Coahuila: ¿Cuántas estafas de Lizeth ‘N’ acreditó el notario Saúl Escalante?

Opinión
/ 27 octubre 2024

La impunidad es la falta de castigo o la ausencia de responsabilidad penal por la comisión de un hecho delictivo. Para las víctimas de los delitos es agobiante no acceder a la justicia y quedar chasqueados esperando la reparación del daño. Quedar doblemente jodido suena mal, pero zumba mejor. En este país la impunidad es espeluznante. Por eso mismo Lizeth “N”, la estafadora inmobiliaria, está feliz en la comodidad de su casa burlando a las víctimas que defraudó con la ayuda de notarios públicos y autoridades corruptas.

Y no es gratuito que cientos de miles de víctimas renieguen de la procuración y la impartición de justicia en este país de las calamidades dinámicas. No es casual que muchos vomiten de los notarios gansteriles de esta entidad que, créalo usted, son decenas agrupados en una cueva de ladrones llamada pomposamente colegio de notarios de Coahuila, así con minúsculas porque muchos fedatarios no inspiran ni respeto. Y podrán alegar que no todos son corruptos, pero son cómplices de los bandidos, como bien lo dice Martí, porque conviven con ellos, porque los ven y no los repelen, porque se sientan a su mesa y se codean con esos falsarios de la fe pública, notarios delincuentes que se burlan y traicionan la confianza del gobernador Manolo Jiménez Salinas.

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Hoy la estafadora Lizeth “N” está prácticamente libre, viviendo en su casa a pesar de que le robó su patrimonio a decenas de víctimas con la ayuda de notarios y autoridades amafiadas en el cártel inmobiliario. A Lizeth “N” la amparó un juez federal porque, según su criterio ($), la estafadora está loca. Así de fácil, hacerse la loca para evitar la cárcel a donde otro juez la sentenció a 15 años de prisión.

El editorial de VANGUARDIA del pasado 18 de octubre es contundente respecto a la falta de castigo de Lizeth “N” y sus compinches; “el modus operandi de Lizeth ‘N’ resulta imposible sin la complicidad de autoridades ubicadas en distintas dependencias, así como de fedatarios públicos”.

Sólo agregamos una pregunta: ¿En cuántos de los 60 casos penales denunciados intervino como fedatario el notario público 75, Saúl Escalante Oyervides? Claro, con la sospechosa tolerancia de la Dirección de Notarías que no toca, ni con un pétalo, al gremio más corrupto e impune de todo México.

RIPIO DEL CACIQUE MARIO CEPEDA

Otro asunto es el de los caciques en Coahuila que ya resultan arcaicos y obsoletos. Pero en Torreón se empeñan en seguir aguantando al cacique de rancho Mario Cepeda Ramírez con toda su parafernalia, sus parásitos familiares, abusos, prebendas, ínfulas y desplantes soberbios de sentirse indispensable. Es improcedente y es cuestión de remitirlo al rigor de la fajina porque el atorrante dizque profesor, aún apesta a bartolina de mazmorra. Se requiere investigar y consignar a todos los gusanos de carcoma que incrustó en las dependencias públicas y hayan cometido tropelías, que es lo más seguro. Que auditen el Simas rural.

Deben informarle al cacique de rancho que el jueves pasado, en el Senado, elevaron a rango constitucional el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia. Cepeda Ramírez debe ser inscrito en el registro de agresores de mujeres. La diputada presidenta Luz Elena Morales dijo en la UANE que el gobierno no puede erradicar la violencia de género solo. Cierto, pero las diputadas sí pueden evitar que el violento Mario Cepeda asuma la regiduría en Torreón.

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