Actitud inquebrantable: cómo contribuir a una mejor calidad de vida

Opinión
/ 23 enero 2024

Mihaly Csikszentmihalyi es un psicólogo húngaro-estadounidense, conocido por sus contribuciones a la psicología positiva y, en particular, por su desarrollo de la teoría del flujo.

El flujo es un estado mental en el cual una persona se encuentra completamente inmersa en una actividad, disfrutándola al máximo y perdiendo la noción del tiempo. Mihaly ha estudiado este fenómeno y cómo puede contribuir a una mayor satisfacción y calidad de vida.

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En este contexto, para este investigador la felicidad es un estado de Flujo: “Sensación de éxtasis, de claridad. Saber exactamente qué es lo que quieres hacer en cada momento, tienes retroalimentación inmediata. Saber que lo que quieres hacer es posible a pesar de las dificultades. El sentido del tiempo desaparece, te olvidas de ti mismo, te sientes parte de algo grande. Y cuando estas condiciones están presentes, lo que estás haciendo se convierte en valioso en sí mismo”.

PREGUNTA

Con relación a este tema, hay una pregunta que siempre está presente en el ámbito de la teoría económica: ¿Los mayores ingresos hacen más felices a las personas? La respuesta es contundente: estudios repetidos han demostrado que la relación entre el monto del salario y la felicidad no es tan fuerte como se esperaría. De hecho, estudios realizados por el economista de la conducta Dan Ariely concluyen que la correlación entre el salario y la felicidad es bastante débil.

POSIBLE CAUSA

Ariely, en uno de sus libros, cita al crítico social H.L. Mencken (1880-1956), también conocido como el “sabio de Baltimore”, quien astutamente señala: “La satisfacción de una persona con respecto a su salario depende de si gana más o no que el marido de la hermana de su esposa”. ¿Y por qué esa persona en particular? Debido a que esta comparación es relevante, accesible y, sobre todo, fácil de comprobar.

Es decir, en este caso, al igual que en muchos otros, las personas, aunque parezca absurdo e ilógico, tendemos a referenciar y relativizar nuestros niveles de satisfacción en relación con terceras personas. Sin duda, incluso ganando bien, es muy probable que al comparar nuestros ingresos con los de los demás nos sintamos terriblemente mal. De ahí que, posiblemente, los ricos envidien a los más ricos.

PARADOJA

La riqueza no es sinónimo de felicidad, al igual que la pobreza no implica necesariamente infelicidad. Incluso a nivel de países, ocurre lo mismo: la riqueza de una nación no garantiza la felicidad de su población, y viceversa.

La evidencia respecto a la felicidad revela que esta puede existir tanto en la opulencia como en la escasez, así como en medio de éxitos y adversidades.

ACTITUD

La actitud es el perfume del alma; como personas, no estamos necesariamente en busca de la felicidad, sino de razones para alcanzarla, y estas dependen en gran medida de las actitudes que adoptamos ante la vida.

La actitud es lo que transforma nuestro viaje en un paraíso o, por el contrario, en un desolador infierno; es fácil comprenderlo: la manera en que nos dirigimos a la vida determina cómo ella nos responde.

Las actitudes positivas tienen el poder de generar acciones valiosas y desenlaces inesperados, siempre impregnados de expectación y alegría. En cambio, las personas con actitudes negativas, marcadas por la desesperanza y la apatía, tienden a convertir sus pensamientos sombríos en entornos amargos.

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Quisiera compartir un relato de carácter anónimo que he reelaborado y que ilustra la influencia de las actitudes:

SI PUDIERA...

El narrador de esta historia comenta: “Jerry era el tipo de persona que te encantaría odiar. Siempre estaba de buen humor y encontraba algo positivo que decir en cualquier situación. Cuando alguien le preguntaba cómo le iba, él respondía: ‘Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo’”.

Jerry era un excelente gerente de un restaurante local y ejercía una atracción magnética sobre las personas que trabajaban con él; de hecho, varios empleados lo habían seguido de restaurante en restaurante. La razón por la que la gente seguía a Jerry era su incomparable actitud ante la vida. Él era un motivador natural. Por ejemplo, si un empleado tenía un mal día, Jerry estaba ahí para mostrarle cómo ver el lado positivo de la situación.

