No son maestros: son criminales
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A partir de hoy no utilizaremos más la palabra "maestro" para referirnos a las y los afiliados a la CNTE. Tampoco diremos que pertenecen a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. ¿Por qué?
Porque los afiliados a la CNTE no son maestros, tampoco son trabajadores, y su clan mafioso no es nacional. Porque denigran la profesión de enseñar: la de ser maestro, y porque no son trabajadores de la educación sino parásitos del dinero público. Pero además, nos negamos a llamarles "maestros" y "trabajadores de la educación" porque, en los hechos, son una suerte de "Criminales y Negociantes del Terror Educativo" (CNTE).
Y no, no es una broma y menos un estado de ánimo alterado. En el fondo, la negativa a llamarles "maestros" y "trabajadores de la educación" a un puñado de vividores del dinero público y vándalos que lastiman derechos y libertades de millones de ciudadanos, es a causa de la gravedad del daño que provocan a la democracia y al Estado mexicanos.
¿Cómo llamarles -si no "Criminales y Negociantes del Terror Educativo"- a supuestos servidores públicos que cometen el censurable crimen de dejar sin educación a más de dos millones de mexicanos pobres o pobrísimos que acaso tienen en la preparación la única esperanza de salir de la pobreza?
¿Cómo llamarles a esos mafiosos que por casi 25 años han llevado a los estados de Oaxaca, Chiapas, Michoacán y otros a los últimos niveles nacionales de educación -con el daño irreversible para millones de mexicanos y para el país todo-, mientras que año con año sus líderes se van con las bolsas llenas de dinero producto de la extorsión y el chantaje?
¿Cómo llamarles a esos malos mexicanos que por décadas han pregonado la supuesta defensa de la educación pública, cuando en la realidad defienden una montaña de privilegios que lo último que consiguen es estimular la educación; que condenan a la pobreza extrema y a la ignorancia a millones de mexicanos de Oaxaca, Chiapas, Michoacán y otras regiones del país?.
¿Cómo llamarles a un puñado no mayor de 50 líderes venales que defienden su poder mafioso a costa no sólo de llevar al fracaso a la educación del país, sino de provocar la ruina económica a estados como Oaxaca, Chiapas, Michoacán y otras entidades?
¿Cómo llamarle a esa mafia enquistada en la burocracia educativa que -hoy por hoy- le causa más daño a Oaxaca, Chiapas, Michoacán y al Distrito Federal que el provocado por las bandas del crimen organizado; que en casos como los de Oaxaca y Michoacán han provocado la caída de la inversión, el empleo, la producción?
¿Cómo llamarle al galimatías de que el gobierno federal, los gobiernos estatales -incluido el DF- y los tres Poderes de la Unión hacen todo contra el crimen organizado y contra los barones de la droga, mientras que esos gobiernos y esos poderes nada hacen para combatir a una mafia aún más dañina y perniciosa que los cárteles: la mafia de los "Criminales y Negociantes del Terror Educativo": CNTE?
¿Cómo llamarle a un poder fáctico -el de la CNTE- que día a día debilita las instituciones del Estado; que dobla a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial; que somete a los tres órdenes de gobierno y -por si fuera poco- que arrebata a los ciudadanos de la capital del país -y de otras entidades del país- todos sus derechos y libertades?
¿Cómo llamarle a un grupo mafioso que tiene su propio ejército -de sometidos e incondicionales- al que a cambio de prebendas y migajas lanza contra los principios básicos de la democracia; que destruye instituciones, se burla del derecho y deja en calidad de letra muerta la Constitución?
¿Cómo llamarle a una banda mafiosa que por la fuerza obliga a los medios de comunicación a que los entreviste -igual que capos de la droga y el crimen organizado o que groseras dictaduras- para obligar a las televisoras a difundir su propaganda y para obligar a los ciudadanos a conocer su perverso ideario?
¿Cómo llamarle a un montón de cínicos que se atreven a proclamar que los causantes de los daños que provocan sus demenciales acciones, son los gobernantes que no aceptan su chantaje, sus condiciones y su delirante reclamo de llevar la educación a los tiempos decimonónicos? No sabemos cómo llamarles. Tampoco sabemos en qué momento el Estado mexicano, los partidos y los políticos crearon ese engendro que hoy se traga al Estado todo. Pero sí sabemos que a los criminales de la CNTE no se les puede llamar como "maestros" y menos "trabajadores de la educación". Al tiempo.
EN EL CAMINO
Reconoce Mancera que el DF es un Estado fallido. No puede con el Informe, los vándalos y el clásico Pumas-América. ¡Querían PRD!