¿Destaparon el champagne en Los Pinos?

Opinión
/ 2 octubre 2015

La ruta de navegación que diseñaban gobierno y PRI tenía una fecha objetivo: miércoles 31 de julio. Ese día podrían hacer llegar a la Comisión Permanente una iniciativa de reforma energética que no tocaría las concesiones, pero sería agresiva en cuanto a contratos. Energía barata para detonar el crecimiento era la consigna.

El discurso abrevaría en el status de la industria petrolera mexicana en los tiempos del presidente Cárdenas. En eso estaban, haciendo malabarismo, cuando apareció Gustavo Madero con la propuesta de abrir Pemex al cien a la inversión privada, incluidas las concesiones en exploración, producción, refinación y petroquímica. Y hacerla llegar al Congreso ¡el 31 de julio!

El dulce que ofrece el presidente del PAN es, esencialmente, el que manejaron hace unas semanas en los medios los secretarios Luis Videgaray y Miguel Angel Osorio Chong: detonar el crecimiento económico, crear miles de empleos y bajar precios de la energía. En esencia, pues, el objetivo de Madero y el PAN es el mismo que el del gobierno y el PRI. 

La reforma del PAN es, asimismo, la que anhela más de uno en el gobierno. Es quizá 

la que ha anhelado el presidente Peña Nieto. Pero la maniobra de ayer la vuelve carísima. Ahí pueden estar ya los votos necesarios para sacar "la reforma de gran calado que lleve a México a su nuevo rumbo", pero ¿se pueden pagar en divisa-Madero? ¿El PRI puede tirar por la ventana la veta "nacionalista-histórica" para seguir la estrella azul?

Ganas de descorchar las botellas de champagne no faltarían ayer en Los Pinos. No estoy seguro que las hayan abierto. No, todavía. 

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