La doble vida de Poncho ‘Charreola’ en Jurisprudencia
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“La moral es un árbol que da moras”, nos repite en su praxis diaria don Alfonso Yáñez Arreola cuando carece de escrúpulos para hacer todo lo contrario a lo que predica con lecciones de moral en artículos semanales, asimismo a lo que enseña como doctor “patito” y maestro “polifacético” en la escuela de Jurisprudencia de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), la peor de sus facultades en la actualidad a pesar de que la UAdeC sigue catalogada entre las mejores universidades de Latinoamérica, según el ranking internacional de Quacquarelli Symonds (QS), y está ubicada en el top ten de las mejores de México.
Pero Poncho Yáñez “Charreola”, resentido porque no es el rector, hace todo lo posible por llevar a la UAdeC al despeñadero, al desahucio como ahora tiene a la Facultad de Jurisprudencia, cuyo espíritu debería ser superior a otras escuelas técnicas y biológicas.
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Y claro que “Charreola” tiene una doble vida cuando acusa una doble moral porque con una de ellas predica cosas que él omite practicar y con la otra le da por practicar bribonadas que son indignas de predicar.
Ejemplos de su doble vida sobran: el “doctor” Yáñez nos predica en su último artículo periodístico que en Jurisprudencia hay seguridad y que se atienden de inmediato los casos de violencia y acoso sexual contra mujeres, pero en la práctica el omiso “Charreola” no protegió a una estudiante menor de edad acosada sexualmente por un maestro apodado el “Topo”, esbirro y soplón a su servicio.
En otro artículo el “doctor” Yáñez nos predica sobre la democracia y nos ilumina citando a Bobbio y pontificando respecto a ideales democráticos. Pero en la práctica, el “Charreola” que lleva dentro lo hizo echar abajo el triunfo electoral de la planilla “Futuro” y despojar con chicanas de la presidencia de la Sociedad de Alumnos de Jurisprudencia a una mujer, la estudiante Betelgeuse de la Fuente Muñoz, otra víctima del misógino Charreola. Por cierto, ahora quedó un efebo como presidente y en su toma de protesta el “demócrata” director ya destapó a sus lametones para sucederlo en la dirección: el “Obni”, el “Tirantes” y la esposa del “Capulina” quien, al parecer, es primo de la estafadora Lizeth.
Y en otra publicación, el “doctor” Yáñez nos predica sobre el significado de la lealtad y ¡aguas! porque su otro yo, el poliforme “Charreola”, vive creyendo que la lealtad es la más joven de las virtudes y que, como toda joven, es voluble. Y si no, pregúntenle a los que ha traicionado. Porque el “Topo” espiaba en Gobierno. La “Burra” espía en el Poder Judicial y hay otro topo en el Poder Ejecutivo.
En otro artículo el “doctor” Yáñez nos deja caer, así de sopetón, citas de Hobbes, Rousseau, Kant y Montesquieu para predicarnos sobre el concepto filosófico de la legitimidad. Pero su otro yo, el siniestro “Charreola”, inspirado en John Milton, el abogado del diablo, pone en práctica la desaparición de 17 millones de pesos de la Facultad de Jurisprudencia, según la auditoría CG/0714/2023, millones que hacen falta en Juris para arreglar los baños, mobiliario y goteras. Por eso mismo, la fiscal anticorrupción, Karla Samperio, debería investigar y sentar un precedente ejemplar de justicia en su alma mater, en la facultad donde estudió Derecho, donde resistió estoicamente la hostilidad de los matraqueros antipanistas que la ningunearon y que siempre la marginaron de toda acción política. ¡Sorpréndanos, fiscala!