Café Montaigne 282: Recorrido por la vida y obra de los genios de la humanidad
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Lento, muy lento, como se hace la luz dentro del ojo al amanecer, así ha ido creciendo esta saga de textos, los cuales sólo tienen una finalidad: que usted y yo crezcamos al celebrar tantos y tantos aniversarios de genios de la humanidad. El 2024, el cual ya se escurre entre las manos, es pletórico, como todos los años y como siempre, en efemérides y aniversarios. Hay una sola idea al respecto de parte de su servidor: usted y yo, repasarlos y hacerlos nuestros de nueva cuenta.
Le tengo una noticia: me he atrevido a pedir espacios especiales ya para ello. Es decir, cuando usted lea esta nota, he mandado mi propuesta de escribir un poco más con holgura –a rienda suelta, pues–, en los diversos espacios y secciones del diario. Claro, espero que dichos textos aparezcan debidamente ilustrados y con buenas y extraordinarias fotografías como apoyo visual. Ya mandé mi propuesta editorial al jefe Armando Castilla Galindo, marcando copia al sabio Carlos Arredondo, a Kowanin Silva, a la batería de editoras y coordinadoras de la revista 360, Mélida Puertos, Fernanda de Nigris, Carolina García, Diana Castilla, Ana Lucía Paz... y claro, a mis amigos coordinadores y editores de siempre.
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Es decir, ellos van a programar mis textos especiales en las diversas secciones del periódico: puede ser en la revista 360, en las páginas de “VMÁS”, arte y cultura o bien, los domingos en la muy gustada y clásica sección de “Domingo opinión”. Usted lea todo el periódico y cuando vea esos textos especiales, léame. Le aseguro que le van a gustar. Serán de colección. Estoy trabajando harto por un sólo motivo: usted es el receptor de ellos. Y avanzando en este “Café Montaigne”, usted lo sabe, se cumplen 100 años de la primera edición de un poemario, el cual seguro todos sabemos de memoria. Si no todo, algunos de sus poemas: “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”, del gran, el inmenso Pablo Neruda.
¿Alguien en Coahuila tiene la edición príncipe del poemario? Vale oro. Y le digo, necesito más espacio para puntualizarle de todos los aniversarios y efemérides que hay que celebrar por todo lo alto. Cosa que, insisto, mi maestra Esther Quintana ya debe de tener listos en su propuesta cultural de trabajo para este año. De tanto que he escrito y siempre leo o releo de Pablo Neruda (1904-1973), le presento hoy y a vuela pluma una selección de tópicos e historias sobre él, su prosa y poemas. Sobra decirlo, quien más sabe sobre él es el abogado, el secretario ejecutivo del IEC, don Gerardo Blanco Guerra, quien lo ha adoptado como uno de sus escritores de cabecera.
Tópico uno: Cada escritor, cada creador tiene su épica personal, su mitología, su rito, sus vicios y virtudes al momento de enfrentarse con la mortal página en blanco. Honoré de Balzac, por ejemplo, sólo podía escribir de pie, en un atril, sin vestir otra cosa que un camisón. Bebía café a mares. Por eso murió. Pablo Neruda, el poeta chileno el cual nos ocupa, compuso todos sus poemas con tinta verde; éste podía trabajar en taxis, en lanchas, en aviones, en las playas... y mientras no se le agotara la provisión de tinta todo estaba bien para seguir escribiendo.
Un día, cuando era cónsul en Madrid y a su alrededor bramaba la Guerra Civil, se le acabó la tinta en mitad de un poema. Cuentan los biógrafos que tardó una semana en conseguir que alguien lo abasteciera. La historia dice que jamás terminó el poema ni conoció en toda su vida otra semana de tanta sequía creadora... Por no tener su tinta favorita a la mano y en su momento.
ESQUINA-BAJAN
Tópico Dos: En sus memorias “Confieso que he Vivido”, Ricardo Neftalí Reyes, quien logró el gran galardón de las letras, Premio Nobel, cuenta sobre su infancia: “Fui creciendo. Me comenzaron a interesar los libros. En las hazañas de Buffalo Bill, en los viajes de Salgari, se fue extendiendo mi espíritu por las regiones del sueño. Los primeros amores, los purísimos, se desarrollaban en cartas enviadas a Blanca Wilson...”.
Tópico Tres: Hago hincapié en una frase: “se fue extendiendo mi espíritu por las regiones del sueño”, la manera poética en lo que lo dice hace palidecer a una mente sensible, es decir, la lectura vino a posibilitar al infante el habitar un mundo mejor que éste, un mundo que lo llevaría a ganar el Premio Nobel. La lectura entonces posibilita el despertar de una conciencia dormida que vamos adquiriendo, una conciencia que poco a poco va ganando en formación, en valores y en vida cotidiana.
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Tópico Cuatro: Veámoslo a vuela pluma. Los famosos valores no son hereditarios, no los traemos consigo, los adquirimos con el paso de los días, los años, de las lecturas y de lo que mamamos de nuestro entorno sociocultural. De aquí entonces que es de primer orden que la formación cultural que adquirimos en edad temprana nos va a formar y se va a manifestar a la menor provocación posible.
Tópico Cinco: Le digo, me emociono rápido y tengo muchas cosas que contar de Pablo Neruda, Thomas Mann, Truman Capote, Joseph Conrad, Franz Kafka, Immanuel Kant, el manifiesto surrealista, Frida (sufrida) Kahlo, Gabriel García Márquez, Marco Polo, Vasco de Gama, Jacques Derrida... En fin, todo está por hacerse.
LETRAS MINÚSCULAS
Busque usted mis textos especiales, serán de colección. Lo prometo.