Barbie eligió bien

Opinión
/ 10 marzo 2024

Por: Divany Liz Escobedo Ramos

Desde que era pequeña, me gustó mucho tener muñecas, siempre jugaba a eso con mi hermana y era realmente divertido. Ahora estoy bastante sorprendida por la gran cantidad de muñecas que tengo, aunque todavía me encanta encontrarme con ellas en los bazares, ventas de garaje o supermercados random. Es lo más divertido, estoy creando mi propio universo de Barbie; pero admito que no es un hobby barato.

Mi obsesión llegó tan lejos que yo me quería ver igual que una Barbie y me sometí a numerosas cirugías para estar idéntica a ella. Eso sí, no podía olvidar que también quería mi propio Ken.

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Un día fui al gym y no pude creerlo. Por fin encontré a mi ser amado, el Ken que había soñado. Conversamos por días y lo invité a una boda. Yo tenía muy claro mi objetivo con él; pero quería conocerlo más. Se llegó el día del evento y cuando llegamos a la fiesta todos estaban asombrados por nuestra belleza y perfección. Lo sabía, elegí bien.

Después de una noche asombrosa entre cena, baile, fotos con los novios y selfies con los invitados, nos fuimos a la cama. Ahí hice la gran revelación. Me di cuenta de que no era el Ken que presumía ser.

En la mañana, nos despedimos tiernamente e hicimos nuestras cosas todo el día, cada uno por su lado. Llegó la noche y nos fuimos a dormir de nuevo. Esta vez me levanté en la madrugada, fui con sigilo al jardín y regresé a la alcoba con unas tijeras para podar arbustos. Pronto le corté ese pedazo de carne que tenía de más. Por el intenso dolor, Ken se levantó asustado y casi entre lágrimas, pero con voz muy fuerte me gritó: “¿Qué te pasa? ¿Estás loca?”

Con su miembro en mi mano, separado de él y sacudiéndolo como un trofeo en la intimidad, asentí sin alarma alguna: “No te asustes, cariño. No eras un Ken de verdad y sólo te quité ese trozo de piel que tenías de sobra. Ahora sí estás completo”.

DIVANY LIZ ESCOBEDO RAMOS (Monclova, 2005). Técnico de Servicios de hospedaje del CBTa No. 22 (2023), en la prepa entró de rebote a la materia de Literatura. Cuando entró al área propedéutica le tomó cariño a leer y conocer el tipo de libros que le gustaría explorar. Y una de las razones por las que tomó el amor a ello, fue gracias al profesor Miguel García, que la ayudaba a explotar lo más creativo de ella. Es su primera publicación en una edición impresa.

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