80 años de la Biblioteca de la Alameda

Conocida entre los saltillenses como la biblioteca de la Alameda, la Biblioteca Pública del Estado “Manuel Múzquiz Blanco”, decana de las bibliotecas coahuilenses, cumplió el pasado 1 de noviembre 80 años de su fundación. Ocho décadas de ininterrumpido servicio a los saltillenses. Su inauguración tuvo lugar en 1942, dentro del marco de las festividades del 75 Aniversario del Ateneo Fuente y con la presencia de grandes personalidades a nivel nacional. Y subrayo, inaugurada como “Biblioteca Pública del Estado Manuel Múzquiz Blanco”, porque como biblioteca pública estatal de Coahuila su fundación se remonta hasta 134 años atrás, al 20 de marzo de 1888, durante la administración del coronel Garza Galán, gobernador porfirista de Coahuila, quien la inauguró el mismo día en que se dio la apertura oficial de los gabinetes de Física, Química e Historia Natural del Ateneo Fuente.

Y como tal, la biblioteca pública del estado, antes de ser refundada con el nombre de Múzquiz Blanco, tiene una larga y azarosa historia, con periodos de franca apatía y abandono por parte de gobiernos indiferentes, así como también con algunas anécdotas interesantes, ligadas a la población estudiantil. Esas etapas de indiferencia y olvido no son ajenas a la historia de las bibliotecas mexicanas, muchas de ellas perdidas irremediablemente.

El gobernador Garza Galán decretó su formación en 1887 y se trabajó en ella hasta su inauguración en 1888. En dicho periodo, la biblioteca recibió decidido impulso del poeta Jacobo M. Aguirre, por aquel entonces maestro del Ateneo Fuente y director del Periódico Oficial “El Coahuilense”. Don Jacobo emprendió una intensa campaña entre los coahuilenses para que contribuyeran con libros para integrar su acervo. Mismo impulso que 54 o 55 años después le daría el secretario de Gobierno, Francisco López Serrano, para integrar su nuevo acervo a efecto de su reapertura en 1942.

La primera Biblioteca Pública del Estado se instaló en la planta baja del Palacio de Gobierno en una sala con acceso por la calle de Juárez, y funcionó ahí unos 40 años, hasta que en 1928 o 1929, durante el gobierno de Manuel Pérez Treviño, la biblioteca quedó clausurada con motivo de la remodelación del Palacio. Los saltillenses viejos cuentan que en el sótano del Palacio de Gobierno había arrumbadas cajas con libros que posteriormente se perdieron.

Como ya se contaba con la biblioteca del Ateneo, hubieron de pasar tres gobernadores constitucionales, Nazario Ortiz Garza, Jesús Valdés Sánchez y Pedro V. Rodríguez Triana, además del interino Gabriel Cervera Riza, y ninguno consideró necesaria esa obra cultural. No fue sino hasta el gobierno del general Benecio López Padilla y gracias a la sensibilidad de su secretario de Gobierno, el licenciado Francisco López Serrano, que se destinó la cantidad de 50 mil pesos para la biblioteca. Don Francisco se encargó de la adquisición de los libros y, a instancias suyas, varias instituciones nacionales y extranjeras hicieron donaciones importantes. Una señorita de apellido Jiménez, directora de la Biblioteca Pública de Tacubaya, se encargó de la primera clasificación del acervo. La biblioteca se instaló en una construcción en la que hubo un merendero en el centro de la alameda Zaragoza y se inauguró el 1 de noviembre de 1942 con el nombre de Manuel Múzquiz Blanco. Antes se había manejado el del connotado historiador coahuilense don Carlos Pereyra.

El gobernador interino Ricardo Ainslie, dio inicio el 15 de octubre de 1947 a la construcción del edificio que la Biblioteca ocupa actualmente, pero no pudo inaugurarlo. A punto de terminar su edificación, en 1948, el Congreso del Estado designó gobernador sustituto a Raúl López Sánchez, y el presidente Miguel Alemán vino a tomarle la protesta en un acto celebrado en el Estadio Saltillo, al sur de la Alameda. De ahí, la comitiva se dirigió al interior del parque a inaugurar el nuevo edificio de la Múzquiz Blanco. En la placa se asentó indebidamente que fue construido durante la administración de López Sánchez.