Aconteceres educativos en Coahuila: Los manejos turbios en la Sedu
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Una de las secretarías del gobierno de Coahuila que necesariamente requiere de un titular experimentado y alejado de cualquier ingenuidad es la de Educación. A ella han llegado mentores y políticos que han sabido lidiar con los grupos de poder que existen en las capas medias de la administración y del sindicato de maestros.
Por lo que resulta necesario que el titular conforme un equipo confiable, algo que al parecer estaba logrando el joven Garza Fishburn, hasta que los grupos dominantes o la nomenclatura de la dependencia movieron sus fichas y colocaron alfiles para entorpecer las intenciones de cambio y así seguir recibiendo las canonjías cómodas de la modorra y la corrupción.
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Primer caso macabro: es el que sucede en la Dirección Jurídica que coordina la inamovible Carolina Castillo, quien en 2017 brindó servicios de robo de urnas a Riquelme y que fue premiada con esa dependencia y ratificada por Garza.
Sin embargo, con esa confirmación, a la mencionada funcionaria le aplicaron una inyección mareadora que le da el poder de hacer y deshacer en esa oficina, ya que es de sobrado y comprobado conocimiento que, como nunca, se han incrementado los despidos injustificados y, por ende, las demandas desde diciembre de 2024 a la fecha.
Basta darse una vuelta al tribunalito para darse cuenta del número de asuntos que la Sedu tiene en contra, para visualizar el clima de terror que impera en la dependencia derivado de la personalidad represora de la citada funcionaria y sus secuaces.
El colmo es que, según varios testimonios, hasta las indemnizaciones por jubilación o renuncia están siendo jineteadas por Carolina y un tal Alemán, apelando a alargar los tiempos de pago, para que los docentes se desesperen y entonces les hagan “tango, tango, tabaré, tabaré” a los dineros. ¡Haya cosa!
Segundo caso macabro: las aulas móviles de la secretaría habían servido para facilitar el proceso educativo en rancherías de diversos confines del estado.
Diez de ellas estaban acomodadas en el estacionamiento de la Sedu, en Campo Redondo, y eran visibles para el personal y visitantes.
El 10 de septiembre de 2024, alrededor de las 9:30 a.m., fui avisado de un movimiento raro por un anónimo de la dependencia. Al llegar observé que las aulas móviles eran enganchadas a una grúa de servicio particular y sacadas una a una de su lugar. En mi curiosidad pregunté al chofer de la grúa cuál era el destino de las aulas; muy atento, el trabajador me refirió que sus instrucciones eran: “llevarlas a un baldío por la calle Lafragua, propiedad de un pariente de uno de los jefes de la SEP”.
En el sitio de prensa de la Sedu se lee: “La Secretaría de Educación (Sedu) de Coahuila cuenta con un parque de 62 aulas móviles, que son utilizadas en casos de emergencia y dan solución a problemas provisionales a nivel estatal, ya que se trasladan a planteles donde los tiempos de construcción de nuevos espacios se extienden o no son terminados en el periodo”, es decir, una finalidad muy distinta por la que fueron enviadas. Además, resulta que uno se enteró de que hay un contrato de renta de estacionamiento de esas aulas, celebrado por un alto funcionario de la Sedu y un particular; en la danza de los millones, ¡viera dicho!, dijo aquel.
Tercer caso macabro: este sucedió en la escuela secundaria Humberto Elizalde de Saltillo, institución que allá por los idus de abril, fue objeto de un paro en protesta por el trato cruel de su directora Rosalba Siller, que resultó en su destitución.
Padres de familia y mentores enteraron a este charro de levita que quienes fraguaron ese movimiento fueron la subdirectora de nombre Minerva Montoya Galván y dos prefectas de nombres Maribel Contreras y Julia Jiménez, quienes resultaron unas fichitas para centavear a los padres de familia.
Entre tanto no se nombraba director, esto es entre abril a agosto de 2024, este triunvirato se dedicó a realizar actividades que generaron ingresos considerables, ya que las susodichas convocaron al concurso de la reina y el rey estudiante, el kermés, el día del estudiante, cobraban por vestir de mezclilla los viernes y, para colmo de males, me dicen que tienen acuerdo ($) con un fabricante de uniformes, cuyo anuncio está colocado en la reja de la escuela.
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La queja de los padres de familia es que no existe transparencia en el monto de lo recaudado, ni obras en las que se aplique y las acusan de ser tan cínicas porque hasta para el papel sanitario les piden a los alumnos, alegando que, en la Sedu, no hay recursos.
Según se sabe, está prohibido que los centros escolares manejen dinero en efectivo y todo ingreso debe ser reportado a la misma dependencia. ¡Fuera más!, dijo Jorge. Mucho ojo, joven Garza, porque se lo llevan al baile.