Canalizar con voluntad
COMPARTIR
Le sugerí a uno de mis consultantes que canalizara su energía de enojo. Pero no me aseguré de que supiera él lo que quise decir con “canalizar”. Supe que no lo entendió porque al usar como ejemplo un estanque de agua y lo que sería “canalizarlo”, me dijo que sería dejarlo fluir, soltarlo. Las palabras significan cosas diferentes para personas diferentes, así que sugerí que “canalizar” no implica dejar esa agua (la energía emocional) estancado ni tampoco dejarlo desbordarse e irse a donde pueda y quiera. ¡Ojo! No estoy proponiendo controlar las aguas/emociones, como tantos pensamos que tendría que ser. No se puede. Estoy imprimiendo el concepto de canalizar con un acto de voluntad.
Tengo un estanque de agua. Tengo una huerta. Canalizo el agua hacia la huerta. Lógico, ¿verdad? Ahora, traigo un ch#$%o de rabia. Tengo una lista de pendientes. ¿Ya ven para dónde voy con esto? Tomo la energía que me aporta la rabia y pongo manos a las tareas, o bien, a algún proyecto creativo (pintura, escritura – ustedes ya han leído mi rabia muchas veces). Puedo tomar clases de box, tal vez, o salir a dar de zapapicazos a un costal de yeso que está en el patio y que se ha endurecido y estorba.
Canalizar mis emociones NO es dejarlas sueltas y ser víctima de ellas, llevándome entre las patas a lo que se me atraviesa (desde parientes a puertas). Canalizar mis emociones es usar la energía que me aportan para resolver las necesidades que esas emociones encubren. Sí, allí se complica el tema. Como dice mi amigo psicólogo, “Citas al...”.