980 renuncias de candidatos por violencia

El indicador más claro de que México sufre un grave problema de violencia electoral provocada por el crimen organizado es el hecho de que desde que iniciaron las campañas a la fecha, han renunciado a sus candidaturas 980 personas, porque sus vidas corren peligro o temen por su seguridad o las de sus familias.

Evidentemente se trata de una cifra preliminar que reportó El Heraldo de México el día 18 de mayo a partir de datos provenientes de las autoridades electorales y que, por tanto, la misma habrá de crecer al día de la elección, porque en el presente escenario resulta obvio que mientras más se acerca la jornada electoral, más incentivos habrá por parte de las organizaciones criminales para amedrentar a candidatos y votantes.

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Lo anterior nos indica que en varios municipios y distritos del país no se cuenta con las condiciones mínimas para una competencia equitativa, por lo tanto, resultará difícil que en dichos territorios prevalezca la voluntad popular.

Las entidades más afectadas por este problema son Zacatecas, Michoacán, Estado de México, Guerrero, Chiapas y Oaxaca. De hecho, Zacatecas, Michoacán y Estado de México representan más del 50 por ciento de las renuncias en el país.

Por ende, también es claro que la violencia política no se presenta de la misma manera en todas las regiones del país y se concentra en estos momentos en el sur y centro del país, aunque hace algunos años el norte tenía más problemas en dicha materia, lo cual nos indica que no hay territorio inmune y nunca debemos bajar la guardia en materia de combate y prevención de la violencia.

Zacatecas, de hecho, no tenía una gran tradición en materia de violencia política y hoy es la entidad con más problemas en la misma, ya que es el epicentro de la lucha entre organizaciones como el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel del Golfo, además de ser una entidad que ha sido gobernada por el PRI, PRD y Morena, además de algunas ciudades importantes por el PAN, por tanto, hay pluralidad de organizaciones y de partidos, lo cual crea un caldo de cultivo para la violencia en dicha entidad y las renuncias por miedo a la misma.

También se debe destacar que dicha violencia tiene un sesgo de género porque muchas de las candidaturas que han renunciado son mujeres, que no están dispuestas a seguir realizando acciones proselitistas en entornos de miedo y violencia, por lo que para no arriesgarse a ellas y sus familias, deciden dar un paso a un lado.

Lo peor es que ante esta clara ola de violencia, que hoy vemos desde la óptica de las renuncias, pero que también abarca asesinatos, ataques armados, amenazas, secuestro y otras manifestaciones, las autoridades casi no han hecho nada por contenerla, en el mejor de los casos las y los candidatos reciben protección de agentes federales o estatales, pero la cantidad de candidaturas que tienen acceso a dicha protección es baja, respecto a la cantidad de personas amenazadas.

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@victorsanval