Calderón andaba pedo, Mauricio mariguano y ¿El Bronco?
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Jaime Rodríguez, El Bronco, podrá no ser un peligro para Nuevo León. Pero de que es muy ofensivo, muy cabrón, con quienes le hablan fuerte, ni duda cabe.
Felipe Calderón se refirió a él en un acto de campaña. El Bronco le contestó con un chavista se me hace que estaba crudo o pedo. Mauricio Fernández, expresidente y probable próximo presidente municipal de San Pedro, puso en tela de juicio versiones no siempre verosímiles de secuestros, accidentes y violencia familiar del candidato independiente. El Bronco le recetó un andaba mariguano.
Y aunque simpatizo con el estilo de El Bronco, coincido esta vez con Mauricio: Se me hace muy mal perfil de un candidato que ahorita está a ese nivel de intolerancia, que ni siquiera respete que alguien, como yo, no crea en esas famosas balaceras en que eran como 40 camionetas con 80 gatilleros y le dispararon media hora.
Más allá de las discusiones de borrachos y pachecos, los exabruptos de El Bronco parecen haber traído calma al equipo de Ivonne Álvarez, la candidata del PRI. Me aseguraron ayer por la tarde que sus encuestas de seguimiento diario marcan un repunte en los últimos cinco días. Y prevalece en ellos la idea de que la rudeza verbal del adversario hará que muchos indecisos que flirteaban con el independiente mediten mejor su voto y se alejen de él.
Los entusiastas de El Bronco se agarran a la encuesta de El Norte/Reforma, levantada entre el 24 de abril y el 5 de mayo, que le daba una ventaja de dos puntos sobre Ivonne. Pero la de El Universal, levantada entre el 6 y el 10 de mayo, pone por ejemplo a la priísta ocho puntos arriba.
-Y hay otras dos encuestas de empresas nacionales, levantadas la semana pasada, que nos tienen bien arriba -me dijeron también-. Estamos arriba en todas las encuestas, menos en la de El Norte, que en realidad está en margen de error, pero prefirieron ponerlo arriba. El Bronco ya dejó de ser moda, ya dejó de ser chic, ya se volvió mortal.
Quizá se enfrió el estado de ánimo antiestablishment del que hablábamos hace unos días. Quizá El Bronco agotó su arsenal discursivo tres semanas antes de tiempo. O quizá el sentimiento de quien todo lo puede, lo llevó al callejón de los insultos, a donde se suele llegar aconsejado por el triunfalismo y la soberbia, y donde se suelen perder puntos, simpatizantes, votos.
El callejón donde los pedos cantan, con dinero y sin dinero, hago siempre lo que quiero la, la, la
MENOS DE 140 ¿José Narro a la SEP después de las elecciones? Se volvió a escuchar ayer. Aunque él preferiría Salud. ¡Salud!