Oír ambos repiques

Opinión
/ 2 octubre 2015

Hay falsas ortodoxias sin diálogo.

Hay campos de concentración ideológicos. Hay orejeras direccionales que solo captan el sonido de una de las dos campanas. Se quedan con la mitad de la realidad pensando que es toda.

Más que buscar objetividad en la información o ponderación en el juicio, se busca confirmar posiciones tomadas. Importan más los intereses que la verdad, las falsas seguridades más que la realidad.

Se prefiere sacralizar el propio camino satanizando el contrario. Habiendo todo un arco iris, se usa solo un color en el cristal, a través del cual, se contemplan los hechos.

Este sectarismo informativo  e intelectual prefiere los antis a los pros. Busca crear un complejo de decencia y de impecabilidad cubriendo las propias fallas con la condenación de las que en otros se suponen.

Se escucha lo que complace oír. Se evita la autocrítica y se sustituye el reconocer y el excluir la cacería de brujas y la actitud inquisitorial.

Sería más sano escuchar ambos repiques. Algunas veces lo más desagradable es lo que más se necesita oír. Con solo las luces o con solo las sombras no se capta el cuadro completo

En el repique del porvenir sonarán los dos repiques. Quizá el debate público llegará a ser la forma madura que se impondrá al monólogo manipulador.

Entonces el discernimiento sustituirá a la pasividad domesticada. Los campanarios seguirán repicando sus campanas y todas serán escuchadas. La información dejará de tener esa mala costumbre de provocar cojera auditiva en los radioescuchas o convertir en tuertos a los lectores de periódicos.




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