Block de Notas (89): ¿Felices fiestas? ¿Feliz Navidad? El país se deshace y la catástrofe aprieta
Me interesa mi vecino, el prójimo, el próximo. Nada más. No me interesan los perros ni los gatos; me interesa un ser humano, incluso sin conocerle
¿Nos hemos agringado? Sin duda, y desde siempre. Al menos eso recuerdo yo, de los pocos humanos y ciudadanos que hemos nacido en esta tierra llamada Saltillo. Ya nadie es de aquí. Ya nadie es nativo de este inmenso y bello desierto. Fuereños llegados de todo el país (y de varias partes del mundo, claro), en busca de mejor calidad de vida, trabajo y seguridad, se han posicionado en la ciudad, tal vez para ya no irse. Pero no la aman (o la detestan) como yo.
Bueno, al parecer es más lo segundo. Les cuesta harto adaptarse a la idiosincrasia y carácter norteño. Se quejan del precio del limón, del mango, de las frutas y hortalizas todas, porque en el sur, en sus lugares de origen, dichas frutas y legumbres están... tiradas en la calle. Literal. Dígamelo a mí que he vivido por estepas de tiempo en varios lugares del sur de México. En fin, es otro tema, pero todo tiene que ver con todo.
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Es decir, no sé si usted lo ha notado, señor lector, pero aquí ya todo mundo dice “Felices Fiestas”, al estilo gringo. Cuando antes, y hasta hace poco, se deseaba “Feliz Navidad”; ojo, en singular, no “Feliz Navidades”. En fin, cosa no menor porque usted, claro que lo recuerda, cuando llegaron los españoles y europeos todos, trajeron la cruz y la espada, y lo primero que hicieron fue... arrebatarles la lengua, el idioma a los nativos americanos. La primera “traductora” es considerada una “traicionera”, la famosa “Malinche”, por eso somos malinchistas. ¡Puf!
Pero etimológicamente es cierto: el traductor es un traidor. Así de claros con la lengua, en fin. Vamos al punto hoy... Discúlpeme, pero no le puedo desear “Felices Fiestas” o “Feliz Navidad” por un motivo: el país se deshace y el moho crece en todos los estados, la catástrofe aprieta y pareciera que a nadie le importa, pero de manera sorda y sin pausa se está gestando un cambio, una nueva tirada de naipes en materia política: sacar a Morena y sus claques de los gobiernos federal, estatales y alcaldías. Ni se diga de la Cámara de Diputados y del Senado.
¿Usted simpatiza con ellos y su manera de gobernar? Vote por ellos. ¿Usted considera que son una nulidad? Vote en contra cuando haya elecciones. Así de sencillo. Pronto, en cuestión de días, se va a terminar este 2025, el cual ya se escurre entre las manos. ¿Fue un buen año para usted? Pues a celebrar. ¿Fue un mal año? Trate de sobreponerse y siga adelante, por un motivo sencillo: la vida es una, nada más. Y lo otro, lo importante: hay que irnos con la vida muy raspada, con las cuentas del banco vacías y ligeros de equipaje, según feliz aforismo de don Gerardo Blanco Guerra, abogado él y el hombre que más sabe sobre Derecho electoral en el Norte de México. Discúlpeme, yo veo todo tan negro y cenizo que no le voy a desear “Felices Fiestas”.
Mucha, harta gente me marcó para comentar lo siguiente: la pálida arista en el gabinete de Claudia Sheinbaum. Resulta curioso, por decirlo de manera eufemística, que el escándalo que ha rodeado siempre a Alejandro Gertz Manero, hoy extitular de la Fiscalía General de la República (FGR), que ha terminado (digamos) con su dimisión, y ahora la incursión de Ernestina Godoy al frente de dicha dependencia, tenga un común denominador: la edad.
ESQUINA-BAJAN
Nota 1: Es decir, Morena siempre ha presumido de “no ser iguales”, “ser diferentes” y una retahíla de engaños y mentiras. En el PRI o en el PAN, por lo general, son las mismas caras en diferentes puestos, pero en un país de millones de jóvenes atados a su celular “inteligente” (los humanos dejaron de serlo), en días y tiempos de “IA”, Gertz Manero, extitular de la FGR, tiene ¡86 años! Godoy, la nueva titular... 71 años. ¿Y la juventud y vigor que presume Morena y sus claques? Son masa, “no name”: la nada.
Nota 2: Agradezco todos sus comentarios y apostillas. Muchas ollas en la lumbre, las cuales hay que desmenuzar, señor lector. Pero no deja de ser triste, muy triste lo siguiente: a mí, en lo personal, ya no me interesa la “alta política” –lo que eso signifique– en el invierno de mi vida; me interesa mi vecino, el prójimo, el próximo. Nada más. No me interesan los perros ni los gatos; me interesa un ser humano, incluso sin conocerle.
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Nota 3: Día fatal. Todos los días son fatales. El pasado 13 de diciembre, como siempre, VANGUARDIA y EL GUARDIÁN dieron la noticia: dos noticias fatales, las cuales duelen en esa inútil víscera llamada corazón. Un joven de apenas 22 años, Johan Froylán, se suicidó porque su pareja sentimental, mujer ella, le encontró en su celular fotografías de él vestido de mujer, en ropa interior y maquillado. ¿A quién asusta hoy lo anterior? A nadie. Una desgracia el no aceptarse como lo que son los jóvenes hoy en día. Más perturbados que nunca.
Nota 4: Al momento de redactar estas letras, estoy llorando. Qué le vamos a hacer, así es mi mundo real. Murió el día 12 de diciembre el infante Jesús Alonso, mi tocayo, “Chuyito”, de apenas 14 años. Murió por lesiones cuando fue atropellado, junto con su madre, por un auto. Sí, iba a la escuela. Así de sencillo y complicado. Duele en el alma lo anterior. Imagino el dolor de la familia.
LETRAS MINÚSCULAS
Discúlpeme por no desearle felices fiestas... soy un mar de llanto.