Domingrillo

Opinión
/ 2 octubre 2015

El Presidente le manejó a Checo Pérez y sin riesgo. Porque en el Autódromo usa cinturón de seguridad.

¿Le adelantamos la semana pasada que regresa a México la Fórmula 1 de automóviles? Sí, la pista de carreras que, según los insidiosos, construyó López Mateos para los hermanitos Rodríguez, cuando en México solo había un Ferrari y caballos cuatro puras sangre de Fox: Chente era cargador de la Coca y Martita azafata del carguero. Además, el señor Slim, que ya sabía hacer cuentas, era encargado del camión. Y como los Rodríguez eran amantes de los bólidos y tenían una hermana que, dicen, era amiguita de los amantes de la velocidad, todo se conjugó para que México debutara en  la Gran Fórmula. Así, los Hermanos Rodríguez le ganaron la carrera a las pistas a doña Irma, quien se conformó con echarse una pestañita en los pits-chicos, aunque ella prefería los grandes pits: pitones. Muchos años después regresan los mexicanos a las carreras de Radio Fórmula 1: ya lleva una, casi perdida, con la señora Serrano. Como dijo el histórico ciclista “Borrao” Cepeda en una entrevista con Paco Malgesto: “Pa mí que todos estos son o-g-t-s”.

Defiende el diputado Monreal el mini moche,
como senador boca arriba. 

Y es que alguien los quemó: por aprobar la ley reglamentaria de Comunicaciones, ¡sin modificación alguna!, recibieron una buena chorcha. Como quien le corta a un queso de bola holandés una tajada. O acepta la “Marcha de Zacatecas”, cual si fuera una obra de Juanga,  digamos “La Inconclusa”. El joven Aguilera, quien por cierto se la jugó y la perdió con Labastida, de nuevo acepta el reto, pues como dijo la tapatía directora de la Lotería: “¡No hay ojos más lindos en la tierra mía”, ¡y va por la revancha! Es que Jalisco nunca pierde y cuando pierde arrebata: Juan Gabriel, entonces, va ahora por otra oportunidad, aunque ya tuvo varias. Pero ya se sabe que lo último que se pierde es el honor... o, en su caso, el humor. Y es que, según la filosofía de Cuauhtémoc, pero el capitalino  y capitalista expresidente del PRI, hay que insistir, y si se pierde, ir por la nueva y por la otra… ¡O hasta la próstata, pero nunca  quitar el índice del renglón!

Dispuestos los empresarios a aceptar un salario mínimo. 
Pero como el mínimo de Mancera, claro. 

Y además, de aceptarse un acuerdo tendría que ser federal, porque dice el líder de la COPARMEX, Juan Pablo Castañón, que no se van  a llevar las castañas al fuego los que pesan más. Sí,   establecimientos que venden medios litros de gasolina y, además, de mala calidad, contaminado con azufre. Porque desde los tiempos de don Lázaro se sabe que en este negocio del combustible su azufre, pero se aprende... Dictamen final que debería emitir la Secretaría de Salud: “En el problema de la gordura solo hay dos salidas en México: se atiende a los niños obesos y a los adultos obsesos pero al mismo tiempo, porque, como dicen en mi rancho, ‘mientras el zacate crece la mula se muere’”… Una afroamericana desempeñará por primera vez en Broadway el papel de “Cenicienta”: Keke Palmer. “¡Me va a da mucho gusto!”, dijo el lobo mientras se ajustaba al mandil…

ELEMENTAL, MI QUERIDO...
—¿Ya te enteraste de que en México solo nos quedan 101 parejas de águilas calvas en edad de reproducción?

—¡Ah, caray!... Pero Gaviotas sí tenemos bastantes, ¿verdad?

LA RED
¡RRIINNGG!

—Bueno, PEMEX…

—¿Es cierto que en Petróleos venden mucha gasolina robada?

—¿A poco hay de otra?

¡RRIINNGG!

—Bueno, PEMEX…

—¿Es cierto que desmantelaron una red de traficantes?

—Sí, señor…

—¿Y qué eran antes esos traficantes?

—Trafi... cantes…

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