Carlos Manzo, el mártir de Uruapan

Opinión
/ 5 noviembre 2025

El artero crimen en el que perdió la vida Carlos Manzo marcará un antes y un después en esta guerra militarista que no ha dado resultado alguno

El periodista Fernando del Collado, en su programa Tragaluz de Latinus, preguntó el pasado junio a Carlos Manzo, acribillado alcalde de Uruapan, Michoacán, lo siguiente:

- “¿Y sabe con quién se está metiendo, don Carlos?”.

- “Con un monstruo de mil cabezas”, respondió, para luego comentar, que sólo los locos como él son los que pueden cambiar la realidad para bien.

Hace apenas unos días, el 21 de octubre, Manzo compartió en sus redes sociales su reacción frente al asesinato de otro líder social michoacano, el joven Bernardo Bravo, líder de los productores de limón.

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Éstas son sus palabras:

“Justicia para Bernardo y justicia para todo el pueblo de Apatzingán, de Michoacán y de todo México.

“Mi solidaridad con la familia de Bernardo Bravo y mi llamado de justicia ante el cobarde asesinato del activista y luchador social que alzó la voz en favor de los campesinos limoneros de la región del valle de Apatzingán.

“En el poco tiempo que tuve la oportunidad de conocer a Bernardo se me hizo un joven talentoso, honesto y un ciudadano que luchaba para que le fuera mejor al campo de Apatzingán”.

Hace menos de un mes hizo llegar un mensaje, vía redes sociales, a la Presidenta de la República y al secretario de Seguridad Pública Federal. Utilizar las redes sociales para asuntos de seguridad pública, sólo se entiende como opción cuando todas las puertas institucionales se encuentran cerradas.

“MENSAJE AL GOBIERNO FEDERAL Y A LA PRESIDENTA

“Les comparto que los más de 200 elementos que llegaron hace unos días para reforzar los operativos en Uruapan por parte de la Guardia Nacional fueron retirados de Uruapan. Esta decisión deja a Uruapan en estado vulnerable ante las actividades ilícitas del crimen organizado.

“Hacemos un llamado respetuoso al Gobierno Federal, a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, al secretario Omar García Harfuch para que no dejen solo a Uruapan en el combate de los delitos federales que le corresponde a la Federación atender.

“Nosotros, como Municipio de Uruapan seguiremos luchando con nuestra policía municipal y con lo que esté al alcance de nuestras posibilidades para hacer frente a esta problemática de inseguridad y de violencia que se vive en el país”.

Hasta aquí las palabras del alcalde sacrificado.

Tuve la fortuna de conocer a Carlos Manzo a finales de marzo, durante la conferencia de Alcaldes de América del Norte, a la que acompañé al alcalde de Piedras Negras, Jacobo Rodríguez.

Manzo me pareció un hombre sencillo y sin poses. Llamaba la atención porque no se quitaba su ya muy famoso sombrero de trabajo. Fue a la reunión de alcaldes en Washington a reiterar su mensaje y a pedir apoyo en medio de una guerra comercial en la que los aguacateros michoacanos enfrentan gravísimos problemas de inseguridad para vivir, trabajar la tierra y comercializar su producto. Fue a dar la batalla por los productores michoacanos de aguacate y de otros productos.

Durante la reunión nos invitó a Uruapan, comentamos sobre la infame cuota que el crimen organizado cobra a cada tráiler de aguacate en su trayecto entre San Luis Potosí y Nuevo Laredo. “La pagan los consumidores” es el consuelo de las autoridades en medio del desconsuelo. “Ochocientos dólares por tráiler, y son mil al día”. Al viaje de la delegación de Piedras Negras a Uruapan sólo le faltaba concretar una fecha, se trataba de ofrecer seguridad y apoyo, y de pasada, los servicios de los agentes aduanales y transportistas nigropetenses.

El artero crimen en el que perdió la vida Carlos Manzo, el alcalde independiente que alzaba la voz con valentía, que estrujaba nuestra conciencia para abandonar el silencio que se torna cómplice o cobarde, marcará un antes y un después en esta guerra militarista que no ha dado resultado alguno: en vez de avanzar, cada vez estamos peor. Se han perdido, y se siguen perdiendo, vidas humanas y miles de millones de pesos todos los días, mientras la situación de inseguridad crónica a lo largo y ancho del país se normaliza.

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Descanse en Paz Carlos Manzo, mártir de Uruapan.

“Entre tus manos, está mi vida Señor. Entre tus manos pongo mi existir. Hay que morir para vivir. Entre tus manos yo confío mi ser. Si el grano de trigo no muere, si no muere, solo quedará. Pero si muere, en abundancia dará un fruto eterno que no morirá”.

¡Justicia para Carlos Manzo!, ¡justicia para cada una de las víctimas que suman ya cientos de miles! Toda vida es valiosa; toda muerte, una pérdida irreparable, todo duelo es digno de memoria y respeto.

Facebook: Chuy Ramírez

Columna: Regresando a las Fuentes

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