Adolescentes, mariguana y salud mental
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La mariguana, también conocida como cannabis, es una de las sustancias más consumidas entre los adolescentes y jóvenes. Su legalización, en algunos estados de los Estados Unidos, ha incrementado su aceptación social entre los muchachos y por ello la importancia de informar a los padres de familia y educadores sobre sus riesgos e impacto en su salud mental.
Durante la adolescencia el cerebro se desarrolla significativamente, particularmente en las regiones responsables de las funciones ejecutivas, como la toma de decisiones, control de los impulsos y regulación emocional, que se encuentra en el lóbulo frontal. Este periodo de neuroplasticidad hace que los adolescentes sean más susceptibles a los efectos de sustancias como la mariguana y el alcohol.
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El tetrahidrocannabinol (THC), el compuesto psicoactivo de la mariguana, puede interferir con el desarrollo normal del cerebro adolescente, lo que puede tener consecuencias a corto y largo plazo. Desafortunadamente, para muchos adolescentes la mariguana a menudo se percibe como una sustancia relativamente inofensiva, especialmente en comparación con drogas más potentes, como la heroína y cocaína. Las investigaciones sugieren una relación compleja entre su uso y los resultados de salud mental en los adolescentes. Sus riesgos son los siguientes:
Depresión y ansiedad: Algunos adolescentes pueden usar la mariguana como un mecanismo de afrontamiento para el estrés o la angustia emocional. Sin embargo, el uso crónico puede incrementar los síntomas de depresión y ansiedad, lo que lleva a un ciclo de dependencia y empeora los resultados de salud mental.
Psicosis: El consumo prolongado o intenso de mariguana, especialmente de cepas de alta potencia que contienen niveles elevados de THC, se ha asociado con un mayor riesgo de trastornos psicóticos, como la esquizofrenia. Los mecanismos precisos que subyacen a esta asociación todavía están bajo investigación, pero probablemente involucran alteraciones en la función de los neurotransmisores y la estructura cerebral.
Deterioro cognitivo: El consumo regular de mariguana durante la adolescencia se ha relacionado con déficits en funciones cognitivas como la memoria, atención y funcionamiento ejecutivo. Estas deficiencias pueden tener implicaciones significativas para el rendimiento académico y el éxito futuro.
Adicción: Si bien no todos los adolescentes que experimentan con mariguana desarrollarán un trastorno de consumo de sustancias, la iniciación temprana y el uso frecuente aumentan el riesgo de adicción. La producción de dopamina, neurotransmisor que produce placer y responsable directo de las adicciones, es mucho mayor durante la adolescencia y puede afectar negativamente varios aspectos de la vida de un adolescente, como las relaciones, el rendimiento escolar y el bienestar mental.
La influencia de sus amigos y compañeros es crítica en este periodo. La mayoría de ellos busca la aceptación y aprobación en sus círculos sociales y esto provoca una gran presión en su consumo. Los padres debemos estar atentos a cualquier cambio de comportamiento, como bajo rendimiento escolar, incremento de conductas desafiantes, apatía por la vida y estados prolongados de tristeza, para intervenir a tiempo y no sea demasiado tarde.
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Es fundamental proporcionar información científica sobre sus riesgos e implementar estrategias eficaces de prevención e intervención, apoyando a los adolescentes en la toma de decisiones informadas y promover resultados positivos de salud mental. Padres y escuelas necesitamos trabajar juntos para abordar los desafíos que plantea el consumo de mariguana entre los adolescentes y priorizar el bienestar de nuestros jóvenes.