De carne y hueso
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Mágico, pero terrenal, nace de la imaginación, crece al calor del enlonado, en las calles, de boca en boca, en cada batalla. Es el personaje de la lucha libre, héroe de carne y hueso que se codea con la inmortalidad.
Rudos, técnicos, hombres, mujeres, minis, exóticos, estrellas o aspirantes, todos.
De día juegan otro rol, el de taxista, carnicero, ama de casa o peluquero. Algunos guardan el orden, otros construyen casas o cuidan panteones. De ahí se nutren para más tarde darle vida a su personaje. La lucha ofrece el mejor escenario para lidiar con un bravucón, devolverle una mentada de madre y bajar para darle un abrazo. Esa es la magia de los costalazos.
Al personaje se le perdona todo, puede ser mal hablado, mujeriego y trovador; muchos viven de noche, tras la batalla siguen la fiesta. En cada arena una mujer, en cada gimnasio un romance. Son intocables y leales a su esencia ruda.
A veces, cuando el luchador es independiente se gana la vida en otra trinchera, alejado del glamour que el pancracio impone; más tarde, una llamada, cual héroe de película, lo regresa a su otro mundo, donde es aclamado y despreciado.
En el barrio ser luchador rifa, da status. El luchador camina orgulloso. Aun sin máscara lo imaginan poderoso, sin miedo y dispuesto a jugarse todo por el triunfo.
Héroes o villanos, rudos o técnicos, gladiadores con licencia para enfrentar el reto que eligieron para ser alguien: Los sin rostro, que lo adquieren tras una capucha; los sin futuro, que sueñan con uno lleno de dinero y prosperidad. A veces llega, muchas más el retiro los sorprende con la ilusión marchita.
Pero aun en el terreno independiente la fama los alcanza, es efímera, cruel consejera que suele volverlo a su realidad; entonces regresa de donde vino, a seguir en la batalla de la vida, pero con el personaje a su lado, ese no se va, se queda a la espera de una nueva oportunidad para brillar.
Es una realidad que la lucha ha cambiado, evolucionado tal vez, pero la esencia no cambia, sólo se renueva y los personajes alimentan el color y la tradición que el deporte de los costalazos impone.
!Buenas luchas!