Block de Notas (8): Los efectos del demencial calor
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Gracias por leerme. Gracias por atender estas letras en este generoso espacio de VANGUARDIA. Hartos, hartos comentarios me llegan todos los días, lo cual agradezco siempre, con motivo de varias sagas y temáticas de mis letras en estas páginas. Temas los siguientes: no es la violencia brutal, no; ahora es terrorismo. Mejor preparados y mejor equipados los del crimen organizado que el Estado mexicano de Andrés Manuel López Obrador. Hay un tema demoniaco, el cual es demencial y en poco tiempo (un lustro a lo mucho) va a ser un tema ubicuo para el cual no hay defensa: el calor. Sí, calor, moscas, cucarachas... trama la cual ya es social, literaria, política y, claro, al final tema de vida. Tan es así que las muertes por calor ya acechan cifras de la pandemia del COVID-19. Ojo.
Siempre, siempre usted como lector está mejor informado a su servidor y siempre usted va a ser mejor a este escritor que deletrea torpemente estas letras. Lectores de la ardiente Monclova, otros de la Ciudad de México, varios de aquí de Saltillo, otros profesores y lectores un tanto lejanos, como de Venezuela, Argentina y Chile (la magia de internet, pues), me han mandado comentarios y han marcado a mi teléfono para acotarme lo siguiente: en los textos aquí publicados sobre tan álgido y enfadoso tema de calor y sabandijas, me olvidé en mis letras darle su justo lugar al insecto tal vez más famoso de la historia, a la cucaracha más dolorosa y simbólica de la humanidad: la creada por un atormentado checo, Franz Kafka.
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Sí, cuando Gregor Samsa, un vendedor de telas, amanece mutado en un repugnante bicho en su recámara, en “La Metamorfosis”. No, señores y atentos lectores, no lo olvidé: forma parte importante de mi próxima entrega. Y es que usted lo sabe, ya luego y en tiempos recientes, este tópico en homenaje a Franz Kafka fue retomado por el escritor Ian McEwan, uno de los mejores escritores británicos contemporáneos (el mismo que escondió a Salman Rushdie en su residencia a costa de su propia vida, cuando a Rushdie le fue pronunciada su sentencia de muerte, “fatwa”, por parte de los hermanos musulmanes. Aunque, el desenlace no fue fatal, le sacaron con un puñal un ojo al gran Rushdie. Ha quedado vivo: un gigante, un cíclope, pero de pie y esperemos siga su tinta en libros perfectos).
Ian McEwan ha escrito una novela dentro de novela, cuando hace amanecer a un bicho cualquiera de la calle... en Primer Ministro inglés. ¡Puf! El texto se llama, si mi memoria no me falla: “La Cucaracha”. Y claro, no se me olvida la tirada de naipes y de cubilete con lo cual inicié este “Block de Notas”. Sí, leer en el retrete. Leer en el “trono”. De hecho, voy leyendo que en la Edad Media, tan satanizada por todo mundo, injustamente según mi opinión, al retrete, al baño se le bautizó como “Golden Tower”. Y si avanzamos en esta tertulia y notas, aquí en lo mexicano, cuando uno va al “trono” a defecar (cagar en buen español) se le dice coloquialmente: va uno a “tirar la piedra”.
Insisto, gracias por leerme. Muchas ollas hay en la lumbre. Unas tostándose a fuego lento (los suicidios, los embarazos de niñas y adolescentes), otras ollas de plano se están quemando a fuego alto y letal: ya no la violencia y maldad sin brida ni bozal, ahora es verdadero terrorismo solapado por AMLO. La pandemia del virus chino, la cual sordamente, pero sigue viva. La política de enfrentamiento por los despejos del PRI, los adelantados y alentados por AMLO rumbo a la Presidencia de la República... temas todos tan delicados en la gobernanza en México.
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ESQUINA-BAJAN
Nota uno: Todo, todo merece nuestra atención. De hecho, inmediata atención. Pero sigo insistiendo en dos temas fundamentales en este “Block de Notas”: todo es cuestión de dos aristas ya olvidadas: educación y cultura. Sin este par de bastiones estamos jodidos y perdidos. Nadie lo quiere entender, y yo voy a insistir en ello. Un día, hace muchos años, en una entrevista que le hicieron al maestro, al Nobel de Literatura mexicano, Octavio Paz, le preguntaron: ¿para qué diablos sirven los libros? A lo cual el sabio dijo: leer, los libros son importantes y fundamentales porque nos otorgan y aumentan nuestra capacidad de amar.
Nota dos: Me mandó el siguiente mensaje el académico y periodista Luis Carlos Plata: “Con este calor, maestro, es imposible pensar”. Ya no es cosa mía ni de Plata, que abominamos y maldecimos al demencial calor y sudor, no; es cosa de ciencia debidamente comprobada: con el calor no se puede pensar. Lea usted a los siguientes investigadores y sus investigaciones que así lo prueban: Craig A. Anderson (Universidad Estatal de Iowa), Marshall Burke (Universidad de Stanford) y Guillermo Murray (UNAM).
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Nota tres: El lunes 3 de julio amanecimos con día gris. El día negro fue un día anterior, siempre domingo. Domingo infausto. Lea usted: “Los meses con mayor luz y calor tienen mayor tendencia de suicidio que el invierno”, la puntillosa observación es del doctor Enrique Chávez León, expresidente de la Asociación Psiquiátrica Mexicana. Esta maldita estación del calor u “ola” ha incidido alterando el comportamiento de los humanos en todo el mundo. Coahuila no es la excepción. Dos suicidas en Saltillo. Uno en Piedras Negras: Erika Paola “N” de apenas 23 años se colgó en el portal de su casa... dejó cuatro hijos (¡a sus 23 años!) en total indefensión.
LETRAS MINÚSCULAS
Repito pregunta: ¿Y el virtual club de café universitario de Alfonso Yáñez que se dedica a “analizar” la problemática? Pues sí, son virtuales. Nada saben del mundo real...