Este estilo de personalidad realmente despertó la curiosidad de nuestro narrador, así que un día fue en busca de Jerry y le preguntó: “No lo entiendo, no es posible ser una persona positiva todo el tiempo, ¿cómo le haces?”. Jerry respondió: “Cada mañana me despierto y me digo a mí mismo, ‘Jerry, tienes dos opciones hoy: puedes elegir estar de buen humor o puedes elegir estar de mal humor’, y entonces escojo estar de buen humor. Cada vez que sucede algo malo, puedo elegir entre ser una víctima o aprender de ello, y elijo aprender de ello. Cada vez que alguien viene a mí para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo señalar el lado positivo de la vida, y elijo el lado positivo de la vida”.

“Sí, claro, pero no es tan fácil”, protestó el narrador. “¡Sí lo es!” respondió Jerry. “Todo en la vida se trata de elecciones. Cuando haces a un lado todo lo demás, cada situación es una elección personal. Tú eliges cómo reaccionar ante las situaciones, eliges cómo la gente afectará tu estado de ánimo, eliges estar de buen humor o mal humor. En resumen: eliges cómo vivir la vida mediante tus propias actitudes”.

ADVERSIDAD

El narrador reflexionó sobre lo que Jerry le había dicho. Con el tiempo, perdieron contacto, pero frecuentemente pensaba en él.

Varios años después, se enteró de que Jerry hizo algo que se supone nunca se debe hacer en el negocio de restaurantes: una mañana dejó la puerta de atrás abierta y fue asaltado por tres ladrones.

Mientras Jerry intentaba abrir la caja fuerte, su mano, temblando por los nervios, resbaló de la combinación. Los asaltantes se asustaron y le dispararon. Con mucha suerte, Jerry fue encontrado pronto y fue llevado de emergencia a un hospital local. Después de varias horas de cirugía y semanas de terapia intensiva, fue dado de alta aún con fragmentos de bala en su cuerpo. Seis meses después del incidente, nuestro narrador se encontró, de nuevo, con Jerry.

ELECCIÓN

Cuando el narrador le preguntó cómo estaba, Jerry respondió: “Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo. ¿Quieres ver mis cicatrices?” Aunque rehusó mostrar sus heridas, accedió a hablar sobre lo que había pasado por su mente durante el asalto. “Lo primero que vino a mi mente”, dijo Jerry, “fue que debí haber cerrado la puerta con llave”.

Después, mientras yacía en el suelo, recordó que tenía dos opciones: podía elegir vivir o podía elegir morir. “Elegí vivir”, afirmó. El narrador le preguntó: “¿No sentiste miedo? ¿Perdiste la conciencia?” Jerry continuó: “Los paramédicos fueron geniales; no dejaban de decirme que iba a estar bien. Pero cuando me llevaron a la sala de emergencias y vi las expresiones en los rostros de los médicos y enfermeras, realmente me asusté. En sus ojos podía leer: ‘es un hombre muerto’. Fue entonces cuando supe que necesitaba tomar acción”.

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“¿Qué hiciste?”, le preguntó el narrador. “Bueno, había una robusta enfermera haciéndome preguntas”, dijo Jerry. “Me preguntó si era alérgico a algo. “Sí” respondí. Todos dejaron de trabajar para esperar mi respuesta, entonces tomé un respiro profundo y les grité: “¡soy alérgico a las balas!” Mientras reían, les dije: “Estoy eligiendo vivir, opérenme como si estuviera vivo, no muerto”. El narrador concluyó que Jerry vivió gracias a la habilidad de sus médicos, pero, sobre todo, debido a su asombrosa actitud.

RECORDEMOS

Pareciera que México agoniza de esperanza, de ganas de luchar. Sin embargo, no podemos caer en la idea de que todo está mal y que no hay salida. Es necesario reconocer los desafíos que enfrentamos, pero sin permitir que la amargura secuestre nuestras mentes, y también reconociendo las cualidades positivas de los mexicanos.

Aunque los titulares de las noticias a menudo describen desgracias, no ignoremos que son muchas más las personas en México que son amables y buenos ciudadanos, personas generan vida a diario. Recordemos que la luminosidad de México se encuentra en todo lo que sucede cotidianamente, aunque no siempre sea noticia, es vida, es futuro.

Comprendo que estamos desesperados, pero no dejemos que la esperanza muera; busquemos motivos para revivirla. Sencillamente, a pesar de los pesares, demos gracias a Dios por la gracia de existir.

cgutierrez@tec.mx

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Tec de Monterrey Campus Saltillo

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