Caso Cuauhtémoc Blanco: Feministas a ratos y heroínas temporales

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El suscrito recurre a conceptos ajenos por incapacidad de generar ideas propias, una condición humana llamada existencia inauténtica, lo cual es cierto y por eso hoy citamos en primera instancia a don Bernardo Bátiz, honorable personaje de la vieja guardia panista, quien nos dice en su Teoría del Derecho Parlamentario que los integrantes de un congreso o parlamento no deberían actuar por sí y para sí mismos, sino actuar en beneficio de sus representados, que es la esencia de su función legislativa. Aquí agregamos que nuestros legisladores siempre han actuado de manera convenenciera y ventajosa para las oligarquías partidistas.
Por eso mismo ha causado gran indignación el ofensivo sainete de las diputadas de Morena que hicieron de guardaespaldas del atorrante dizque legislador Cuauhtémoc Blanco, para allanarle su acceso a la tribuna de la Cámara de Diputados, asunto degradante que nos lleva a recordar a don Daniel Cosío Villegas y su ensayo “La crisis en México”, de 1946, donde critica a los legisladores de esa época en que no había mujeres en el Congreso: “A los ojos de la opinión nacional, nada hay tan despreciable como un diputado o un senador; pues han llegado a ser la unidad de medida de toda la espesa miseria humana”. Y no imaginamos qué opinaría Cosío Villegas de estas diputadas que se ostentaron como guaruras del violentador de mujeres y le corearon: “¡No estás solo, no estás solo!” para evitar su desafuero. Peor para ellas que obedecieron gustosas al “machoreal” que las mandó a denigrar su género y su investidura.
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Pero no debe extrañarnos que la mayoría de las diputadas de Morena, del Verde, del PRI y solo dos del PT hayan defendido al esperpento que nunca había subido a tribuna sino esta vez, a rebuznar incoherencias arropado por las vírgenes vestales de Morena que fueron a cuidar el fuego que ya quemaba a su ídolo Cuauhtémoc.
Aquí lo más infame es que las vírgenes vestales del PRI, cuyo coordinador es Rubén Moreira, también se ofrezcan a favor de machos cabríos con apodos como el “Cuau” y el “Alito”, que igual son señalados de robo y enriquecimiento ilícito, entre otros delitos. Solo el PAN y MC fueron ejemplarmente unánimes en su rechazo al presunto violador. Únicamente 79 diputadas votaron contra Cuauhtémoc Blanco Bravo.
Lo que extraña es que Rubén Moreira, que tiene años ostentándose como gran crítico y opositor de Morena y la 4T, ahora sea defensor de este diputado protegido de AMLO argumentando chicanas legaloides.
Y el asunto ha resultado muy tóxico para Claudia Sheinbaum, la primera mujer Presidenta y comandanta suprema de las Fuerzas Armadas, que hoy ha sido sobajada por un presunto violador que ha detonado en las mujeres un grito demoledor: “¡No llegamos todas!”.
Total, que en México siguen imperando machismo, patriarcado, misoginia, feminicidio, trata y discriminación. Actitudes como la de Rubén Moreira, cuando afirma que la primera mujer gobernante de México fue la emperatriz Carlota y no la actual Presidenta, porque Rubén es feminista a ratos como Verónica Martínez y las diputadas que endiosaron al mamarracho “¡no estás solo, no estás solo!”. A su vez, el diputado Ricardo Monreal afirma despectivamente que todas las diputadas que votaron en contra de Cuauhtémoc Blanco son unas heroínas temporales. Pero lo más ridículo es que entre las diputadas “feministas a ratos” y las diputadas “heroínas temporales” no haya sororidad, la nueva palabreja con la que ellas se adornan presumiendo lo que menos tienen: solidaridad ante la discriminación y la violencia de género.