un 104 por ciento, mientras que el número de sus empleados en Estados Unidos incrementó hasta un 29 por ciento.
Aunque el estudio no limita sus resultados a las inversiones realizadas en México, sus conclusiones son consistentes con otras investigaciones que demuestran que la inversión de empresas estadounidenses en México supondrían una mayor producción transfronteriza, mayor comercio entre ambos países, y mayor empleo y crecimiento en ambos lados de la frontera.
Los flujos comerciales y de inversión entre Estados Unidos y México, más que un juego de suma cero, es una situación ganar-ganar, que en lugar de demonizarse debiera incentivarse.
@felipecarrera1