Abundancia de información económica

Opinión
/ 8 noviembre 2024

Esta semana ha sido de locura en lo que respecta a la información económica, tanto nacional como internacional pero que tiene un impacto en nuestro territorio. Ya desde el martes iniciamos con los resultados de la elección en Estados Unidos donde Donald Trump arrasó literalmente, y ese “pequeño margen” que sería la diferencia pronosticada por la mayoría de los analistas, finalmente fue uno muy amplio que no dejó lugar a dudas y esa misma noche se proclamó al ganador. De inmediato comenzaron a darse declaraciones y empezaron las especulaciones sobre lo que podría enfrentar México en los primeros momentos de la presidencia del señor Trump. Los temas fueron exactamente los mismos de la campaña, contención de la migración en México, aranceles a los productos mexicanos y el ataque frontal a los grupos de narcotraficantes nacionales.

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Ese mismo día vimos literalmente uno de los fenómenos financieros más llamativos en la historia de México, la subida y bajada del dólar en un peso con 20 centavos en menos de 48 horas. Este hecho no había sucedido nunca, pues siempre eran aumentos del billete verde pero que tardaban cuando menos semanas para volver a su precio base original. Entre martes y miércoles vimos al dólar moverse de 19.8 a 20.8 pesos, para en menos de 48 horas regresar a 19.6 pesos. La señal que manda este movimiento de precio es muy simple, hubo muy pocos agentes económicos que “sintieron” miedo ante la hondonada de declaraciones de Trump, y que desde luego, no tomaron en cuenta una racionalidad económica y financiera, sino una irracionalidad basada en percepciones de los que no saben del tema. En este mismo espacio lo hemos dicho hasta el cansancio, los fundamentos económicos nacionales están sólidos y no tienen capacidad para un tipo de cambio arriba de 20 pesos todavía, aunque para 2025, sí hay indicios de una depreciación del peso que puede dejar al billete verde en las cercanías de los 20.8 pesos por dólar, pero más por inflación que por asuntos económicos estructurales.

Por si fuera poco, este jueves la Reserva Federal de los Estados Unidos redujo su tasa de referencia en 25 puntos base dejándola en 4.5 a 4.75% (por las variaciones regionales de la Fed). Esto tendrá consecuencias directas en México pues para la siguiente reunión del comité de política monetaria del Banco de México habrá presión para bajar la tasa que hoy se encuentra en 10.5%. Si las proyecciones generalizadas se cumplen (me incluyo en ellas), se podría esperar también una reducción de 25 puntos base, aunque la decisión tendrá que ser cuidadosamente analizada porque la inflación nacional volvió a repuntar como se anunció ayer, quedando en 4.76 por ciento, más alta en comparación con el resultado de la quincena anterior de 4.69 por ciento. De esta forma, el comité tendrá que ponderar dos situaciones contrarias. Por un lado, si baja la tasa, la inflación podría repuntar todavía más y llevarnos a niveles de 5% o por arriba para finales de año, algo que no sería nada bueno porque iniciaríamos el año con muy bajo crecimiento y alta inflación. Sin embargo, si se sube la tasa para controlar la inflación como lo veníamos haciendo en meses anteriores, la economía podría ralentizarse más de lo que ya está, generando un potencial ciclo recesivo. En este tema, las opiniones están divididas entre los analistas que consideran que en 2025 habrá una recesión (más de dos periodos de crecimiento negativo) y los que consideran que habrá solamente bajo crecimiento sin recesión (aquí me incluyo).

Una tasa de interés de referencia elevada incrementará las posibilidades de que México tenga un producto interno bruto menor a uno por ciento el siguiente año, a pesar de que la gente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ha dicho esta semana que las posibilidades de crecimiento para 2025 rondan entre el 2.5 y 3.5 por ciento sin decir realmente los fundamentos para esta estimación. En dos semanas tendremos noticias en México sobre este asunto y podremos perfilar más las expectativas de crecimiento que por el momento lucen magras.

Ayer jueves se dio también la noticia de que Altos Hornos de México (AHMSA) se declara en quiebra por medio del concurso mercantil. Ya lo habíamos dicho aquí mismo que era muy poco probable que la empresa fuera comprada o que se arreglara la situación por el nivel de deuda de la empresa que hasta el momento asciende a 4 mil millones de dólares, más lo que se siga acumulando en intereses y otros adeudos. Lo que sigue será la determinación de si hay otras empresas en México y el mundo que estén interesadas en comprar partes de la empresa o hasta la empresa misma (en sus activos) pero a un precio muy bajo para pagar a los empleados, al fisco y posteriormente a proveedores entre los que se incluyen Pemex, CFE y el IMSS que tienen prioridad sobre los demás. A los microproveedores que son los más necesitados del pago, lo más seguro es que les toque muy poco de lo que se les debía. Además de que el proceso será tardado para llegar a una conclusión. Una estimación somera es de cuando menos cuatro años de acuerdo con los tiempos para liquidación de empleados, juicios, subastas de los activos de la empresa, entre otros. Sin embargo, a pesar de todo lo que ha pasado en estos 19 meses, hay quienes todavía tienen esperanza de que la empresa sea rescatada lo cual ya es prácticamente imposible. Monclova tendrá que reinventarse bajo una nueva estructura económica que aproveche sus capacidades, que son muchas.

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Finalmente mencionar que ha salido una gran cantidad de información esta semana que no podré comentar por falta de espacio y por ello solo menciono un asunto para que se tenga presente; el hecho de que los aranceles que el señor Trump quiere imponer a México sean contrarrestados con una depreciación del peso en la misma proporción como lo está haciendo Europa. En el Viejo Continente están apostando en los mercados financieros contra el Euro con la finalidad de que se devalúe y en consecuencia, los aranceles que imponga Estados Unidos no tengan el menor efecto en los precios finales. Así de complicado se está poniendo el mundo financiero internacional, y al parecer México no podrá escaparse del caos que el ganador de las elecciones en Estados Unidos ha causado. Nunca como ahora, el manejo y análisis de la información había sido tan relevante como ahora. No saber significa perder oportunidades y dinero, en un momento en que ambos son escasos.

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