La teoría del todo

Opinión
/ 23 febrero 2015

La ciencia llegó al cine y lo hizo de una forma relativamente digerible. En esta última temporada, pudimos disfrutar de “Interestelar”, un relato épico sobre las aventuras de un grupo de exploradores que tras el descubrimiento de la NASA de un agujero negro cerca de Saturno, envía una misión para explorar por el espacio tiempo en la búsqueda de planetas a donde poder migrar, ofreciendo así una nueva esperanza a la humanidad. El filme recibió la asesoría del reconocido físico teórico, Kip Thorne, investigador del Instituto Tecnológico de California.

También se estrenó la película “Código Enigma”, un retrato intenso e inquietante del científico inglés y pionero de la computación, Alan Turing, un hombre complicado y brillante, que durante la Segunda Guerra Mundial y con la ayuda de su genio matemático, ayudo a descifrar los códigos secretos de la Alemania nazi y con ello acelerar su caída y el fin de la guerra.

Después llegó la cinta “La Teoría del Todo”, que obtuvo el premio Oscar al Mejor Actor otorgado por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas en honor a la interpretación del cosmólogo inglés Stephen Hawking, una de las mentes más brillantes de la historia. La película narra la juventud de Hawking y su llegada a la Universidad de Cambridge donde conoce a su primera esposa, Jane Wilde, estudiante de literatura y su alma gemela, esto a pesar de que tienen diferentes perspectivas acerca de la fe y la ciencia.

“La Teoría del Todo” se basa en el libro “Hacia el infinito: Mi vida con Stephen”, cuya autora es Wilde y como tal, la narrativa de la película se centra en la relación de ambos, mucho más que en los logros académicos y científicos de Hawking, que por cierto son muchos.  El inglés es doctor en física por la Universidad de Cambridge, misma institución en donde ocupo de 1980 y hasta el 2009 la “Cátedra Lucasiana”, la misma que impartió Isaac Newton. Además, el profesor Hawking ha trabajado toda su vida desentrañando los secretos del Universo y las leyes que le gobiernan y mostró que la Teoría de la Relatividad implica que el espacio y el tiempo tuvieron un principio, y que existirían millones de mini agujeros negros formados por la fuerza del Big Bang, la explosión origen del todo.

Miembro honorario de la Royal Society de Inglaterra y de la Academia Nacional de Ciencias en los Estados Unidos, Hawking recibió el Premio Príncipe de Asturias de la Corona Española y es además, un exitoso divulgador científico del mundo con libros que han vendido más de 25 millones de copias como es “Breve Historia del Tiempo”.

Pero la “Teoría del Todo” más que una película científica, es una historia de vida. Narra la vida en pareja de Hawking y Wilde, que llegó a ser brutal pues en su matrimonio eran cuatro: Hawking, ella, la enfermedad y la Física. Y es que el deterioro del inglés, se da al mismo tiempo de sus éxitos personales y profesionales, de la publicación de sus obras y de sus “teorías del todo”, que buscaban ante todo conseguir darle un sentido a la vida.

Hawking fue diagnosticado en 1961 con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), un desorden neurológico progresivo que destruye las células cerebrales que controlan las actividades musculares como hablar y caminar. La enfermedad provoca que el cerebro deje de recibir las señales que mueven los músculos que terminan por degenerarse. En un momento del filme Hawking pregunta a su médico si su cerebro se verá afectado y este responde diciendo: “Tus pensamientos no cambiarán. Solo que con el tiempo nadie sabrá qué piensas”.

Si tiene oportunidad, vea esta gran película que nos ayuda a entender un poco la grandeza de un hombre reducido por sus enfermedades, que pese a estar atado a una silla de ruedas, dispone de una mente con que ha viajado a los confines del Universo, ese mismo que de acuerdo con sus teorías no tiene bordes o límites en el tiempo imaginario.

En el que para mí es el momento cumbre de la película, Hawking dice a su primera esposa Jane Wilde, que la cosmología es una religión para ateos inteligentes. Wilde pregunta: ¿Entonces que veneran los cosmólogos? a lo que Hawking responde: Una sola ecuación unificadora que explique todo el Universo. ¿Cuál ecuación?: Esa es la pregunta.

 @marcosduranf




Columna: Dogma de fe

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